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De manera coloquial, se denominan Small Caps o Compañías de
Baja Capitalización a aquellas empresas que cotizan en los Mercados Financieros
y poseen una pequeña capitalización bursátil. En principio, no existe ninguna
regla general para definir a las Small Caps según su valor numérico, pero de
una forma orientativa, en el Mercado Bursátil Español, se pueden considerar así
a aquellas compañías con una capitalización inferior a los 1.000 millones de
euros. En otros Mercados, el valor de su capitalización para su catalogación
puede variar significativamente con respecto al nuestro. En España, existe un
índice que está formado por este tipo de empresas, el IBEX SMALL CAP, estando
diseñado para representar el comportamiento de los valores de menor
capitalización negociados en la Bolsa española y, a su vez, para servir como
subyacente de otros productos de inversión.
Invertir en este tipo de compañías se puede realizar de la
misma forma que si de otra compañía de mayor capitalización se tratase. Dentro
de sus ventajas, destaca su alto potencial de crecimiento debido a que, como su
tamaño es reducido, su capacidad de crecimiento es mayor que otras más grandes.
Es más, los índices bursátiles que las incluyen suelen tener mejores medias en
lo que a rentabilidad se refiere. Paralelamente, los inversores y los analistas
no las siguen de una forma habitual, lo que da lugar a una ineficiencia en el
Mercado y a que haya empresas infravaloradas ofreciendo una gran oportunidad de
inversión.