Mostrando entradas con la etiqueta Ingeniería Financiera. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ingeniería Financiera. Mostrar todas las entradas

19 de julio de 2022

¿Qué es la Ingeniería Financiera?

Foto by pixabay.com
Según la Real Academia Española (RAE) la Ingeniería Financiera tiene dos afecciones: la primera, es el “conjunto de técnicas dirigidas a la construcción de nuevos productos financieros y al análisis de sus propiedades” y, la segunda, es la “manipulación de la contabilidad, dirigida a presentar una imagen más favorable que la real de una empresa”. El Diccionario Panhispánico del Español Jurídico la define como el “diseño de instrumentos u operaciones financieras muy complejas, valiéndose de los nuevos tipos de activos financieros, como son los futuros, para la financiación de algún tipo de proyecto, tratando de disminuir los riesgos e incrementar los beneficios”. Al margen de la definición de estas dos instituciones también se puede detallar como que la Ingeniería Financiera es un campo multidisciplinar relacionado con la creación de nuevas estrategias e instrumentos financieros, teniendo como objetivo controlar con precisión milimétrica el riesgo financiero que se asume en cada estrategia inversora.

En definitiva, hace acopio de los procedimientos propios de la ingeniería tecnológica e industrial y los adapta a las finanzas para que los activos financieros estén engarzados a las nuevas tecnologías, creando y gestionando nuevas formas de hacer finanzas con el fin de introducir estrategias que diversifiquen el riesgo y favorezcan las bases de la especulación, reestructurando el perfil de las finanzas existentes y consiguiendo otros perfiles con unas propiedades renovadas y más rentables y, cómo no, sin olvidarse de generar un aumento de la productividad financiera del negocio empresarial. Para poder realizar todos estos procesos, se lleva al máximo extremo la teoría financiera utilizando modelos matemáticos complejos acompañados de la programación informática y así poder tomar decisiones más acertadas de inversión, cobertura y gestión de los diferentes activos financieros. Poco a poco, sus garras han llegado hasta cualquier entidad bancaria e intermediario financiero.

28 de junio de 2022

Lavado de Dividendo

Ya lo he comentado en varias ocasiones: el dividendo es una forma que tienen las empresas de retribuir al accionista, pero en el fondo no debe de ser una excusa y motivo de inversión. Solo tiene sentido para el accionista de referencia de una empresa, para el inversor institucional o para quien quiera formar parte de la gestión de la empresa siendo accionista de esta. No quiero ser repetitivo, pero es que si el inversor doméstico invierte en un valor pensando en la retribución vía dividendos se está atrapando él solo: un mal día que tenga la cotizada en el Mercado se come la rentabilidad que pueda proporcionar el dividendo.

Los beneficios que obtienen las empresas los destinan, entre otros, al pago de dividendos. Al porcentaje que se destina a este pago se le denomina Pay-Out. El importe de este dividendo cuando la cotizada lo paga se descuenta, de forma automática, del valor de su cotización ya que ese valor sale directamente de las cuentas de la sociedad. Atendiendo a esto, la sociedad y sus acciones valen menos que el día anterior al pago de dividendos. Todo bien, hasta aquí, y todos contentos. Pero el inversor institucional quiere más, no le vale con eso, y recurre a la ingeniería financiera para inventarse una triquiñuela para sacarle más jugo al valor que el resto de los inversores. ¿Cómo lo consigue? Haciendo lo que se llama un Lavado de Dividendo que comenzó a generalizarse en la década de los noventa al desarrollarse nuestro Mercado de Deuda Pública y, acto seguido, incrementarse los inversores privados e institucionales.