La expresión “efecto Mateo” proviene de la cita
bíblica que aparece en la Parábola del Sembrador y en la Parábola de los
Talentos del Evangelio de San Mateo (Mateo 13,12 y Mateo 25,29, respectivamente),
en la Parábola de las Diez Minas del Evangelio de San Lucas (Lucas 19,26) y en
la Parábola del Sembrador del Evangelio de San Marcos (Marcos 4,25): “porque
a quien tiene, se le dará y sobrará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se
le quitará”.
Robert K. Merton (1910 – 2003), profesor de Sociología de la
Ciencia en Harvard, en Tulane y en la Universidad de Columbia, dejando de lado
lo eclesiástico de la cita bíblica, fue el primero que utilizó el concepto de
“efecto Mateo” aplicándolo a la producción científica y explicándolo en su
artículo The Matthew effect in sciencie publicado en 1968 en Science,
teniendo un gran impacto y extendiéndose a otras disciplinas como la
psicología, la educación, las finanzas… Decía Merton que un científico de
nombre reconocido tendrá menos problemas para hacer valer sus investigaciones,
sobre un determinado tema, que otro cuyo nombre y habilidades todavía sean
desconocidas: tanto el éxito como el reconocimiento queda siempre relegado a
una misma minoría privilegiada, dándose el caso que en la mayoría de las
ocasiones los inventos científicos no se le atribuyen al que lo descubrió en
primer lugar.
En varios ámbitos de la vida se ve este efecto de una forma
muy esclarecedora:
Finanzas
El refranero castellano es muy amplio y para este caso tiene
el idóneo: “el dinero llama al dinero”. Los ricos, gracias a los beneficios que
les producen sus activos, cada vez se hacen más ricos; por el contrario, los
pobres se ven obligados a hacer encajes de bolillos con sus finanzas personales
para llevar a cabo sus obligaciones financieras más cotidianas. Esto hace que,
a futuro, la distribución de la riqueza sea más desigual.
Los niveles más altos de formación financiera hacen que
aparezcan más oportunidades para que los que más tienen, ahorren e inviertan
con el fin de obtener mejores rendimientos que los que tienen niveles
inferiores de cultura financiera.
A la hora de pedir una hipoteca, el banco exige propiedades
o avales que garanticen la devolución del préstamo. Si no se dispone de bienes
suficientes, el préstamo hipotecario será desestimado automáticamente.
Cuando los sueldos o las pensiones suben en un porcentaje
determinado, los que tienen mayores sueldos, el importe neto les será mayor que
a los que tienen los sueldos más modestos. Al que más recibe, más se le da.
Educación
El estudiante que ha ido cosechando resultados brillantes
para su expediente académico se le prestará más atención que al resto,
asemejándose esta circunstancia al “efecto Pigmalión” (influencia que una
persona puede ejercer sobre otra, basada en la imagen que ésta tiene de ella).
Lectura
El leer mucho lleva implícito el efecto acumulativo de
aprender nuevas palabras facilitando la lectura de otros textos que, a la vez,
harán que aumente la cultura de una forma exponencial.
Literatura y periodismo
Los autores más conocidos y publicitados son los que más
opciones tienen de publicar sus libros y que se conviertan en superventas.
Cine y teatro
Los actores principales son casi siempre los mismos.
Marcas publicitarias
A la hora de comprar un producto, el consumidor se decantará
siempre por el más conocido.
Política
En las elecciones, los partidos mayoritarios se benefician
de un mayor número de votos que los minoritarios.
En fin, hay multitud de ejemplos que son víctimas del “efecto
Mateo”: la lotería, cuanto más se juegue, más probabilidades de
obtener premio existen; se come en los restaurantes donde acude más
gente; los jugadores de fútbol son como si solo existiesen los más
famosos y los fichajes más caros; a la hora de adquirir un puesto de trabajo
se lo llevará aquél que demuestre mayor experiencia; y así sucesivamente en
todos los ámbitos de la vida.
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