Mostrando entradas con la etiqueta Libertad Financiera. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Libertad Financiera. Mostrar todas las entradas

11 de abril de 2023

Diferencias de pensamiento entre las clases sociales

Foto by pixabay.com
Son varios los parámetros que determinan a qué clase social se pertenece, pero será el nivel de ingresos y el poder adquisitivo quien determine a qué clase social se pertenece. Desde un punto de vista simplista y basado en las características financieras se reconocen tres tipos de clases sociales:

Clase baja: se corresponde con las capas más desfavorecidas de la sociedad, siendo sus ingresos inferiores al 30% de la renta media. Las personas que integran esta clase social tienen serios problemas para acceder, por ejemplo, a una vivienda debido a su bajo poder adquisitivo.

Clase media: a su vez se subdivide en clase media/baja y clase media/alta. Es la más abundarte y se corresponde con aquella población que pueden acceder a bienes en propiedad con cierta solvencia. Poseen un poder adquisitivo tal que les permite vivir con cierta holgura dependiendo de la diversificación geográfica. El sueldo oscila entre el 30% por debajo de la renta media y hasta un 150% por encima.

Clase alta: también existen varias categorías, pero de inferioridad numérica con respecto a las otras clases. La componen personas con alto y muy alto poder adquisitivo, con una elevada capacidad de adquisición de bienes. Sus ingresos están por encima de un 150% de la renta media.

15 de noviembre de 2022

"La Riqueza de las Naciones" de Adam Smith

No pongo en duda que el pensamiento económico naciese con la humanidad, pero lo que sí tengo claro es que no será hasta el siglo XVIII cuando se desarrolle como disciplina científica. En ese siglo, en Escocia, tuvo lugar un movimiento cultural denominado la Ilustración Escocesa y que se caracterizó por ser uno de los principales focos de la Europa de la época. Esa cultura sale del país mediante la multitud de obras escritas y por la propia emigración de escoceses a América que se llevarán consigo esas ideas, posteriormente utilizadas por los fundadores de los Estados Unidos de América. Entre todo ese desparrame y desbordamiento de cultura, aparece Adam Smith como el primero y más ilustre de la disciplina económica.

Adam Smith (1723-1790) fue profesor, filósofo, pensador, escritor y economista. Considerado como uno de los representantes de la Ilustración Escocesa, ha pasado a la posteridad como uno de los mayores contribuyentes a la ciencia económica. Aquí, tengo que matizar que Smith no fue únicamente economista, pese a su gran contribución a la materia, porque, en su tiempo, la economía no era una disciplina independiente.

8 de febrero de 2022

¿Qué es la Libertad o Independencia Financiera?

Todos, alguna vez, hemos usado la expresión “vivir de las rentas” como petición de uno de nuestros deseos para el futuro, pero vivir sin trabajar o sin tener que hacerlo por obligación, la mayoría de las veces, se queda simplemente en un deseo. Esa idea, que le pone lo dientes largos a muchos ahorradores y es un auténtico furor en las redes sociales, es muy tentadora y ha sido bautizada como Libertad Financiera o Independencia Financiera por Robert Kiyosaki en su libro Padre Rico, Padre Pobre. Kiyosaki mantiene que, con la adecuada cultura financiera, cualquiera puede ser capaz de llegar a la independencia financiera. La misma idea, pero expresada de otra forma, la corroboró el archiconocido inversor Warren Buffett diciendo que “si usted es un ahorrador ligeramente superior al promedio, gastando menos de lo que gana, a lo largo de su vida, no podrá evitar hacerse rico”.

Lo normal es que las personas reciban un sueldo para sufragar los gastos que ocasiona la vida a cambio del trabajo que realizan. En realidad, los ingresos vienen porque se intercambia el tiempo, la sabiduría o las habilidades por un sueldo. Sin embargo, la libertad o independencia financiera es recibir los ingresos suficientes que permitan vivir, asumiendo todos los gastos que se generen, sin la necesidad de invertir el tiempo en el trabajo para obtener una remuneración. Ser financieramente independiente se puede conseguir si sucede que: exista una cantidad de dinero suficiente como para no trabajar o tener la cantidad de activos suficientes como para que los beneficios pasivos (aquellos ingresos que se reciben sin la realización de un esfuerzo) sean capaces de sufragar la totalidad de los gastos.

2 de noviembre de 2020

El dinero también sirve para comprar tranquilidad

El pasado 31 de octubre, de una forma prácticamente desapercibida, se celebró el Día Mundial del Ahorro. Esta iniciativa, instituida por el Congreso Internacional del Ahorro en 1924, pretende movilizar a la ciudadanía hacia una mejor planificación de las finanzas personales y familiares intentando desarrollar una mayor consciencia de que el consumismo desmesurado no es compatible con el ahorro. En nuestro país, esta iniciativa no ha tenido demasiado eco, atribuyéndolo los expertos a que se celebra en las vísperas de un día festivo de gran arraigo popular como es el día de Todos los Santos y, de forma mediática, tampoco tiene demasiada importancia al diluirse entre la noticia del cambio horario y de cómo este hecho influye en el ahorro energético. El caso es que ese día, en Twitter, apenas si había alguna pequeña referencia con el hashtag #DíaMundialDelAhorro o #DíaDelAhorro.

La capacidad del ahorro es inversamente proporcional al gasto: a mayor gasto, menor ahorro. Una buena prueba de ello la tenemos con el aumento de la tasa de ahorro justo cuando la crisis nos azotó con más virulencia; según ha ido llegando la recuperación económica el ahorro de las familias se ha ido reduciendo en la misma proporción que ha ido aumentando el gasto. Ahora, en época de pandemia, con el confinamiento, la capacidad de ahorro no ha aumentado, lo que ha ocurrido es que ha disminuido la capacidad de consumo. Ese ahorro latente se convertirá en consumo en cuanto finalice el periodo de confinamiento, por eso no se puede considerar “ahorro para el futuro” como tal. Tanto es así, que la tasa actual del ahorro en España es cuatro puntos inferior a la media europea.