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La Bolsa de Valores, aunque no es un casino, algunos la consideran como el lugar donde se
compran valores y se cosechan los beneficios, sin más. Esto que digo se puede
comprobar muy fácilmente escuchando los consultorios bursátiles que los medios
de comunicación especializados emiten todos los días. El que responde a las
preguntas es un profesional, pero no es un adivino que, en la mayoría de las
ocasiones, el oyente, lo pone en un aprieto. Por un lado, están los que quieren
que se le aconseje un valor para comprar y ganar dinero (como si eso fuese tan
fácil); por el otro, la mayoría, son los que están en pérdidas y no saben qué
hacer: entonces acuden al experto analista pensando que les va a salvar los
muebles y nada más lejos de la realidad, lo que en el fondo produce frustración.
No existe la fórmula del éxito en inversión y si alguien la conociese no la
contaría, pero sí existe la fórmula del fracaso: meter el dinero en algo que se
desconoce, cerrar los ojos y esperar a que suba.
La Bolsa está
considerada como el mejor vehículo de inversión para rentabilizar los ahorros y
eso requiere de un aprendizaje. Tampoco son necesarios estudios de posgrado,
pero sí unos conocimientos básicos, aunque solo sea conocer el reglamento. A
partir de ahí, sin dejar de lado la formación, la experiencia se pondrá del
lado del ahorrador que ha pasado, sin saberlo, a inversor. Ser inversor es una
tarea muy difícil donde para ganar dinero hay que trabajar muy duro. Comprar
acciones en la Bolsa es ser propietario de la parte alícuota de la compañía en
la que se ha invertido el dinero. Teniendo claro eso, si lo que se quiere es
perder dinero, solo es necesario cortar las ganancias y dejar correr las
pérdidas.