31 de agosto de 2020

Las desventuras del pequeño accionista


Parece ya hasta cotidiano que de vez en cuando en la Bolsa aparezca alguna compañía con problemas serios en sus cuentas interiores. Una de las últimas, ya sabéis, Abengoa. ¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre! solía repetir con frecuencia un antepasado mío. No ha sido la primera ni será la última, por desgracia. Y, lo peor de todo, es que seguirá siendo así y siempre pillará implacablemente a algún que otro pequeño ahorrador-inversor.

La historia ha ido dejando algún que otro legado donde al pequeño accionista le han quemado sus ahorros:

Recordaréis, hace tiempo ya (1993), la intervención y destitución del consejo de administración del Banco Español de Crédito (BANESTO) por parte del Banco de España por la existencia de un gran agujero patrimonial.

En 2001, Enron fracasa debido a un fraude en su contabilidad.

En 2002 la empresa de telefonía de EEUU WorldCom quiebra por la falsedad en sus cuentas.

En 2003 se descubre que la italiana Parmalat falseó sus cuentas durante unos cuantos de años y tiene que salir a su encuentro el propio gobierno italiano.

Aún suenan, por recientes, los acordes de Pescanova en nuestro país debido a su deuda oculta. O la quiebra de Gowex por falsear sus cuentas.

La quiebra en 2008 del banco Lehman Brothers, la salida a Bolsa de Bankia y los problemas del banco portugués Espírito Santo es por todos conocidos.

Las estafas piramidales de Forum, Afinsa, Madoff o Gescartera son ejemplos que algunos ahorradores, buscando un beneficio extra para su inversión, no olvidarán nunca.

Las Preferentes o los llamados Valores Santander no han hecho más que mermar las cuentas de aquellos incautos inversores que adquirían lo que no sabían que adquirían. Que ahora esperan que los tribunales le devuelvan aquel dinero que se quemó y que lo único que están viendo es el humo suspendido en el ambiente.

24 de agosto de 2020

El Mercado Inmobiliario se desentiende de los jóvenes


Financieramente hablando, el ser humano, a lo largo de su vida, va pasando por diferentes etapas requiriendo en cada una de ellas una serie de necesidades económicas diferentes. Atendiendo a la edad, la segunda y tercera fase van desde los 19 hasta los 45 años. En ellas se comienza a decidir el futuro económico, el crecimiento profesional y el aumento del patrimonio familiar. Como saben, el principal elemento de ese patrimonio es la vivienda habitual, llegando a convertirse en el bien más esencial. Sin embargo, el Mercado Inmobiliario no se lo está poniendo fácil a los jóvenes que están comenzando su etapa laboral, ni a los que ya la tienen un tanto consolidada debido a los prohibitivos precios del alquiler y la falta de ahorros e ingresos para hacerle frente a una hipoteca. La banca, todo hay que decirlo, tampoco se lo está poniendo demasiado accesible.

Los jóvenes no encuentran más que inconvenientes a la hora de acceder a una vivienda, tanto por el camino de la compra como por el camino del alquiler. Parece como si el Mercado Inmobiliario se desentendiese de ellos: por el lado del alquiler, se están encontrando con unos precios poco asequibles que los hace alejarse de ese Mercado, sobre todo en el centro de las ciudades. Por el lado de la compra, todavía está más complicado: los salarios son bajos, no disponen de ahorros y los bancos bajo esas mimbres no están dispuestos a asumir los riesgos de impago de antaño. La concesión de un préstamo hipotecario está sujeta a una serie de condiciones más o menos idénticas en todas las entidades. La primera condición pasa por tener unos ahorros equivalentes al 30% (10% para gastos y 20% para el pago inicial de la vivienda) del precio de la vivienda debido a que la banca se limita a cubrir únicamente hasta el 80% del valor de compraventa. Los ingresos recurrentes es otra de las condiciones sin la cual no hay préstamo. Si la nómina individual no es suficiente, habrá que pedir la hipoteca conjunta con otro titular o tirar de los siempre efectivos avales o garantes. Nada que decir sobre que el trabajo sea estable y con cierta antigüedad, así como un historial crediticio totalmente limpio.

17 de agosto de 2020

La disciplina en los Mercados Financieros


¿Qué es la disciplina? La RAE no lo deja muy claro, pero se podría decir que es cumplir las leyes y las órdenes o, dicho de otra forma, hacer lo que hay que hacer, a la hora que lo haya que hacer teniendo ganas o no. En la actividad cotidiana es necesaria la disciplina, pero imprescindible en la inversión al suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso. Ya sé que es difícil, nadie dijo que el éxito fuera fácil de conseguir, pero también es complicado gestionar las emociones y, si nos ponen a prueba, somos capaces de conseguirlo. Todo el mundo repudia la disciplina, pero anhela los resultados que proporciona.

La Disciplina en los Mercados Financieros marcará el devenir bursátil y hará tener claro un plan de inversión conciso y plenamente estudiado. Definirá las posibles incidencias en el camino, actuando con rigor en los contratiempos del escenario financiero.

Aunque sea repetitivo, el capital inicial debe de ser aquél que se sepa que no va a hacer falta en un futuro próximo. Pues como el viento en el Mar de los Mercados Financieros no siempre soplará a favor, habrá momentos que hará incurrir en pérdidas o habrá que vender los activos de la cartera en el momento menos propicio.

10 de agosto de 2020

¿Qué es y cómo se hace un Índice Bursátil?

En cualquier faceta de nuestra vida nos encontramos con que la estadística forma parte de ella sin entender muy bien el cómo y el porqué. Alguien se ha molestado y ha creado un índice para hacer una medida estadística de algo, permitiendo analizar así los cambios que se producen en una magnitud cualquiera con respecto al tiempo o al espacio. Y en los Mercados Financieros, también.

De esta forma, nos encontramos con los Índices Bursátiles que están formados por valores de toda índole y agrupados según la característica para el que fue creado ese índice.

Los índices más importantes del mundo son el FYSE 100 londinense, el DAX 30 alemán, el CAC 40 francés, el IBEX 35 español, el DOW JONES y el NASDAQ 100 estadounidenses, el BOVESPA brasileño, el MERVAL argentino, o el NIKKEI 225 japonés. (El número indica la cantidad de empresas que lo componen).

¿Qué es un Índice Bursátil?

Un Índice Bursátil no es más que un indicador estadístico del movimiento de la cotización de unas determinadas acciones que cotizan en el Mercado y es representativo de un segmento de éste. Siendo sus funciones más importantes: indicador de la evolución de un mercado de valores, servir de referencia para la gestión de patrimonios y servir de subyacente para determinados instrumentos financieros.

3 de agosto de 2020

El Tiempo y el Dinero como monedas de cambio

¿Ambos recursos sirven como moneda de cambio? ¿Vale lo mismo un minuto en cualquier momento? ¿Vale lo mismo el dinero en cualquier situación? ¿Son el dinero y el tiempo finitos? ¿Cuánto más dinero se posee, se tiene más tiempo para el disfrute?

El dinero y el tiempo son los dos recursos y monedas de cambio más importantes de los que disponemos para invertir y obtener un beneficio. Sin embargo, el dinero es el que realmente se evalúa como una inversión porque nos permite, por ser el sistema de intercambio y pago de referencia, recibir algo a cambio. Con anterioridad a su creación, si necesitábamos algo, recurríamos al trueque para conseguirlo. Por el contrario, invertir nuestro tiempo no es tan tangible el retorno que vamos a obtener, pero también nos proporcionará un beneficio que en algunos casos es en forma de dinero, este es el caso cuando intercambiamos nuestro tiempo por trabajo para que se nos recompense con un salario. En otro plano estaría cuando el intercambio se hace para adquirir conocimientos en el caso del estudio.