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2 de agosto de 2022

La Psicología en la Inversión

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La psicología financiera se puede definir como la disciplina que estudia e interviene en las conductas relacionadas con el dinero, analizando la interacción de los Mercados Financieros con la naturaleza humana y ayudando a tomar mejores decisiones, en lo que a inversión se refiere, permitiendo hacer un uso correcto de las finanzas personales. Tanto la economía como la psicología son dos ciencias que estudian al ser humano haciendo énfasis en su comportamiento teniendo en cuenta las necesidades del hombre. Así, las dos, analizan las conductas y sus efectos sobre las decisiones, pero, eso sí, desde perspectivas diferentes: la economía lo hace explicando el comportamiento colectivo haciendo mayor uso del método deductivo; la psicología, por su parte, se acerca más por la vía de la salud relacionándola con lo material, traspasando la gestión de los gastos y la influencia de la cultura y dando más confianza en el dinero. Tocante al patrimonio personal, los matices psicológicos adquieren todavía un matiz más importante.

La psicología influye en cada una de las decisiones que tienen que tomar las personas. En este sentido, el mundo de la inversión no es diferente debido a que el inversor tiene que arriesgar su propio patrimonio, a sabiendas de que las emociones formarán una parte muy importante del negocio, hasta tal punto que si no son controladas serán quienes marquen la línea del éxito o del fracaso.

5 de abril de 2022

El trance de pasar de Ahorrador a Inversor

Foto by pixabay.com
Los españoles, en general, tenemos más de ahorradores que de inversores y esa estrategia, en un entorno de bajos tipos de interés y alta inflación, sale bastante cara debido a la constante pérdida de poder adquisitivo para todo ese ahorro acumulado. No olvidemos, que, según las encuestas realizadas, más de la mitad del ahorro de todas las unidades familiares está en productos cuyo riesgo es ínfimo, lo que hace que no se consiga ningún rendimiento. Y lo peor no es eso, lo peor es que la amenaza de la inflación sobrevuela los ahorros acumulados haciendo que el interés real que recaiga sobre ellos sea negativo. Por esta razón, al patrimonio personal hay que prestarle la atención precisa para que no quede en ningún momento desatendido, dejando de tener sentido canalizar el ahorro a través de productos de inversión que hace ya bastante tiempo dejaron de ser rentables. Todo el ahorro que en el pasado no haya ofrecido un rendimiento superior a la inflación solo ha supuesto una merma del poder adquisitivo. Habrá que dejar el camino del ahorrador que antaño tantas satisfacciones dio a los ahorradores convencionales y habrá que coger el camino del inversor para no sacrificar los posibles rendimientos futuros. Ha llegado el momento de concienciarse de que el dinero tiene la obligación de trabajar para nosotros en productos diferentes a los depósitos, cuentas, pagarés o Letras del Tesoro porque ya no son una solución que aporte rentabilidad positiva sin riesgo ni esfuerzo. La cultura financiera y la aversión al riesgo (posibilidad de obtener un resultado diferente al esperado) son probablemente los dos factores más importantes que han llevado a esta situación.

Adentrarse en la aventura de pasar de ahorrador a inversor no es fácil en ningún caso, pero mucho menos si hay que hacerlo por necesidad. Por eso, todos los expertos recomiendan hacerlo con una cantidad inicial moderada para familiarizarse con los vaivenes de los Mercados Financieros por el impacto que produce en el patrimonio del inversor y, por supuesto, no caer en el pánico ante las habituales correcciones ni en la euforia de los también habituales momentos de subida.

13 de julio de 2021

El éxito en la Bolsa

El alquimista. Pietro Longhi

De la misma forma que el alquimista de la antigüedad se esforzaba por la búsqueda de la piedra filosofal junto con la panacea universal, algunos ahorradores-inversores buscan también la fórmula del éxito en la Bolsa y lo establecen como su quimera. Muchos aprendices y falsos alquimistas, tenidos por auténticos, gozaron de prestigio y apoyo durante siglos; es más, gracias a eso se hicieron grandes descubrimientos químicos que duran hasta la actualidad dando origen a la ciencia química, pero no encontraron lo que buscaban tan ansiadamente. También se llenó el mundo de charlatanes con pócimas y brebajes mágicos que lo único que conseguían era vender, a toda costa, su producto “milagroso” engañando, como siempre, al necesitado y al incauto. 

No es nuevo, haciéndose eco esta bitácora de ello, que la inmensa mayoría de los ahorradores que depositan sus ahorros en la Bolsa pierden dinero: lo pierden, debido a que su búsqueda se limita a obtener dinero fácil. Han observado a inversores de Bolsa que han tenido un gran éxito y piensan que lo han tenido gracias a que han encontrado el método secreto. Claro, como es secreto, no lo van a difundir a cualquier precio. Pues nada más lejos de la realidad: el que ha obtenido éxito en Bolsa, que los hay, lo ha conseguido gracias al duro trabajo y no a “pelotazos” como alguna mayoría cree. También, y es verdad, existe la suerte, pues la Bolsa tiene una parte que es azar y esa es la peor, es la que ciega y hace volver a probar y probar, pero muchas veces es implacable y la suerte nos abandona dando como resultado una pérdida mayor que la ganancia que nos prestó la Bolsa cuando la suerte estaba de nuestro lado.

16 de marzo de 2021

Las subastas de Apertura y Cierre bursátil

Las sesiones de Bolsa tienen lugar todos los días hábiles que marque el calendario bursátil. En la española, compuesta por cuatro bolsas de valores (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia), como en el resto de las bolsas europeas, el horario de contratación comprende desde las 9:00 hasta las 17:30 horas. Todas abren y cierran a la vez con la particularidad de las subastas de apertura y cierre. Éstas consiguen, y esa es su función, una adecuada formación de los precios en los momentos de la apertura y el cierre de cada sesión.

Estas subastas son periodos de negociación del Mercado en los que se pueden introducir, modificar y cancelar órdenes de compraventa, pero que no se ejecutarán para que el sistema calcule un precio de equilibrio entre la oferta y la demanda. De esta forma, la subasta de apertura nos asegura, al comienzo de la sesión, el precio de los diferentes activos y, la subasta de cierre nos asegura que ningún inversor pueda influir en el precio de cierre para que éste sea representativo de la sesión. Al final de cada subasta se le añaden 30 segundos de cierre aleatorio. En estos 30 segundos implican que el horario de apertura y cierre se encuentre en ese periodo aleatorio.

15 de febrero de 2021

Fórmulas de retribución al accionista

La imaginación no tiene límites hasta cuando se usa con el fin de encontrar fórmulas de retribución al inversor. Las empresas están obligadas a navegar en dos mares: contentar al inversionista buscando un medio de pago que suponga el menor impacto negativo en sus cuentas. Esto hace que la estrategia de remuneración al accionista vaya más allá del clásico pago de dividendos, pasando hasta por la realización de ampliaciones de capital para evitar que tengan que pagar dinero en efectivo cuando los resultados han mermado. Cada fórmula empleada debe ser valorada por el inversor pues todas ellas tienen implicaciones fiscales importantes y una posible dilución del accionariado. 

Uno de los derechos de los accionistas, reconocido por ley, es el de participar en el reparto de las ganancias de la sociedad disponiendo ésta de diversas fórmulas para retribuirles. 

Entre las formas de retribución más habituales están: Dividendo, Scrip Dividend, Devolución de Prima de Emisión, Ampliación de Capital Liberada, Pago con Cargo a Autocartera y Prima de Asistencia a Juntas. 

30 de noviembre de 2020

¿Qué es y qué indica el TER en un Fondo de Inversión?

El Fondo de Inversión es el activo financiero más versátil para el ahorrador porque raro será no encontrar uno que no se adapte a nuestras necesidades. El inversor doméstico se fija en la rentabilidad conocida que ofrece mermándola los gastos y costes que lleva implícito el fondo; por esta razón, es muy importante conocer de antemano ese tipo de gastos que serán decisivos a la hora de calcular la posible rentabilidad que ofrezca el fondo elegido. De esta forma, creo que debe ser de obligado conocimiento para todos los partícipes el Ratio de Gastos Totales o, en inglés, Total Expense Ratio (TER). El TER es el porcentaje anualizado de gastos que soporta y lleva implícitos un Fondo de Inversión sobre su patrimonio. Este dato deberá aparecer en el folleto del fondo y en los informes trimestrales que se envían a los partícipes.

El beneficio que ofrezca este tipo de activo financiero se debe a la pericia del gestor a la hora de invertir el patrimonio del conjunto de los partícipes restándole los gastos. Atendiendo a esto, nos fijaremos en la categoría que mejor se adapte a nuestras necesidades de inversión para luego observar el que más beneficios obtiene y menores gastos. Por lo tanto, el TER debe de estar presente siempre a la hora de decidirse por un fondo u otro independientemente del entorno del Mercado. El que un fondo tenga un TER más elevado que otro no quiere decir que sea mejor ni peor, tampoco indicará nada sobre sus rendimientos de inversión pues todo eso dependerá de la propia gestión, pero sí nos dejará muy claro en qué cuantía disminuirán todos esos resultados a la hora de plasmarlos en los beneficios que obtendrán los partícipes.

9 de noviembre de 2020

La probabilidad en el juego de la Bolsa

No es raro oír hablar en cualquier tertulia sobre “el juego de la Bolsa”, es más, está ya tan estandarizado de que la Bolsa es un juego que a pocos se les oye decir que la Bolsa forma parte de una inversión. Evidentemente, me estoy refiriendo al inversor doméstico donde, en la mayoría de las ocasiones, su estrategia está basada en el azar. De todos modos, he leído a algún que otro autor profesional referirse a la Bolsa como un juego y, por si fuera poco, justificándolo. En fin, cada uno que la vea como quiera.

En alguna ocasión, en esta bitácora, he reconocido que la Bolsa tiene una parte lúdica por el mero hecho de que se invierte con el deseo de cosechar un fruto en el futuro. Estaréis conmigo, en que la fluctuación de la cotización de cualquier valor bursátil nunca será predecible con exactitud. Es cierto que existen muchas técnicas que ayudan a ver un poco el devenir del recorrido que tendrá una acción en un futuro, pero eso de entrar en una posición y salir con el máximo beneficio posible no deja de ser una quimera que a todos nos gustaría conseguir, sabiendo que nada tiene que ver con la realidad. Si alguien intenta vender esa postura es una estafa. Me mantengo en la opinión de que si lo que se quiere es jugar a la Bolsa, usar un juego de los múltiples que hay virtuales y disfrutar del momento pues es mejor que pasar el rato en esos juegos que no invertir el dinero en el mundo real.

31 de agosto de 2020

Las desventuras del pequeño accionista


Parece ya hasta cotidiano que de vez en cuando en la Bolsa aparezca alguna compañía con problemas serios en sus cuentas interiores. Una de las últimas, ya sabéis, Abengoa. ¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre! solía repetir con frecuencia un antepasado mío. No ha sido la primera ni será la última, por desgracia. Y, lo peor de todo, es que seguirá siendo así y siempre pillará implacablemente a algún que otro pequeño ahorrador-inversor.

La historia ha ido dejando algún que otro legado donde al pequeño accionista le han quemado sus ahorros:

Recordaréis, hace tiempo ya (1993), la intervención y destitución del consejo de administración del Banco Español de Crédito (BANESTO) por parte del Banco de España por la existencia de un gran agujero patrimonial.

En 2001, Enron fracasa debido a un fraude en su contabilidad.

En 2002 la empresa de telefonía de EEUU WorldCom quiebra por la falsedad en sus cuentas.

En 2003 se descubre que la italiana Parmalat falseó sus cuentas durante unos cuantos de años y tiene que salir a su encuentro el propio gobierno italiano.

Aún suenan, por recientes, los acordes de Pescanova en nuestro país debido a su deuda oculta. O la quiebra de Gowex por falsear sus cuentas.

La quiebra en 2008 del banco Lehman Brothers, la salida a Bolsa de Bankia y los problemas del banco portugués Espírito Santo es por todos conocidos.

Las estafas piramidales de Forum, Afinsa, Madoff o Gescartera son ejemplos que algunos ahorradores, buscando un beneficio extra para su inversión, no olvidarán nunca.

Las Preferentes o los llamados Valores Santander no han hecho más que mermar las cuentas de aquellos incautos inversores que adquirían lo que no sabían que adquirían. Que ahora esperan que los tribunales le devuelvan aquel dinero que se quemó y que lo único que están viendo es el humo suspendido en el ambiente.

30 de julio de 2020

Pensamientos de Inversor


La diferencia fundamental entre un inversor y un jugador de Bolsa está en la forma de pensar. Mientras que el primero considera a la Bolsa como una institución financiera en toda regla en la que los beneficios se obtienen tras mucho tiempo de formación y de toma de decisiones correctas; el segundo, la considera, más o menos, como un casino donde las ganancias vienen por la vía de la suerte y de la intuición, siendo, cualquiera de ellas, malas consejeras. Estas diferencias de pensamiento son las que harán que el ahorrador llegue al éxito o al fracaso económico.

La aureola que rodea al inversor tiene que estar siempre plagada de positivismo, independientemente de la evolución que tenga el Mercado. Esto se consigue porque el riesgo debe de estar bajo control para así poder mejorar la cifra del patrimonio que se dedica a los negocios bursátiles. La situación es modificable en cualquier momento; por eso, se debe de asumir que la responsabilidad sea siempre del que expone su patrimonio y no del entorno. El jugador, por el contrario, siempre les echará la culpa a terceros sin darse cuenta de que los beneficios vendrán por la calidad del trabajo: no se trata de comprar un determinado valor y dejarlo ahí para que otro lo gestione y recibir los beneficios sin esfuerzo. El horizonte de visión debe de llegar más allá de la obtención simple de beneficios, se trata de aumentar el patrimonio no de mejorar el salario.

El hasta dónde queremos llegar tiene que estar en simbiosis con la voluntad de querer. Es imposible conseguir un patrimonio financiero sin la convicción de que somos capaces de poder lograrlo. Posteriormente, no servirá la voluntad de gestión para salir del paso, del día a día, se trata de gestionar el patrimonio conseguido para que aumente y se mantenga en el tiempo. El patrimonio será para el inversor su arma de trabajo que nunca y nadie debe despojársela.

24 de abril de 2020

La difícil tarea de ser inversor doméstico

Hace ya algún tiempo, leí la entrevista que una publicación económica le hizo a un gestor de un mega fondo cuya política de inversión estaba basada en la Renta Variable. Explicaba cómo, sin ningún tipo de escrúpulo, era capaz de romper soportes o resistencias a su antojo, con la única intención de equivocar al “pobre incauto inversor doméstico” y a los analistas técnicos, para que entrasen o saliesen de los valores que él marcaba. De esta forma conseguía mover las acciones para lucro del fondo que gestionaba. Si ese gestor era capaz de hacer eso, pienso yo, los demás inversores institucionales también lo podrían hacer pues, al mover cientos de millones, moverán el Mercado. Efectivamente, así era, así es y, por desgracia, así será.

Lo anterior, que no deja de ser una realidad anecdótica dejando al pequeño inversor como el perdedor del Mercado, me viene al pelo para hablar del papel que les toca representar a los inversores domésticos, particulares o minoristas. Ya lo he dicho alguna vez: les toca, simplemente, recoger las migajas de los cadáveres que dejan tras de sí los grandes tiburones financieros.