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15 de marzo de 2022

¿Qué es el Índice VIX o Índice del Miedo?

Hay muchos indicadores bursátiles que ayudan a tener una visión de lo que está aconteciendo en los Mercados Financieros para tener claro lo que se puede y lo que no se puede hacer en un momento determinado. Por ejemplo, siempre que hay una modificación de la volatilidad (medida del movimiento del precio de un activo en lugar de una medida del precio como tal) de una forma extraordinaria en los Mercados Financieros los profesionales del sector y los medios de comunicación financieros, para valorarla, suelen recurrir a la observación de los valores que muestra el Índice de la Volatilidad (VIX, Volatility Index). A este índice también se le conoce como Índice del Miedo, Índice del Sentimiento del Inversor, CBOE VIX (Chicago Board Options Exchange Market Volatility Index) o S&P 500 VIX.

Sus inicios se remontan a 1986 cuando Menachem Brenner y Dan Galai, profesores de economía e investigadores de la volatilidad en los mercados, crearon el primer índice de volatilidad al que llamaron Index Sigma (debido a que el símbolo sigma –σ- se refiere a la volatilidad en las matemáticas del mundo financiero). Posteriormente, en 1992, la Chicago Board of Options Exchange creó su propio índice basado en la volatilidad disponible para el trading y para los analistas financieros. Gracias al trabajo del profesor Whaley se creó en 1993 el índice de volatilidad VIX. Desde entonces, otras Bolsas han creado también su propio índice de volatilidad tal es el caso del VNX (Índice de Volatilidad del Nasdaq100), VXD (Índice de Volatilidad del DowJones30), el VCAC (Índice de Volatilidad del CAC40), el VDAX-NEW (Índice de Volatilidad del DAX30), el VSTOXX (Índice de Volatilidad del Eurostoxx50) …

25 de mayo de 2021

Subastas de Volatilidad

Cuando el precio de una acción oscila de forma anómala, el SIBE (Sistema de Interconexión Bursátil Español) dispone de una serie de mecanismos diseñados para la protección de los precios para los casos en que la volatilidad se sale de su cauce. Estos mecanismos de protección, frente a situaciones de volatilidad extrema, fueron implantados en la Bolsa española el 14 de mayo de 2001 en sustitución de los límites de negociación que existían del orden del 15 al 25%. Es lo que se conoce con el nombre de Subastas de Volatilidad.

Por lo tanto, las Subastas de Volatilidad son un mecanismo que permiten suspender temporalmente la cotización de un valor que presenta una excesiva oscilación en los precios, pretendiendo así controlar la alta volatilidad frenando al Mercado para que haya una ordenación adecuada en los precios de oferta y demanda.

Estas Subastas se producen cuando un valor intenta negociarse por encima o por debajo de su Rango Estático o Dinámico. La Subasta dura cinco minutos, a lo que se le añade un cierre de treinta segundos durante los cuales, en cualquier momento, sin previo aviso y sin posibilidad de tener extensiones, se acaba la subasta y se asignan los títulos. Del precio resultante surgirán los nuevos precios estático y dinámico siguiendo el valor su negociación con normalidad. Durante el periodo que dura la Subasta se pueden introducir, modificar y cancelar órdenes, pero en ningún caso existirán cruces de operaciones.

La ruptura de cualquiera de los rangos provoca las Subastas de Volatilidad por ruptura del rango estático, Subastas de Volatilidad por ruptura del rango dinámico y las posibles extensiones en las subastas de apertura y cierre.

18 de mayo de 2021

¿Qué son los Rangos de Precios Estáticos y Dinámicos en el Mercado Bursátil?

La globalización también afectó a la Bolsa ¡y de qué manera! Se trató y se consiguió que la negociación del conjunto de las mayores Bolsas europeas use parámetros parecidos. La Bolsa española se vio implicada de lleno y tuvo, por necesidad, que llevar a cabo una serie de modificaciones nunca vistas en nuestro sistema de negociación. En nuestros días todo parece ya cotidiano, pero en su momento, año 2000 y 2001, fue toda una innovación y un gran avance. Estoy hablando de la inclusión de órdenes automáticas, plazos nuevos de validez de órdenes y, la inclusión de los Rangos Estáticos y Dinámicos, así como las Subasta de Volatilidad.

Y, de esta forma, aparentemente sencilla, el SIBE incluye mecanismos de control de precios para casos extremos de volatilidad. La Bolsa americana está llena de ejemplos y cada poco se produce alguno.

Para comenzar, se implantaron las subastas de cierre, que junto con las de apertura, aseguran una adecuada formación de los precios en esos dos momentos tan importantes de la sesión: el comienzo y el final donde es relativamente sencillo manipular el precio de los valores.

Inicialmente, el límite de fluctuación era del 15%, al alza o a la baja. A partir del año 2000, y metidos ya de lleno en el nuevo entorno bursátil, se puso de manifiesto la dificultad de mantener estos límites. Ante esa situación, se procedió a su eliminación creándose unos rangos de fluctuación en función de la volatilidad histórica de cada valor. De esta forma, surgen los Rangos Estáticos y Dinámicos que veremos detalladamente a continuación, no sin antes decir que se calculan para cada valor del Mercado con los datos históricos de cotización. Estos Rangos son publicados mensualmente por la Sociedad de Bolsas pudiendo especificar otro rango diferente para los valores que, a su criterio, lo requieran. Lo puede modificar cuando lo considere oportuno. Cuando un valor intenta negociarse por encima del Rango Estático o Dinámico se produce una Subasta de Volatilidad.

25 de enero de 2021

Los coeficientes Alfa, Beta y Volatilidad

Los coeficientes Alfa, Beta y Volatilidad forman parte de los denominados indicadores cuantitativos cuya misión es cuantificar el riesgo de una inversión. Si bien el Alfa y la Beta son indicadores que sirven de referencia a los inversores más experimentados, no es motivo para que el inversor doméstico, particular o minorista no sepa qué función desempeñan, aunque no aporten la evolución exacta del activo financiero ya que se calculan a partir de datos históricos, en función del comportamiento que han tenido en el pasado junto a su Volatilidad.

Los tres indicadores son válidos para cualquier tipo de activo financiero: bien sea una acción, una cartera, un índice o un fondo de inversión, siendo una referencia que juntas indicarán si es recomendable o no entrar en un activo anteponiéndonos a los riesgos que se puedan contraer.

No enunciaré ninguna fórmula de cálculo para ninguno de los indicadores entendiendo que no son significativas ni representativas ya que sus valores se pueden obtener de cualquier página especializada en finanzas.

7 de enero de 2021

¿Qué es el Efecto Enero?

La tarea más difícil del inversor es, sin lugar a duda, predecir, en lo que a rentabilidad se refiere, la evolución que tendrá un activo financiero. Para intentar solucionar este problema se han hecho estudios de toda índole. Uno de los más curiosos, bajo mi punto de vista, es el que se ha realizado sobre lo que los expertos denominan pautas estacionales, anomalías estacionarias o anomalías del calendario obteniendo como resultado que, en ciertas épocas del año, los rendimientos obtenidos son superiores al resto. En esta ocasión me estoy refiriendo a la pauta estacionaria llamada efecto enero pues, enero es un mes seguido por los inversores.

Además de las citadas anomalías nos encontramos con algunas que no dejan de ser curiosas y que están avaladas por estudios: los días de luna llena son los preferidos por los inversores para invertir, aconsejan cerrar posiciones los viernes para abrirlas los lunes. En fin, aunque algunos no crean en ellas hay que considerar que no es posible negar su evidencia y, en la mayoría de los casos, sus resultados.

Atendiendo a lo dicho, se puede decir que el efecto enero es una pauta estacional que consiste en que, según estudios empíricos, durante este mes se producen rentabilidades positivas respecto a las rentabilidades del resto de meses del año. Según estos estudios, este efecto se ha cumplido en la inmensa mayoría de las ocasiones. Por si fuera poco, este efecto marcará el comportamiento que tendrá la Bolsa durante todo el año pues se dice que si enero es alcista el año lo será también.

18 de junio de 2020

Cuádruple hora bruja

Las Brujas de Goya
Para la Bolsa, cada tercer viernes de los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre no son un viernes cualquiera. En esos días se produce un peculiar fenómeno que es conocido en la jerga bursátil como “Cuádruple Hora Bruja”. Este término, que proviene de las tres brujas de Macbeth de Shakespeare, es muy conocido entre los inversores y lo esperan con impaciencia por lo que pueda ocurrir. Suele ir acompañado de un mayor volumen de negociación y una mayor volatilidad lo que, a menudo, viene asociado a terribles consecuencias. Por eso, los inversores domésticos deben estar todavía más pendientes de lo habitual.

A diferencia de lo que ocurre con las acciones, que tienen una vida indefinida (salvo casos excepcionales de quiebra, liquidación, fusión…), los derivados (opciones y futuros) tienen una fecha de vencimiento prefijada. A las 12:00 vencen los futuros sobre el Esurostoxx 50; a las 13:00 los del DAX; antes de la apertura del Mercado Americano los del S&P 500, Nasdaq y Dow Jones (en este mercado no existen futuros sobre acciones); y, por último, los del IBEX35 que lo hacen entre las 16:15 y las 16:45.

El término “Cuádruple Hora Bruja” se utiliza para indicar el vencimiento simultáneo de los contratos trimestrales de opciones y futuros sobre índices y las opciones sobre acciones. Por otro lado, los vencimientos mensuales también crean su propia posición abierta cada tercer viernes de mes lo que provoca su propia “Hora Bruja”.


11 de junio de 2020

La Volatilidad Financiera asusta, pero no mata


El incremento de la volatilidad en los Mercados Financieros es noticia generalizada, un día sí y otro también, siendo muy sensibles a cualquier situación anómala e inesperada, situación que los inversores domésticos tienen que acostumbrase a padecer a diario. Ocurra lo que ocurra, siempre habrá una explicación más o menos coherente para dar explicación a sus movimientos

La volatilidad, sin entrar en detalles matemáticos ni técnicos, mide el grado de incertidumbre existente en un activo financiero o en un Mercado. Se utiliza para cuantificar los cambios aleatorios que se producen en las rentabilidades de los diferentes productos de inversión. Nació el mismo día que nacieron los Mercados Financieros y se pueden diferenciar tres tipos: histórica (se basa en el pasado), implícita (la actual) y futura (no se conoce, se estima). Al medir las fluctuaciones que experimenta un activo con respecto a su media en un periodo de tiempo determinado, ayuda a cuantificar el riesgo asumiendo que es directamente proporcional a la volatilidad.

Conocer las características de riesgo de una determinada inversión es fundamental para entender su posible comportamiento futuro. También es importante para el conjunto de la cartera del inversor debido a que cada activo tendrá características de riesgo diferentes. Tener en cuenta esta característica contribuirá a establecer una correcta diversificación. El inversor doméstico no puede, de ninguna manera, controlar las caídas de los Mercados, pero sí puede controlar el riesgo de sus inversiones porque es directamente proporcional al beneficio futuro de la inversión. Por lo tanto, no está de más recordar que buscar el equilibrio entre ambos es algo que siempre jugará a favor del ahorrador dejando el camino más despejado al rendimiento positivo.

25 de abril de 2020

Valor vs. Precio, una de las claves en el mundo de las inversiones

Decía Oscar Wilde que “el cínico es el que sabe el precio de todo y el valor de nada” y es verdad: diferenciar el valor del precio de un activo financiero es uno de los pilares esenciales de la inversión debido a que, con mucha más frecuencia de lo que se piensa, no se distingue un activo caro de otro barato porque se atiende únicamente a su precio. Cuando un activo, cualquiera, ha perdido valor para el Mercado, se refleja directamente en el precio de su cotización. Por consiguiente, cuando un inversor paga por una acción un precio superior al de cotización, ese precio que está dispuesto a desembolsar está por encima del valor de Mercado. Adam Smith lo deja muy claro con su famosa paradoja del agua y los diamantes: “el agua es más valiosa que los diamantes, pero inmensamente más barata”. Así, cuanto más valor se le dé a algo, más se estará dispuesto a pagar por él.

Por lo tanto, el precio y el valor van por el mismo camino, pero no de forma paralela, por eso no siempre serán equitativos el uno con el otro. En los Mercados Financieros, habitualmente, el precio de cotización de las acciones no se ajusta al valor real de la compañía.