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16 de mayo de 2023

El Euríbor, ¿qué es y cómo se calcula?

Las entidades financieras, igual que las personas o las empresas, habitualmente, acuden a otros bancos a pedir financiación cuando tienen que hacer frente a operaciones financieras y no disponen del saldo suficiente. Por ese dinero que se prestan pagan el interés correspondiente y a esto es a lo que se denomina Mercado Interbancario.

Precisamente, el Euríbor, acrónimo de Euro Interbank Offered Rate (Tipo Europeo de Oferta Interbancaria), es el tipo de interés al que los bancos se prestan el dinero entre sí en el Mercado Interbancario de la Zona del Euro.

El Euríbor se publicó por primera vez el 30 de diciembre de 1998 y entró en vigor el 1 de enero de 1999, unos días antes de la puesta en marcha del euro como moneda europea, cuando el Banco Central Europeo consideró necesario una nueva referencia interbancaria dentro de la Unión Europea. Anteriormente, en Europa, ya se conocía el AIBOR, muy parecido al actual Euríbor. Además, cada mercado tenía su propio tipo de referencia: el PIBOR en Francia, el FIBOR en Alemania o el MIBOR en España.

23 de agosto de 2022

La depreciación de una Divisa y sus efectos en la Economía

Foto by pixabay.es
La teoría de la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA) sobre la fijación de los tipos de cambio establece que los niveles de precio entre dos países deberían ser iguales, determinando el tipo de cambio de equilibrio entre dos monedas a partir de la estructura de precios relativos entre dos economías diferentes. Esto significa que los bienes en cada país costarán lo mismo una vez que las divisas se hayan intercambiado. Sin embargo, esto no es así porque el poder adquisitivo de las divisas es diferente. Como con cualquier activo, existe el valor real de una divisa y el valor nocional, con el que operan los mercados financieros. Según esta teoría, la economía de un país con unos niveles de precios superiores debe experimentar una depreciación de su divisa para compensar su menor competitividad a través de los precios. Por tanto, si una moneda cotiza más cara que el nivel establecido por el cálculo de paridad del poder adquisitivo, diríamos que está sobrevalorada y viceversa. Al final, el objetivo de medir la PPA es hacer comparaciones más eficaces entre dos divisas, ajustándose a las diferencias locales de poder adquisitivo.

En estos últimos meses, por ejemplo, se ha visto cómo el euro ha ido perdiendo valor con respecto al dólar debido a que el mercado se ha ido anticipando a las posibles consecuencias de las políticas monetarias que los Bancos Centrales están poniendo en marcha. No nos olvidemos que las fluctuaciones que experimenten las divisas perturban (y mucho) el mercado de bienes y servicios de la economía cotidiana, por eso, la estabilidad es uno de los principios fundamentales de la política monetaria.

11 de enero de 2022

España cumple dos décadas con el Euro como moneda

Foto by pixabay.com
Buscando una mayor estabilidad económica y un comercio transfronterizo más cómodo, a finales de los años ochenta, en Europa, se propuso una unión económica y monetaria. Así, 11 países (posteriormente se irían añadiendo más, hasta un total de 19) crearon una nueva moneda: el euro (nombre que se decidió en el Consejo Europeo celebrado en Madrid en diciembre de 1995 y que significa viento de Europa que sopla del este hacia el oeste). Su símbolo gráfico (€) se inspira en la letra griega épsilon y remite a la primera letra de Europa, representando las líneas paralelas la estabilidad de la nueva moneda. El 31 de diciembre de 1998 se fijaron sus tipos de cambio irrevocables poniendo en manos del Banco Central Europeo (BCE) la política monetaria. El 1 de enero de 1999 nació el euro como moneda común, siendo el sucesor del ECU o Unidad Monetaria Europea (European Currency Unit) teniendo una paridad de 1:1.

Al principio, el euro únicamente se usaba para fines contables como moneda escritural (por ejemplo, desde el 1 de enero de 1999 la negociación de los valores bursátiles se realiza exclusivamente en euros) abriéndose un periodo de transición de tres años para, de una forma gradual, retirar las monedas nacionales dando paso a las monedas y billetes en euros. Recae sobre los gobiernos nacionales la responsabilidad de las monedas, pero es el BCE quien aprueba, de forma anual, el volumen de monedas y billetes que se han de emitir.

El 1 de enero de 2002, después de un plan de comunicación integral para concienciar a la población del cambio monetario, comenzó la circulación de la nueva moneda con un despliegue nunca visto: al segundo día, el 96% de los cajeros automáticos de la zona euro ya dispensaban billetes de euro. Una semana después, las transacciones monetarias en efectivo ya se realizaban en la nueva moneda. Aunque hubo una campaña promocional sin precedentes, hubo que dejar de pensar en pesetas y aquello no fue fácil, menos mal que nos ayudaron las calculadoras conversoras y la equivalencia aproximada de que 1.000 pesetas eran 6 euros. Los billetes y monedas nacionales dejaron de ser de curso legal el 28 de febrero de 2002 pero se podían cambiar en cualquier banco o caja de ahorro hasta el 30 de junio (ya saben: 1 euro = 166,386 pesetas). Después de esa fecha, las pesetas se pudieron canjear a euros en el Banco de España, después de varias prórrogas, hasta el 30 de junio de 2021. Ahora, la peseta no puede ser cambiada por ninguna otra moneda de curso legal a no ser que se haga a través del mercado no regulado del coleccionismo; perdiendo, por tanto, su valor nominal o facial, manteniendo el intrínseco y el numismático.

16 de julio de 2020

¿Por qué renta pedir prestado y cuesta dinero prestar?


El concepto de que el prestatario pague intereses al prestamista era una condición básica de cualquier préstamo. Esto ha sido así hasta que los tipos de interés negativos han presionado a la baja todo tipo de deuda, lo que ha sido un beneficio inesperado para el deudor, pero todo un problema para el ahorrador y el prestador. Para muestra un botón: las letras y los bonos que emite el Tesoro Público del Reino de España se encuentran en todos sus periodos con rentabilidades negativas hasta el de cinco años. Es decir, los inversores institucionales están dispuestos a depositar su dinero, aunque tenga un coste, a cambio de estabilidad y liquidez que proporciona la deuda pública de los Estados más solventes.

Las políticas monetarias que han llevado a cabo todos los bancos centrales mundiales han evitado una catástrofe monetaria global, pero han conseguido que el Mercado de Deuda se distorsione. El ahorrador no encuentra ningún beneficio en la renta fija convencional, lo que hace que tenga que acudir a otro tipo de inversiones menos conocidas y más arriesgadas, llegando a tomar decisiones erróneas, en parte influenciadas por aquellos que, conociendo la evolución de los Mercados, no son conscientes del riesgo soportado por el cliente al que se le ofrece ese producto, provocando inintencionadamente la formación de posibles burbujas. La opción de estar en liquidez, no haciendo nada con el ahorro, tampoco es una buena solución debido a que la inflación es implacable con los caudales que se guardan bajo las baldosas de la cocina.