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El inversor doméstico español es conservador. Y es
conservador porque viene de un pasado donde disfrutó de rentabilidades más que
aceptables únicamente depositando su dinero en activos sin riesgo. Sin embargo,
es consciente de que hay que asumir algo de riesgo, siendo inevitable pensar en
la rentabilidad vía dividendos, pero los dividendos no siempre son seguros ni
no siempre son recurrentes en el tiempo, poniendo como muestra la crisis
económica que se está viviendo y que ha hecho que algunas empresas reduzcan su
pay-out (porcentaje de los beneficios que una empresa dedica al pago de los
dividendos) o directamente lo eliminen.
Siempre es mejor invertir en empresas cotizadas que hacen dinero con su negocio que en aquellas que atraen a los inversores por sus buenos dividendos
Una de las estrategias más clásicas a la hora de invertir en
Bolsa es hacerlo en aquellas empresas que reparten dividendos, más aún si las
empresas de intermediación financiera lo fomentan como una de sus grandes
estrategias de cara a conseguir la tan ansiada independencia financiera,
llegando, incluso, a hablarse ya de una burbuja desde el punto de vista del
marketing coincidiendo con escenarios bursátiles bajistas. En esta bitácora ya
he hablado de los Dividendos como una de las fórmulas más habituales de retribución al accionista, definiendo al Dividendo como la parte de los
beneficios o reservas de una sociedad que se reparte entre sus accionistas y
hacía mención a los diferentes tipos que existen.