Los coeficientes Alfa, Beta y Volatilidad forman
parte de los denominados indicadores cuantitativos cuya misión es cuantificar
el riesgo de una inversión. Si bien el Alfa y la Beta son indicadores que
sirven de referencia a los inversores más experimentados, no es motivo para que
el inversor doméstico, particular o minorista no sepa qué función desempeñan,
aunque no aporten la evolución exacta del activo financiero ya que se calculan
a partir de datos históricos, en función del comportamiento que han tenido en
el pasado junto a su Volatilidad.
Los tres indicadores son válidos para cualquier tipo de
activo financiero: bien sea una acción, una cartera, un índice o un fondo de
inversión, siendo una referencia que juntas indicarán si es recomendable o no
entrar en un activo anteponiéndonos a los riesgos que se puedan contraer.
No enunciaré ninguna fórmula de cálculo para ninguno de los
indicadores entendiendo que no son significativas ni representativas ya que sus
valores se pueden obtener de cualquier página especializada en finanzas.