James Tobin |
Este
impuesto, que no es una tasa (tributo que paga un consumidor por el uso de un
bien o servicio de dominio público), no es algo que surja de las nuevas
inspiraciones recaudatorias, ya se creó algo parecido en el año 1694 en la
Bolsa de Londres, el Stamp Duty o Tasa de la Reina, con la
implantación de un impuesto de sello pagadero por el comprador de las acciones,
que debía acompañar al documento oficial para formalizar la compra.
Posteriormente, lo propuso Keynes, en Wall Street, para evitar la especulación
excesiva de los traders que con sus operaciones aumentaban considerablemente la
volatilidad de los Mercados y James Tobin, como buen discípulo, asumió como
buena la idea de su maestro y la migró de los Mercados Financieros a los Mercados
de Divisas. Tal fue la popularidad del impuesto que se le puso el nombre de “Tasa
Tobin”. J. Tobin, estudioso de la política monetaria y fiscal, de las
inversiones y de los Mercados Financieros, defendió la idea de que los
gobiernos debían de intervenir en la economía de los países con el fin de
estabilizar la producción total y evitar las recesiones.