Todo es cambiante y la operativa bursátil no podía ser
menos. Qué lejos queda, parece, aquello de operar en Bolsa en los corros a viva
voz. Se ha pasado, en muy poco tiempo, de estar los operadores en el parqué
físicamente a operar a distancia. Se ha pasado de recibir los títulos de
propiedad de los valores bursátiles adquiridos a tener únicamente una simple
anotación en cuanta. Y es que nadie se queda inmune al avance implacable y
disruptivo de la tecnología. Los más tradicionales se empeñan, sin
conseguirlo, en mantener a toda costa su propio sistema de inversión sin
adecuarlo a los nuevos formatos, alegando que si antes funcionaba ahora
también. Y no les falta parte de razón, pues, aunque la estrategia no ha
cambiado, sí la forma de ejecutarla. El inversor en Bolsa de ahora no es el
inversor de hace una década, es más, ha variado hasta en lo referente a la
formación que necesita para operar: algunos ni siquiera estudian economía pues
les basta con ser ingenieros, físicos o matemáticos. De esta forma, nos
encontramos con que son los propios sistemas informáticos los que operan en
Bolsa surgiendo así los Sistemas
Automáticos de Trading.
Un Sistema Automático de Trading es un programa informático
que incorpora un conjunto de reglas matemáticas objetivas, permitiendo olvidarse
del seguimiento operativo del sistema con el fin de ejecutar las órdenes
operativas en Bolsa de cualquier valor negociado en un Mercado Financiero. Para
ello se programa el sistema con una serie de condiciones específicas para que,
cuando se den en el Mercado, el propio sistema ejecute la orden de compraventa
o simplemente avise al usuario de su cumplimiento. La idea de que una máquina
sustituya en la operativa bursátil a una persona puede parecer muy atractiva y
eficiente, pero no es así al no estar exenta de riesgos.