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Los ahorradores más antiguos
vieron cómo en sus verdes años los Plazos Fijos y los Pagarés eran los reyes.
En su madurez, vieron cómo el precio del dinero se situó por debajo del 0 %,
algo inédito, provocando la nula remuneración del dinero. Posteriormente,
vieron cómo, para atajar la inflación, hubo que subir el precio del dinero,
provocando una desgracia nunca visa para la Renta Fija. Ahora parece que ese
desastre, cuando el ahorrador no tenía dónde elegir para obtener algo de
rentabilidad sin riesgo, queda lejos. Volver a ver Depósitos, Letras del Tesoro
o cualquier otro producto de Renta Fija por encima del 3% les ha devuelto la
sonrisa.
Los activos destinados al ahorro vuelven
a aparecer después de haberlos tenido olvidados. Las ofertas, al ahorrador, se
le amontonan y no tiene claro si la mejor opción es una Letra del Tesoro, un Depósito
o una Cuenta Remunerada. Los expertos, también hay que decirlo, tampoco tienen
claro cuál es la mejor opción, aunque en lo que sí están de acuerdo es en que
todas las opciones van a ser atractivas financieramente, aunque cada una
evolucionará de una forma diferente, lo que provocará que las rentabilidades
finales sean dispares.