La evolución
de la economía no es lineal, sigue unas fluctuaciones denominadas fases,
marcadas por sus diferentes ritmos de evolución. Esos periodos de expansión y
contracción, más o menos predecibles, son los que generan los ciclos económicos
que, bien aprovechados, son muy fértiles para ahorradores e inversores.
La historia
económica ha dado muchas teorías intentando explicar la formación de los ciclos
económicos. Todas ellas, de una forma u otra, convergen en que el ciclo surge
de las fluctuaciones de la renta, apoyándose en la senda que experimenta la
economía a largo plazo. Esas teorías tienen un problema común y es identificar
los recursos que pueden modificar la tendencia tanto en un sentido como en
otro. También necesitan dar explicaciones a los factores que provocan el cambio
de ciclo tanto cuando está en la cima como cuando está en el valle.
¿QUÉ ES EL CICLO ECONÓMICO?
Se denomina
ciclo económico a la fluctuación de la actividad global cuando casi todos los
sectores convergen al unísono hacia la expansión o la recesión. Se puede medir
a través de la producción, el desempleo, las quiebras, la inflación e, incluso,
el déficit público. Los ciclos, atendiendo a su duración, pueden ser cortos
(aquellos que duran de 30 a 40 meses), medios (los comprendidos entre 7 y 10
años) y largos (los que sobrepasan más de 10 años). En el ciclo económico,
debido a sus fluctuaciones constantes, se pueden identificar varias fases: Recuperación, Expansión, Auge y Recesión.
Para intentar
salir de una Recesión, las
autoridades monetarias intentan a toda costa incentivar el consumo, y lo consiguen
bajando los tipos de interés junto con otra serie de medidas encaminadas para
que fluya el crédito hacia el consumo. Así comienza la fase de Recuperación. La demanda, la producción
y la inversión empiezan a aumentar ayudando al inicio de la economía
ascendente.
La Expansión se caracteriza porque las
expectativas de los consumidores aumentan tocando fondo los tipos de interés,
provocando una reducción del desempleo y un despegue del consumo. En este
momento, la mayoría de la población se ha olvidado ya de la fase anterior sin
ser conscientes de que la historia se repite.
Con el Auge aumenta el endeudamiento y la
inflación provocando una estabilización de las expectativas. En este caso, las
autoridades monetarias vuelven a tomar medidas para controlar la economía subiendo
los tipos de interés. Se llega al punto más álgido de la recuperación para acto
seguido comenzar a aparecer las primeras señales de ralentización y estancamiento:
la deuda sale más cara y el crecimiento se ralentiza.
El final del
ciclo termina con una Recesión que
es la fase más negativa y descendente del ciclo: aumenta el desempleo, se
reduce le consumo arrastrando a una contracción de la producción. Con ella se
llega al estrangulamiento de las empresas lo que implica un aumento del
desempleo coincidiendo, a su vez, con que las expectativas están en depresión.
En esta fase se llega al punto más bajo del ciclo y es donde se comienzan a ver
los “brotes verdes”. Es muy complicado salir de ella porque todo el horizonte
se ve muy oscuro y no siempre las medidas que se toman son las más acertadas,
lo que redunda en que se tarde más o menos en salir de la depresión o crisis.
También es cierto que cuanto más a tempo se detecte, más fácil es salir de ella
porque se anticipan soluciones que, aunque puedan ser erróneas, da tiempo a
rectificarlas antes de que se llegue al punto inferior de la inflexión del
ciclo.
¿EN QUÉ INVERTIR SIGUIENDO EL CICLO?
Invertir
según el ciclo económico es una estrategia que consiste en adelantarse a la
fase que se prevea. Aun así, hay empresas que por sus características son más o
menos idóneas según la fase en la que nos encontremos. Como no todos los ciclos
económicos padecen los mismos males ni las mismas alegrías, es complicado
establecer un orden cierto de inversión, pero, aun así, se pueden asociar
ciertos sectores, de forma genérica, a cada fase del ciclo. Una aproximación
inicial de inversión quedaría así:
Recuperación: Banca e industria. La Renta Variable
estará presente en todas las carteras y se reducirá al máximo la Renta Fija a
largo plazo.
Expansión: Inmobiliarias, ocio e industria. La
Renta Variable es la reina de las inversiones.
Auge: Energía, transporte y servicios. Le toca
el turno a la Renta Fija de larga duración por estar los tipos de interés en
máximos.
Recesión: Salud, alimentación, servicios
públicos. Es el momento de comenzar a invertir en Renta Variable porque en esta
fase se toca suelo.
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