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Los ahorradores más antiguos
vieron cómo en sus verdes años los Plazos Fijos y los Pagarés eran los reyes.
En su madurez, vieron cómo el precio del dinero se situó por debajo del 0 %,
algo inédito, provocando la nula remuneración del dinero. Posteriormente,
vieron cómo, para atajar la inflación, hubo que subir el precio del dinero,
provocando una desgracia nunca visa para la Renta Fija. Ahora parece que ese
desastre, cuando el ahorrador no tenía dónde elegir para obtener algo de
rentabilidad sin riesgo, queda lejos. Volver a ver Depósitos, Letras del Tesoro
o cualquier otro producto de Renta Fija por encima del 3% les ha devuelto la
sonrisa.
Los activos destinados al ahorro vuelven
a aparecer después de haberlos tenido olvidados. Las ofertas, al ahorrador, se
le amontonan y no tiene claro si la mejor opción es una Letra del Tesoro, un Depósito
o una Cuenta Remunerada. Los expertos, también hay que decirlo, tampoco tienen
claro cuál es la mejor opción, aunque en lo que sí están de acuerdo es en que
todas las opciones van a ser atractivas financieramente, aunque cada una
evolucionará de una forma diferente, lo que provocará que las rentabilidades
finales sean dispares.
Las Cuentas Remuneradas y los Depósitos
son los productos preferidos por los ahorradores más conservadores, aquéllos
que siguen siendo fieles a los productos que les ofrece su entidad bancaria de
toda la vida. Con respecto a las Letras, parece que están perdiendo adeptos, al
mismo ritmo que están dejando de ofrecer rentabilidad a tenor de los resultados
de las últimas subastas celebradas.
Tras mantenerse el precio del
dinero, el Mercado quiere pistas sobre el inicio de bajadas de tipos en 2024. Aunque
la inflación ha ido descendiendo en los últimos meses, es probable que a corto
plazo vuelva a repuntar, por lo que aún es algo prematuro especular sobre los
futuros recortes de los tipos de interés. El consenso de analistas cree que las
subidas de los tipos de interés han tocado techo, pero descartan que las
bajadas sean inminentes. Al dejar el BCE los tipos de interés sin cambios y sin
desvelar cuándo comenzarán los recortes, se prevé una etapa de estabilidad
tanto en el euríbor como en las condiciones de financiación.
El caso es que desde que han
finalizado las subidas de los tipos de interés en la Zona Euro parece que el
ahorro se ha revolucionado. Cuando el BCE frenó su escalada provocó un impacto
en la evolución de los activos más conservadores debido a que se ha puesto una
resistencia en la rentabilidad que proporcionan esos productos. El
comportamiento de esos activos va a estar condicionado por la estabilización de
las curvas que describan los tipos de interés que, como se está viendo, están
distorsionadas: en el corto plazo se están obteniendo mejores resultados. Con
el tiempo y si la inflación lo permite, se irá colocando cada curva en el lugar
y orden que le corresponde. Lo que está claro es que habrá que esperar ya al
2024 donde se esperan políticas económicas más restrictivas por parte del BCE.
En cualquier caso, no se esperan
remuneraciones por encima del 4,5 % (precio actual del dinero) salvo alguna
excepción. En el caso de que esto ocurra, habrá que tener cuidado, pues
denotará que el riesgo que se asume es superior a la media.
Los Depósitos y las Cuentas Remuneradas
irán aumentando su rentabilidad de manera gradual, viéndose con más
probabilidad en los pequeños bancos y en la banca digital que en la gran banca.
Los bancos todavía atesoran una gran liquidez y una moderada petición de
crédito, lo que hará que no se produzca una guerra de precios entre las
diferentes entidades, por ahora. Según los últimos informes, la banca posee unas
ratios de capital y liquidez lo suficientemente holgadas como para que no
exista guerra de precios entre las entidades. Otra cosa diferente es que las
entidades bancarias comiencen su particular guerra de fuga de depósitos. Eso lo
consiguen si comienzan a ofrecer rentabilidades por encima de la media, lo que
provocaría un movimiento de capitales entre los competidores. Además,
financiarse a través del BCE cada vez es más complicado debido a las
restricciones que mantiene de oferta. En consecuencia, si el crédito aumenta, previsiblemente
los bancos recurrirán a ofrecer algo más por el dinero de sus clientes o los de
otras entidades. El mercado interbancario, por otro lado, no se lo está poniendo
fácil a la banca más modesta.
Las bonificaciones por cambiar de banco pueden llevar
aparejadas buenas condiciones de remuneración, pero no se espera que sea por
encima del precio del dinero. Sólo en el caso de una normalización de la
política monetaria se podrá ver alguna entidad ofreciendo algún activo por
encima del 4,5 %. Como siempre, será la gran banca la que marque la pauta al
quedarse un poco rezagada en lo que a remuneración se refiere, teniendo mucho
terreno por delante para que no le afecte el estrés.
A partir de ahora, el ahorrador tiene que estudiar una nueva
estrategia de inversión. Y ésta pasa por aclararse si lo que quiere es invertir
a corto o a largo plazo. Hasta ahora, las apuestas han ido por los plazos más
cortos con el fin de tener de nuevo el dinero disponible para el siguiente
plazo que iba a ser más rentable que el anterior. Los plazos más populares han
estado por debajo del año. Ahora que la subida del precio del dinero se ha
estancado, y no se sabe hasta cuándo, quizás sea interesante plantearse la
inversión en productos que tengan una duración superior al año. Los tipos a
plazos largos son relativamente altos por lo que asegurarse ese tipo de interés
en mira de un descanso del precio del dinero por parte del BCE es más que
aconsejable.
Los asesores financieros ante una situación de esta índole
aconsejan utilizar la vieja estrategia de la escalera. Es muy sencilla: se
trata de invertir el ahorro en diferentes plazos que disten entre sí 6 meses.
Es decir, se invierte en plazos de 6, 12, 18 y 24 meses. Si el precio del
dinero aumenta, se va recuperando el dinero de los plazos más pequeños. Si el
dinero disminuye, se obtiene mayor rentabilidad en los plazos más largos. En
fin, estamos ante otra forma de diversificar el ahorro.
Los plazos de inversión dependerán de la visión que tenga
cada ahorrador: apostarán por los plazos más cortos aquellos que aún vean
recorrido alcista en el precio del dinero. Por el contrario, aquellos que
piensen en una estabilidad duradera o un descenso de tipos, su plazo de
inversión deberá de ser más largo.
Los que se decanten por las Cuentas Remuneradas deben de
comprender que serán las que menos remuneren al ahorrador debido a su mayor
liquidez y que están pensadas más para el día a día que para el ahorro.
Los que deseen los Depósitos pueden obtener buenos
beneficios a expensas de dejar inmovilizado el dinero todo el plazo del Depósito.
Si se necesita el dinero anticipadamente se perderá toda la remuneración que
pudiera corresponder.
Atendiendo al binomio rentabilidad/riesgo, las Letras del Tesoro
son el producto más idóneo para el ahorrador conservador que quiera
rentabilizar su liquidez disponiendo de diferentes plazos de inversión a
elección. Por ende, las Letras son activos muy sensibles tanto a la bajada de
tipos como a la subida, por lo que se puede elegir el plazo más adecuado según
evolucionen las políticas monetarias. El dinero depositado en Letras tiene
liquidez casi inmediata, pero se corre el riesgo de perder parte de lo
invertido pues para recuperar el dinero antes del vencimiento hay que acudir al
Mercado Secundario, rigiéndose éste por la Ley de la Oferta y la Demanda.
La tranquilidad para la Renta Fija llegará según vaya
disminuyendo la incertidumbre en torno a las políticas monetarias que vayan
aplicando los Bancos Centrales, no esperando repuntes del precio del dinero
mientras que las curvas se mantengan invertidas.
ok
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