El estadounidense
George Samuel Clason (1874–1957) fue soldado, hombre de negocios y escritor. Su
fama le vino al escribir folletos informativos de cómo ser ahorrador y de cómo
lograr el éxito financiero. Para ello, usaba parábolas localizadas en la
antigua Babilonia que, posteriormente, las más famosas, fueron recopiladas en
el libro “El hombre más rico de Babilonia”. Sencillo, ameno y nada
extenso trata sobre finanzas cuyas recomendaciones, escritas en 1926, todavía
son perfectamente válidas en nuestros días. El libro, lleno de fábulas, cuenta
historias sobre Babilonia, poniéndolas en boca de personajes babilónicos para dar
consejos muy inteligentes y útiles con el fin de adoctrinar sobre la Educación
Financiera.
La idea
principal que nos quiere transmitir es que el dinero, sin ser todo en la vida,
debe de trabajar para nosotros de la misma forma que nosotros trabajamos para
obtenerlo. Entender lo que tenemos que hacer con él, hará que consigamos
conocer sus secretos para sacarle más rendimiento al que poseemos, sin dejar de
dispensarle los cuidados necesarios para no perderlo.
El autor
trata, en cada momento y en cada parábola, la importancia del ahorro y de tener
una planificación financiera adecuada, dando soluciones prácticas a los
problemas dinerarios de aquel tiempo que no dejan de ser los mismos que los
actuales. Para ello, con un lenguaje muy sencillo de comprender, los personajes
cuentan cómo debemos actuar para adquirir el dinero, cómo mantenerlo y cómo
conseguir que él solo se reproduzca.