11 de mayo de 2021

"El hombre más rico de Babilonia", de George S. Clason

El estadounidense George Samuel Clason (1874–1957) fue soldado, hombre de negocios y escritor. Su fama le vino al escribir folletos informativos de cómo ser ahorrador y de cómo lograr el éxito financiero. Para ello, usaba parábolas localizadas en la antigua Babilonia que, posteriormente, las más famosas, fueron recopiladas en el libro “El hombre más rico de Babilonia”. Sencillo, ameno y nada extenso trata sobre finanzas cuyas recomendaciones, escritas en 1926, todavía son perfectamente válidas en nuestros días. El libro, lleno de fábulas, cuenta historias sobre Babilonia, poniéndolas en boca de personajes babilónicos para dar consejos muy inteligentes y útiles con el fin de adoctrinar sobre la Educación Financiera.

La idea principal que nos quiere transmitir es que el dinero, sin ser todo en la vida, debe de trabajar para nosotros de la misma forma que nosotros trabajamos para obtenerlo. Entender lo que tenemos que hacer con él, hará que consigamos conocer sus secretos para sacarle más rendimiento al que poseemos, sin dejar de dispensarle los cuidados necesarios para no perderlo.

El autor trata, en cada momento y en cada parábola, la importancia del ahorro y de tener una planificación financiera adecuada, dando soluciones prácticas a los problemas dinerarios de aquel tiempo que no dejan de ser los mismos que los actuales. Para ello, con un lenguaje muy sencillo de comprender, los personajes cuentan cómo debemos actuar para adquirir el dinero, cómo mantenerlo y cómo conseguir que él solo se reproduzca.


El libro consta de diez capítulos, todos ellos llenos de sabiduría para aquellos que les preocupa no tener dinero, para aquellos que lo tienen y su deseo es conservarlo y, para aquellos, que, teniendo dinero, su deseo es que se vaya multiplicando por sí mismo. De esos diez, me resultan muy interesantes dos: “las siete maneras de llenar una bolsa vacía” y “las cinco leyes del oro”.

El rey de Babilonia propone al hombre más rico que trasmita sus conocimientos financieros a un grupo de gente, pues él, al ser el más acaudalado, será el mejor maestro y así ayudará a crear riqueza en la ciudad. Arkad, que así se llamaba, les enseña las siete maneras de llenar de dinero una bolsa vacía: empezad a llenar vuestra bolsa con un 10% de lo que ganéis; controlad vuestros gastos; haced que vuestro dinero fructifique; proteged vuestro tesoro de cualquier pérdida, haced que vuestra propiedad -se refiere a la vivienda habitual- sea una inversión rentable; asegurad ingresos para el futuro cuando ya no podáis trabajar; y, por último, aumentad vuestra habilidad -conocimientos- para adquirir bienes porque cultivar las facultades intelectuales e instruirse es una manera de hacer fortuna.

El libro está lleno de enseñanzas aprovechables para todos

Arkad, de nuevo, le regala a su hijo oro y una tablilla con “las cinco leyes del oro”. Nomasir, su hijo, lo primero que hace es ignorar la tablilla y se gasta todo el oro que le dio su padre. Cuando lo dilapida, decide leer la tablilla que contiene estos cinco consejos: el oro acude fácilmente a aquel que reserva no menos de una décima parte de sus ganancias para crear un bien en previsión de su futuro y el de su familia; el oro trabaja de forma rentable para el poseedor sabio que le encuentra un uso provechoso; el oro  permanece bajo la protección del poseedor prudente que lo invierte según los consejos de la gente sabia; el oro escapa de la persona que lo invierte sin conocimientos en aquellas empresas que no le son familiares o que no son aconsejables por los que sí las conocen; y, el oro huye de aquellos que lo fuerzan en ganancias imposibles fiándose de los estafadores, de su propia inexperiencia y de sus intuiciones románticas de inversión. Nomasir, al leerlas, se dio cuenta que estas cinco leyes eran más valiosas que el propio dinero. Consiguió un trabajo, las aplicó, obtuvo el dinero que necesitó y se dio cuenta de que adquirir formación financiera era lo más importante para obtener más dinero.

El libro está lleno de enseñanzas aprovechables para todos: para aquellos que no tienen una buena relación con el dinero, para los que tienen éxito con él y para los que necesitan reforzar sus conocimientos para no perderlo. Además, es ameno y entretenido, es uno de los libros que con solo leer su primera página ya se ha amortizado con creces el precio de su compra.

Lo leí hace mucho tiempo y lo he vuelto a leer para hacer esta reseña y sigo opinando lo mismo que la primera vez: lectura amena, llena de historias entretenidas con un mucho de doctrina financiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario