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Un activo no
es más que un bien, que tiene un valor y que alguien posee para que sea capaz
de generar beneficios económicos en el futuro. Todos los activos tienen el
potencial de generar un beneficio a su poseedor mediante su disfrute, su
intercambio o su venta.
Por otro
lado, un inmueble es un bien que no es transportable porque supondría la
posibilidad de su deterioro. Por eso, su principal característica es que se
mantienen fijos e inmóviles en su lugar de estancia inicial. Así, se puede
decir que un edificio, una construcción, una tierra o, incluso, una mina tienen
la consideración de bienes inmuebles o bienes raíces.