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Las
diferentes formas de análisis que existen sirven para saber si la cotización de
la acción de una empresa está por debajo de su precio (barata) o bien está
sobrevalorada (cara). De este análisis es de donde surge el precio objetivo de
una acción.
Por lo tanto,
hay que diferenciar dos tipos de precios: el precio de mercado y el precio
objetivo. Mientras que el precio de mercado es el precio real al que en un
momento determinado cotiza una acción siendo un reflejo de la oferta y la
demanda, el precio objetivo es un precio teórico que se obtiene a partir del
análisis de una empresa y que sirve como guía a todos los inversores a la hora
de tomar una decisión de venta o de compra, pero no hay ningún tipo de garantía
de que la acción llegue a cotizar a ese precio porque dependerá de que se
cumplan o no las expectativas con las que se ha realizado el análisis.