25 de junio de 2024

¿Qué es el Precio Objetivo de una acción?

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Comprar una acción u otra no es una decisión sencilla para un inversor doméstico que, al contrario de los grandes inversores que cuentan con sus propios consejeros expertos, tiene que analizar por su cuenta y riesgo si el precio de una acción está cotizando a un precio adecuado. En términos generales, el precio es la cantidad de dinero que está dispuesto a pagar un comprador por un bien que ha puesto a la venta un vendedor. En el mundo bursátil no es fácil determinar cuál es el precio más idóneo para una acción porque hay que identificar si está barata o cara y qué recorrido puede tener en el futuro.

Las diferentes formas de análisis que existen sirven para saber si la cotización de la acción de una empresa está por debajo de su precio (barata) o bien está sobrevalorada (cara). De este análisis es de donde surge el precio objetivo de una acción.

Por lo tanto, hay que diferenciar dos tipos de precios: el precio de mercado y el precio objetivo. Mientras que el precio de mercado es el precio real al que en un momento determinado cotiza una acción siendo un reflejo de la oferta y la demanda, el precio objetivo es un precio teórico que se obtiene a partir del análisis de una empresa y que sirve como guía a todos los inversores a la hora de tomar una decisión de venta o de compra, pero no hay ningún tipo de garantía de que la acción llegue a cotizar a ese precio porque dependerá de que se cumplan o no las expectativas con las que se ha realizado el análisis.

El precio objetivo no deja de ser un valor estimado. Digo estimado porque no todos los analistas coinciden en asignar un mismo precio objetivo, entre otras cosas porque siguen criterios diferentes a la hora de hacer el análisis. Por si fuese poco, no es un valor estático ya que puede ser modificado al alza o a la baja según los acontecimientos que vayan transcurriendo y que afecten al comportamiento de la acción en el mercado.

Cuando a una acción se le asigna un precio objetivo por encima de su cotización quiere decir que se supone que el título va a avanzar, lo que supondrá una revalorización para los que estén “largos” (la inversión comienza con una compra y finaliza con una venta) y todo lo contrario para los “cortos” (la inversión comienza con una venta y finaliza con una compra). Si el precio objetivo es inferior al precio de cotización quiere decir que el título perderá valor, suponiendo una pérdida para los “largos” y una ganancia para los “cortos”.

No existe una fórmula concreta para calcular el precio que tendrá una acción en el futuro, pero principalmente existen dos tipos de análisis: fundamental y técnico.

  • Análisis fundamental. Se basa en el estudio de los datos económicos de la empresa, ratios financieros, relación entre precio y beneficio, etc.
  • Análisis técnico. Se basa en utilizar los patrones de movimientos que plasma el precio en un gráfico y así, con su estudio, se puede calibrar el movimiento que experimentará el precio en el futuro.

El precio objetivo de una acción es sólo una orientación, nadie conoce el futuro. Es más, los precios objetivos varían según la evolución de la Bolsa y sin que hayan cambiado las perspectivas de la empresa analizada. Por lo tanto, es habitual que el precio objetivo aumente cuando la Bolsa suba y disminuya cuando la Bolsa baje.

Comprender el concepto de precio objetivo marca la diferencia entre una decisión financiera apresurada y una inversión sólida debido a que funciona como una guía crítica para la toma de decisiones a la hora de invertir. Sólo conociendo el precio objetivo se puede evaluar si existe un margen de seguridad entre el precio del mercado y el objetivo, permitiendo evaluar si una acción está sobrevalorada o infravalorada.

Saber el precio objetivo ayuda a la gestión de carteras porque, gracias a él, se valora si las inversiones están en línea con las expectativas y cuáles necesitan una restructuración debido a que el mercado puede que tenga razones para no pagar el precio objetivo.

El precio no es garantía de un resultado futuro a la vista de que diferentes analistas pueden llegar a conclusiones dispares, pero, sin obsesionarse con él, es un dato a tener en cuenta a la hora de invertir, de la misma forma que también es importante complementar la información con otros tipos de análisis y valorar otros factores antes de tomar una decisión de inversión.

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