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Las
diferentes formas de análisis que existen sirven para saber si la cotización de
la acción de una empresa está por debajo de su precio (barata) o bien está
sobrevalorada (cara). De este análisis es de donde surge el precio objetivo de
una acción.
Por lo tanto,
hay que diferenciar dos tipos de precios: el precio de mercado y el precio
objetivo. Mientras que el precio de mercado es el precio real al que en un
momento determinado cotiza una acción siendo un reflejo de la oferta y la
demanda, el precio objetivo es un precio teórico que se obtiene a partir del
análisis de una empresa y que sirve como guía a todos los inversores a la hora
de tomar una decisión de venta o de compra, pero no hay ningún tipo de garantía
de que la acción llegue a cotizar a ese precio porque dependerá de que se
cumplan o no las expectativas con las que se ha realizado el análisis.
El precio
objetivo no deja de ser un valor estimado. Digo estimado porque no todos los
analistas coinciden en asignar un mismo precio objetivo, entre otras cosas
porque siguen criterios diferentes a la hora de hacer el análisis. Por si fuese
poco, no es un valor estático ya que puede ser modificado al alza o a la baja
según los acontecimientos que vayan transcurriendo y que afecten al
comportamiento de la acción en el mercado.
Cuando a una
acción se le asigna un precio objetivo por encima de su cotización quiere decir
que se supone que el título va a avanzar, lo que supondrá una revalorización
para los que estén “largos” (la inversión comienza con una compra y finaliza con una venta) y todo lo contrario para los “cortos” (la inversión comienza con una venta y finaliza con una compra). Si el precio objetivo es inferior al
precio de cotización quiere decir que el título perderá valor, suponiendo una
pérdida para los “largos” y una ganancia para los “cortos”.
No existe una
fórmula concreta para calcular el precio que tendrá una acción en el futuro,
pero principalmente existen dos tipos de análisis: fundamental y técnico.
- Análisis fundamental. Se basa en el estudio de los datos económicos de la empresa, ratios financieros, relación entre precio y beneficio, etc.
- Análisis técnico. Se basa en utilizar los patrones de movimientos que plasma el precio en un gráfico y así, con su estudio, se puede calibrar el movimiento que experimentará el precio en el futuro.
El precio
objetivo de una acción es sólo una orientación, nadie conoce el futuro. Es más,
los precios objetivos varían según la evolución de la Bolsa y sin que hayan
cambiado las perspectivas de la empresa analizada. Por lo tanto, es habitual
que el precio objetivo aumente cuando la Bolsa suba y disminuya cuando la Bolsa
baje.
Comprender el
concepto de precio objetivo marca la diferencia entre una decisión financiera
apresurada y una inversión sólida debido a que funciona como una guía crítica
para la toma de decisiones a la hora de invertir. Sólo conociendo el precio
objetivo se puede evaluar si existe un margen de seguridad entre el precio del mercado
y el objetivo, permitiendo evaluar si una acción está sobrevalorada o
infravalorada.
Saber el
precio objetivo ayuda a la gestión de carteras porque, gracias a él, se valora
si las inversiones están en línea con las expectativas y cuáles necesitan una
restructuración debido a que el mercado puede que tenga razones para no pagar
el precio objetivo.
El precio no
es garantía de un resultado futuro a la vista de que diferentes analistas
pueden llegar a conclusiones dispares, pero, sin obsesionarse con él, es un
dato a tener en cuenta a la hora de invertir, de la misma forma que también es
importante complementar la información con otros tipos de análisis y valorar
otros factores antes de tomar una decisión de inversión.

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