11 de junio de 2024

La máquina del dinero

Foto by pixabay.com

La ley del mínimo esfuerzo se basa en la facilidad que tenemos para intentar obtener el máximo beneficio utilizando el menor tiempo y esfuerzo posible. Si en la antigüedad, el invento de la rueda transformó la forma de hacer las cosas, ahora llega la Inteligencia Artificial (IA) con plena predisposición a cambiar el mundo. Los que quieren construir la máquina del dinero descubren que la tecnología no siempre funciona según lo previsto y, de momento, no son capaces de batir al Mercado porque las finanzas tienen sus propios retos.

La quimera de todo inversor es elegir los activos financieros más rentables con el fin de batir al Mercado. Y aquí entra un nuevo actor: la Inteligencia Artificial, que por ahora tiene pendiente la capacidad de construir una cartera de inversión que roce la perfección. En otros ámbitos, la IA está dando muy buenos resultados, pero no así en la rentabilidad que es capaz de conseguir para las carteras de inversión. En finanzas se puede tener mucho éxito con sólo ser un poco mejor que el 50%. Por esta razón, los defensores de la IA no persiguen grandes rentabilidades, sino que les basta con conseguir una ligera ventaja con respecto a la mayoría. La IA será usada para que los ordenadores se entrenen con cantidades ingentes de datos para llevar a cabo tareas concretas. Este aprendizaje intentará conocer todos los patrones del Mercado para decidir cuándo es el momento más idóneo para ejecutar una operación. De esta forma, la IA se da por supuesto que revolucionará el mundo de la inversión.

Todos los ahorradores-inversores saben que las tendencias del Mercado y sus comportamientos pueden mantenerse estables durante un cierto tiempo, pero en un instante todo cambia con un giro inesperado, provocando que la máquina se reinicie y comience un nuevo ciclo de aprendizaje. Al final, lo que se desprende es que las finanzas no siempre dan datos suficientes para hacer un uso eficaz y rentable de la IA. Los Mercados, de vez en cuando, se vuelven irracionales y aleatorios provocando una distorsión en el funcionamiento del cerebro humano, de la IA y en el aprendizaje automático.

La IA mejorará la eficiencia de los mercados financieros, pero tiene en contra la prudencia y el largo plazo. Esta tecnología contribuirá a eliminar las emociones personales de la toma de decisiones en la inversión. Se evitará la salida o la entrada en el Mercado en los peores momentos. El trato personal y el acompañamiento se perderán para siempre a cambio de una mejora de la gestión y un abaratamiento de los costes.

Los mercados financieros no son eficientes. Si fuesen eficientes, los activos reflejarían su valor exacto y nadie invertiría, desapareciendo la revalorización. Espero que la IA no los haga eficientes y se dedique a una mejora de los resultados de las carteras de los inversores.

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