Otra de las
leyes universales es la Ley de Causa y Efecto que se basa en la idea de que
“toda acción provoca una reacción, una consecuencia o un resultado”. Newton la
fundamentó y la llamó la Ley de Acción y Reacción: “toda acción recibe una
reacción opuesta y de igual magnitud”. Coloquialmente se puede definir como que
“si quieres conservar los dientes no te metas en la vida de nadie”.
Pero hay otra
ley, también universal, y que se toma muy a la ligera, que es la Ley de la Oferta y la Demanda, la cual es el principio básico sobre la que se basa la
economía de mercado. Este principio indica la relación existente entre la
demanda de un producto y la cantidad ofrecida de ese producto, teniendo en
cuanta el precio al que se vende dicho producto. El punto de equilibrio llega
cuando el demandante está dispuesto a pagar lo que el oferente pide por un
determinado bien o servicio. Desglosando la ley queda que, si se produce un
aumento en la demanda o una disminución en la oferta, el precio del bien o
servicio lleva consigo un irremediable aumento.