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3 de septiembre de 2020

Las SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario)

La inversión en vivienda ha sido siempre algo que los españoles llevamos dentro, siendo para la mayoría, la mayor inversión que realizará en su vida. Esa inversión adquirida con el fin de buscar la rentabilidad por su propia revalorización o usando la vía del alquiler, supone un gran desembolso inicial para el inversor doméstico, añadiendo la dificultad de la falta de liquidez inmediata en el caso de que se quiera deshacer la posición. Por todo eso, creo que los inversores particulares estamos de enhorabuena ante la introducción en España, allá por el 2009, de las SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario) porque así se tiene más fácil el acceso al Mercado Inmobiliario. Con este tipo de activos acompañados del precio de la vivienda y el alquiler por el sendero alcista, las SOCIMI se han convertido en auténticas protagonistas existiendo más de 70 cotizadas en la Bolsa española. 

Estas sociedades de inversión están inspiradas en los REIT (Real Estate Investment Trust) que nacieron en EE.UU. con el objetivo de que las inversiones inmobiliarias a gran escala fueran accesibles para el pequeño inversor. La fórmula para hacerse partícipe de una de ellas no varía mucho de la inversión en cualquier otra empresa cotizada, ya que se hace a través de la compra de acciones en el Mercado de Valores.

31 de agosto de 2020

Las desventuras del pequeño accionista


Parece ya hasta cotidiano que de vez en cuando en la Bolsa aparezca alguna compañía con problemas serios en sus cuentas interiores. Una de las últimas, ya sabéis, Abengoa. ¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre! solía repetir con frecuencia un antepasado mío. No ha sido la primera ni será la última, por desgracia. Y, lo peor de todo, es que seguirá siendo así y siempre pillará implacablemente a algún que otro pequeño ahorrador-inversor.

La historia ha ido dejando algún que otro legado donde al pequeño accionista le han quemado sus ahorros:

Recordaréis, hace tiempo ya (1993), la intervención y destitución del consejo de administración del Banco Español de Crédito (BANESTO) por parte del Banco de España por la existencia de un gran agujero patrimonial.

En 2001, Enron fracasa debido a un fraude en su contabilidad.

En 2002 la empresa de telefonía de EEUU WorldCom quiebra por la falsedad en sus cuentas.

En 2003 se descubre que la italiana Parmalat falseó sus cuentas durante unos cuantos de años y tiene que salir a su encuentro el propio gobierno italiano.

Aún suenan, por recientes, los acordes de Pescanova en nuestro país debido a su deuda oculta. O la quiebra de Gowex por falsear sus cuentas.

La quiebra en 2008 del banco Lehman Brothers, la salida a Bolsa de Bankia y los problemas del banco portugués Espírito Santo es por todos conocidos.

Las estafas piramidales de Forum, Afinsa, Madoff o Gescartera son ejemplos que algunos ahorradores, buscando un beneficio extra para su inversión, no olvidarán nunca.

Las Preferentes o los llamados Valores Santander no han hecho más que mermar las cuentas de aquellos incautos inversores que adquirían lo que no sabían que adquirían. Que ahora esperan que los tribunales le devuelvan aquel dinero que se quemó y que lo único que están viendo es el humo suspendido en el ambiente.