Economía
en una lección, sin
ser un libro para economistas, comienza diciendo que “la Economía se halla
asediada por mayor número de sofismas que cualquier otra disciplina cultivada
por el hombre”. Sobre todos esos falsos argumentos económicos que se han
ido popularizando durante los últimos tiempos, pretende el autor desmentirlos
con ejemplos muy gráficos a lo largo de los 23 sofismas que trata de
esclarecer, todos ellos ampliamente conocidos y muy influyentes en la política
económica de los países.
La primera
lección es muy clara: “El arte de la Economía consiste en considerar los
efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus
consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no
sobre un grupo, sino sobre todos los sectores”. Atendiendo a la premisa
anterior, los falsos argumentos económicos son causados al ignorar esa lección.
El pésimo economista solo contempla las consecuencias directas del plan a
aplicar, mientras que el economista profesional no desatiende las indirectas y
más lejanas.
A partir de
esa lección de economía, repasa de una forma muy amena los diferentes sofismas
económicos de la historia y que, además, están muy de actualidad.
“Las obras
públicas incrementan las cargas fiscales”. En efecto, el gasto de los gobiernos saldrá de los
impuestos que abonan los contribuyentes; y así debe de ser, pero si la obra
pública no es necesaria se producirá una desviación en la actividad industrial
perdiendo la eficiencia de la producción.
“Los
impuestos desalientan la producción”.
¿Qué les decía? De plena actualidad. Los impuestos razonables no interfieren
para nada la producción. Por el contrario, al ser altos, automáticamente
disminuye el salario real y la predisposición a la inversión.
“¿A quién
‘protegen’ los aranceles?”.
Pues el autor lo tiene muy claro: los aranceles dificultan el comercio y salen
perjudicados tanto productores como consumidores. Al eliminarse el arancel, ese
dinero podrá ser destinado en la adquisición de otro bien.
Los
precios son abordados en diferentes capítulos: “el argumento de la ‘paridad’ de
precios”, “Cómo funciona el mecanismo de los pecios”, “La ‘estabilización’ de
los precios”, “Intervención estatal de los precios” … Muy contundente al
afirmar que cualquier tipo de intervención sobre los precios distorsiona el
mercado llevándose por delante la ley de la oferta y la demanda, que es la que
por sí sola hace los ajustes necesarios de la paridad. Cualquier intento de
manipular los pecios contribuye a disminuir el empleo y a producción.
“Leyes del
salario mínimo” e “¿Incrementan los sindicatos los salarios?” son dos de los sofismas de rabiosa
actualidad que desmonta en muy pocas páginas.
“El
hechizo de la inflación”
es muy bueno. Arrasa con la falsedad de que si el Estado emite más dinero y lo
reparte entre la ciudadanía aumenta la riqueza.
“La
ofensiva contra el ahorro”.
¡Qué manía de gravar al ahorro con más y más impuestos!: al ser usado para la
inversión, provoca una mejora de la economía. La falacia de anteponer el consumo
como la panacea no tiene en cuenta que no es posible consumir si no se produce,
y la producción depende de las tasas de producción.
¿Cómo es
posible que un libro que se publicó hace más de 70 años pueda estar de
actualidad ahora? No se lo pierdan. Les agradará su lectura.
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