12 de julio de 2022

Cómo comenzar a invertir en Bolsa

La Bolsa es un Mercado donde compradores y vendedores se ponen de acuerdo a la hora de las transacciones de los diferentes valores financieros.

Una de las formas que tienen las empresas de conseguir fondos para alcanzar sus objetivos es acudir a la Bolsa y poner en circulación activos financieros como acciones, bonos, obligaciones, etc.

El 'Mercado Primario' y el 'Mercado Secundario'

Esta primera colocación es lo que se conoce como “Mercado Primario”. Posteriormente, todos esos valores, puestos en circulación, se pueden negociar mediante las típicas operaciones de compraventa, dando lugar al “Mercado Secundario”. A partir de ahí, personas físicas y jurídicas pueden acudir a ese Mercado con el fin de rentabilizar sus ahorros o hacerse dueños de la parte proporcional de la empresa cotizada. A su vez, la Bolsa permite convertir los activos financieros en dinero en el momento que se necesite, siempre y cuando exista contrapartida en el Mercado donde esté cotizando.

La Bolsa: un mercado oficial que otorga seguridad jurídica

La Bolsa, al ser un Mercado oficial y organizado, otorga seguridad jurídica a todas las transacciones monetarias que se realicen, simplificando la accesibilidad tanto a ahorradores como a inversores o especuladores. Siendo así, se convierte en un elemento esencial en el desarrollo de la economía del país debido, principalmente, a la canalización del ahorro de los ciudadanos, por ser un elemento indispensable en la financiación de las empresas y un vehículo de inversión y especulación para los ahorradores.

Como en todo mercado, los productos que se intercambian tienen un precio objetivo que se corresponde con el valor que, en un momento determinado, compradores y vendedores ofrecen y dan por ellos. Depositar los ahorros en la Bolsa dista mucho de ser una inversión totalmente segura debido a las fluctuaciones que constantemente experimenta, pero la estadística muestra que los resultados ofrecen muy buenos rendimientos.

Depositar los ahorros en la Bolsa dista mucho de ser una inversión totalmente segura debido a las fluctuaciones que experimenta constantemente

Un aspecto muy importante es que no todos los inversores pueden acceder al Mercado Bursátil como si de una sucursal bancaria se tratase. Únicamente pueden acceder él los Miembros del Mercado a modo de intermediarios, pues ellos son los únicos que pueden operar directamente en la Bolsa. Por lo tanto, para que un ahorrador-inversor pueda invertir su dinero en algún valor bursátil deberá abrir una cuenta con alguno de esos intermediarios. A partir de ese momento, se pueden introducir tantas órdenes de compraventa como se deseen, así como del importe que se considere oportuno.

Órdenes de compra y venta a la velocidad de la tecnología

Las órdenes se canalizan de forma inmediata debido a la velocidad de transmisión que permite la tecnología actual. Una vez efectuada la operación, el intermediario informará a su cliente de todos los datos que se han llevado a cabo para la liquidación de la operación. Además, existirá otro intermediario que será quien se ocupe de los registros de los valores y de las liquidaciones de las diferentes operaciones bursátiles realizadas.

Costes para el inversionista: comisiones, canon, gastos...

La inversión en el Mercado Bursátil lleva implícitos una serie de costes para el inversionista. Entre otros: la comisión que cobran los diferentes intermediarios, el canon de contratación en Bolsa, el canon de liquidación y el gasto de administración y custodia. A esos gastos hay que añadirle algunos adicionales por determinadas operaciones que se realizan en el Mercado como es el caso del pago de dividendos, ampliaciones de capital, suscripción de nuevos valores, compraventa de derechos de suscripción, etc. Es de vital importancia ser cliente de un intermediario ágil y que tenga unas comisiones asequibles para que no reduzcan demasiado el capital.

Ningún inversor bursátil nació aprendido

Ningún inversor bursátil nació aprendido y en algún momento de su vida también fueron principiantes. Con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que la clave del éxito radica en aprender los fundamentos de la inversión y en la información fidedigna. En ningún caso, la intuición y una corazonada serán buenas consejeras, por eso es bueno siempre tener presente que en Bolsa se invierte, no se juega: son cosas muy diferentes. Invertir de modo inconsciente es una buena y rápida forma de perder parte del capital inicial.

La importancia de la formación financiera

La primera inversión que se realice será en conocimiento y será, sin lugar a duda, la más importante. Las posibilidades de formarse hoy en día son numerosas y están al alcance de cualquiera. El tiempo y el dinero invertido en cultura financiera proporcionará grandes retornos desde el minuto uno. Además, la información que frecen las casas de análisis y los medios de comunicación financieros serán de gran utilidad, tanto para el seguimiento del día a día de la inversión como para la propia formación.

Invertir los ahorros en los Mercados de Valores no es una tarea sencilla, implicará que no siempre los resultados serán acordes con el propósito inicial, por eso, es necesario obtener una buena formación financiera. No son necesarios estudios de posgrado, pero sí unos conocimientos básicos para realizar los análisis económicos y financieros pertinentes antes de adquirir los activos, tarea ésta bastante delicada. Con la formación e información y una gestión adecuada del riesgo será más sencillo tomar una posición inversora con grandes posibilidades de obtener plusvalías.

Conocer el funcionamiento de la Bolsa

Una vez que se tienen los pertinentes conocimientos financieros, hay que saber también el propio funcionamiento de la Bolsa, cómo cotizan las acciones, sus horarios, cómo funciona la capitalización de las empresas cotizadas y qué diferentes tipos de órdenes existen.

Usar un simulador con capital ficticio

El siguiente paso sería, antes de hacer inversiones con dinero real, usar un simulador con un capital ficticio. Estas cuentas demo permiten hacer prácticas simulando diferentes estrategias y así poner a prueba lo que se ha ido aprendiendo. Una vez que ya se ha adquirido la suficiente soltura el siguiente paso sería ya entrar con el capital propio. Todos los negocios requieren de un periodo de prácticas y este no es diferente.

A mayor riesgo, mayor beneficio... o mayores pérdidas

Por otro lado, el riesgo es directamente proporcional a los resultados. A mayor riesgo mayor será el beneficio, pero mayor será la pérdida si el escenario inicial de inversión no se ha cumplido. Para evitar una merma considerable del capital inicial es necesario definir el perfil de riesgo, siendo éste muy personal.

El dinero que se destine a la inversión en Bolsa será aquél que se sepa a ciencia cierta que no se va a necesitar en el corto plazo. La razón es porque las fluctuaciones que experimentan los mercados pueden afectar negativamente al capital invertido.

Evitar los desequilibrios financieros familiares

Si, por necesidad, hay que recuperarlo por un imprevisto puede generar un desequilibrio familiar financiero. Los errores que se cometen en la inversión bursátil, aunque puedan servir de aprendizaje, cuestan muy caros. Se recomienda no invertir en Bolsa hasta no tener asegurada la cobertura de los gastos corrientes, así como la dotación de un fondo de emergencia, del orden de tres o cuatro mensualidades, para atajar los imprevistos.

Precio de las acciones, dividendos y cambio de divisas

Al comprar acciones de una empresa cotizada el inversor se convierte en accionista de esta. El dinero invertido se puede rentabilizar de tres formas diferentes: mediante el aumento del precio de las acciones, por la vía de los dividendos y si la inversión se realiza en una Bolsa extranjera que el tipo de cambio de divisa sea favorable.

La inversión en Bolsa da la posibilidad de participar en las mejores y más exitosas empresas del mundo. Eso da la oportunidad de que los ahorros invertidos en ellas aumenten con el paso del tiempo. La única forma de dar esquinazo a la pérdida del poder adquisitivo que provoca la inflación es haciendo inversiones con el fin de que el dinero trabaje para nosotros.

Warren Buffett, que siempre tiene una frase recurrente, dice que “si no se encuentra la manera de ganar dinero mientras se duerme, habrá que trabajar hasta la muerte”. La inversión gradual y a largo plazo es una de las estrategias más recurrentes que existen para obtener ganancias, todo ello aderezado por el interés compuesto.

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