16 de octubre de 2024

¿Quién quiere vivir para siempre?

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A pesar de los pesares, la esperanza de vida al nacer no ha parado de crecer. Allá por el año 1300 era tan solo de 24 años, hoy sobrepasa con creces los 80 años y se espera que la mayoría de los recién nacidos lleguen a los 100 años. Ahora bien, si se consigue entender lo que supone vivir 100 años, será un regalo divino, pero si se ignora, será una maldición al no estar preparados para que tanta gente viva tanto tiempo: esa gente tan longeva, cambiará de profesión varias veces y estará en activo hasta cerca de los 80 años. Siendo así, la gestión de las finanzas tendrá que ser modificada para que los ahorros lleguen hasta los 100 años y habrá que modificar el Sistema Público de Pensiones. Además, los patrones de consumo tendrán que adaptarse al gusto de los nuevos consumidores. Hasta las ciudades, los edificios y los hogares tendrán que ser más accesibles para la legión de ancianos que se avecina. Todo ello sin olvidar que la búsqueda de la inmortalidad ya se ha puesto en marcha y con la fuerza que ha cogido ya no hay quien la pare; es más, ya se ha convertido en una nueva temática inversora con un ejército de adeptos. La ciencia siempre ha estado indagando sobre la inmortalidad y ahora, parece ser, ya ha dejado de ser una fantasía inalcanzable. De momento, quedémonos con que la esperanza de vida se acercará a los tres dígitos este siglo.