1 de marzo de 2022

Así funciona la compraventa de valores en los Mercados Bursátiles

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Las bolsas nacen casi de una manera espontánea facilitando las transacciones de capital entre compradores y vendedores. Una vez que ya están en funcionamiento constante no queda más remedio que darles una entidad legal para que las operaciones que en ellas se realicen gocen de validez jurídica. El funcionamiento de los mercados de compraventa de acciones, junto a su modo de operación, todavía es bastante desconocido para muchos de los ahorradores que tienen su dinero invertido en acciones de compañías cotizadas.

La Bolsa, definida en el artículo 64 del Código de Comercio de 1829 como un “lugar de reunión de comerciantes y agentes mediadores en donde se conciertan o cumplen las operaciones de contratación de activos mobiliarios”, es un mercado donde se negocian activos financieros poniendo en contacto a empresas y ahorradores con el fin de canalizar el ahorro y la financiación de la inversión a través de una organización regulada, ofreciendo seguridad jurídica y facilitando la accesibilidad a los participantes. A la Bolsa acuden, por tanto, las empresas (haciendo pública su situación financiera) que necesitan recursos monetarios para alcanzar sus objetivos (mercado primario) y los ahorradores que desean obtener una rentabilidad invirtiendo su dinero (mercado secundario). Al imperar la Ley de la Oferta y la Demanda, el precio de los productos financieros que en la Bolsa se negocian son precios objetivos al tener correspondencia directa con el valor que el propio mercado ofrece por ellos. También, las fluctuaciones bursátiles están influenciadas por los ciclos económicos y por las expectativas de futuro.

El propio mercado es quien marca la pauta de su funcionamiento al interactuar en ella directamente los demandantes y los oferentes, haciendo que los precios fluctúen tanto al alza como a la baja. Un sistema predefinido hace coincidir las órdenes de compra con las de venta informando a compradores y vendedores del precio de cotización en ese instante determinado. Con ese dato en tiempo real, ambas partes toman la decisión que en ese momento consideren más adecuada según sus idearios inversionistas. Para ello, las cuatro figuras siguientes son las encargadas de que todo funcione según lo previsto: Emisor (empresa que emite los títulos), Regulador (organismo que supervisa su funcionamiento), Intermediarios e Inversionistas.

En la Bolsa se compran y venden valores financieros que, según la RAE (Real Academia Española) son “títulos representativos o anotaciones en cuenta de participación en sociedades, de cantidades prestadas, de mercaderías, de depósitos y de fondos monetarios, futuros, opciones, etc., que son objeto de operaciones mercantiles”.

Vendedor y comprador se ponen en contacto a través de un intermediario que cobra una comisión por cada transacción que realice. Las acciones adquiridas se registran en una cuenta de valores a nombre del inversor titular, bien pudiendo ser una persona física o jurídica.

Las principales características de la inversión en Bolsa son su liquidez, su rentabilidad y su seguridad. Su liquidez porque la operativa de compraventa es muy ágil y no es necesario esperar a vencimientos como ocurre con otros productos financieros. La forma de rentabilizar las inversiones puede ser, básicamente, de dos formas diferentes: por una parte, las ganancias vienen dadas por el resultado entre el precio de compra y el de venta; y, por otro, a través de los propios dividendos que reparten las empresas cotizadas con cargo a los beneficios obtenidos. Y, su seguridad al ser un Mercado regulado, pero nunca está garantizado el capital invertido.

la Bolsa es el mayor barómetro que existe para predecir la evolución de la economía de un país

Los Mercados Financieros actuales son cada vez más complejos y están abiertos a todo el público, de tal manera que cualquiera puede acudir a ellos con su dinero. Pero también, la ingeniería financiera no cesa de crear nuevos productos de inversión, lo que provoca que no todos los valores sean aptos para el amplio conjunto de ahorradores. De ahí la necesidad de que, si se quiere acudir a la Bolsa para rentabilizar los ahorros, sea necesaria una cierta formación financiera inicial. La inversión en Bolsa, por su naturaleza, no es segura en lo que a rentabilidad se refiere: de igual forma se pueden obtener plusvalías que minusvalías. Por el contrario, lo que sí ofrece es liquidez, pero únicamente si existe contrapartida al precio al que se esté dispuesto a vender o comprar.

La Bolsa siempre está sujeta a los riesgos de los ciclos económicos modificando la cotización de los títulos. Además, el Mercado es muy sensible al impacto de los acontecimientos económicos, políticos y sociales. Por esta razón se dice que la Bolsa es el mayor barómetro que existe para predecir la evolución de la economía de un país.

Todos los países cuentan con su propia Bolsa de Valores para llevar a cabo sus actividades bursátiles. A su vez, las empresas cotizadas se agrupan en índices mostrando el comportamiento general de los valores que componen ese índice. Las principales Bolsas mundiales y sus respectivos índices que la componen son:

En América está la Bolsa de Nueva York (NYSE) cuyos índices más importantes son el Dow Jones y el Nasdaq. En América Latina la Bolsa más importante es la de Sao Paulo cuyo índice se llama Bovespa. En Europa se ubica una de las Bolsas mayores del mundo, la de Londres, que acoge el índice FTSE 100. En Alemania destaca la Bolsa de Fráncfort cuyo índice de referencia es el DAX. El índice de referencia de la Bolsa de París es el CAC 40. En España contamos con cuatro plazas bursátiles (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia) y el índice más destacado es el Ibex 35. En Asia la Bolsa más importante es la de Tokio siendo su índice de referencia el Nikkei 225. En china está la Bolsa de Shanghái y su índice más conocido es el SSE Shanghái Composite.

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