El libro está
plagado de ejemplos e ideas para todas aquellas personas que saben que, con un
cambio en su trabajo, serán más eficientes haciendo caso omiso al dicho de que “siempre se ha hecho así”; para todas
aquellas que quieran organizarse mejor en el trabajo o tengan en mente montar
su propio negocio; para todas aquellas que quieran tener más tiempo libre para
hacer lo que realmente desean; en definitiva, para todas aquellas que les pueda
servir para forjar el trabajo ideal, dando igual si trabajan por cuenta propia
o por cuenta ajena, y que siempre tienen en la boca la típica expresión de que “no tengo tiempo para nada”.
La crisis ha
dejado una oferta de empleo con sueldos a precio de saldo, pero, por el otro
lado, han surgido empresas muy exitosas y eficientes que nada tienen que ver
con los pensamientos del pasado, léase Granier, Cash Converters…
El tiempo es
una variable un tanto relativa, aunque igualitaria, porque todos disponemos de la misma cantidad, pero hay que protegerlo porque puede ocurrir que los de
nuestro entorno nos hagan malgastarlo de una forma innecesaria. Y ahí radica su
mayor crítica: en el concepto de la imposición del sistema actual por el que
tenemos que cumplir con la exigencia de trabajar equis horas semanales, para
luego retirarnos de la vida laboral, para a continuación disfrutar de la vida
en la edad dorada. Es verdad, vivimos en una sociedad en la que está más
valorado el que trabaja más horas que el que es más productivo; en una sociedad
en la que la jubilación es una meta para realizar todo aquello que no se ha
podido hacer antes.
Hacer un
resumen de este libro, que aporta una nueva visión del mundo, no es fácil
porque todas sus páginas están plagadas de aprendizaje dejando de lado las
descripciones y la literatura. El autor, mediante cuatro pasos, lo que pretende
es liberar tiempo y automatizar los ingresos porque, según él, “el trabajo
perfecto es aquel que se tarda menos tiempo en realizar”.
PASO 1.
DEFINICIÓN. Se trata de ser productivo, no de estar ocupado porque es mejor
pescar donde menos pescadores haya. Hay una serie de creencias erróneas que
impiden a la gente disfrutar de su propio tiempo: la jubilación es la meta de
una vida; el interés y la energía son lineales, por lo que cuanto más se
trabaje, más se produce; hacer menos es vagancia; para cada cosa hay que
esperar el momento preciso; es mejor no actuar que hacerlo sin permiso; para
evitar lo que no se desea es mejor alejarse de ello; el dinero es la solución a
todos los males; es más rico el que más gana; o, el estrés es negativo.
PASO 2.
ELIMINACIÓN. No se trata de estar ocupado, se trata de ser productivo. El 80%
de los resultados se obtienen con el 20% de las acciones. Debería ser
obligatorio conseguir las metas realizando las menos tareas. Por lo tanto, la
productividad aumenta si se limitan las tareas más importantes y se dedica
menos tiempo a realizarlas.
PASO 3.
AUTOMATIZACIÓN. Los negocios tienen que funcionar de forma autónoma. Cuando un
directivo establece que todas las acciones a tomar dependan de él, lo que está
haciendo es retrasar y aumentar los problemas del negocio. Sin embargo, cuando
se delega, la productividad aumenta reduciendo el tiempo de trabajo.
PASO 4.
LIBERACIÓN. Una persona es dueña de su tiempo si no tiene ataduras. En este
caso, trabajar por cuenta propia ayuda a lograr ese objetivo. Cuando se trabaja
por cuenta ajena, no hay más remedio que ganarse ese derecho y eso se consigue
siendo más productivo, ya que cuanto más valioso sea uno para la compañía, mayor
será el poder de negociación, teniendo claro que lo que uno quiere depende más
de cuándo se pide que cómo se solicita.
Únicamente
por su título se puede desechar su lectura, pero si se obvia, nadie se arrepentirá,
aunque sólo podrá ser aprovechado en su totalidad por unos pocos: aquellos que
sean conscientes consigo mismos. En definitiva, no puedo más que recomendar su
lectura tanto a nivel profesional como personal.
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