Una de las
confusiones más persistentes en torno al mercado bursátil es la creencia de que
invertir en Bolsa equivale a participar en un juego de suma cero. Según esta
visión, lo que uno gana otro lo pierde, como si las operaciones en acciones
funcionaran igual que una partida de póker o una apuesta deportiva. Pero esta
comparación, aunque popular, es profundamente errónea y limita la comprensión
del verdadero funcionamiento de los mercados financieros. La Bolsa no es un
juego de suma cero porque se basa en la creación de valor, no en la
redistribución cerrada de un premio fijo.Foto by pixabay.com
El concepto
de “suma cero” proviene de la teoría de juegos. Describe situaciones en las que
las ganancias de unos coinciden exactamente con las pérdidas de otros. En una
ruleta o en una partida de cartas, lo que gana uno lo pierde otro jugador, y el
total de recursos permanece constante. Pero el mercado bursátil no es un
sistema cerrado: en él se intercambian participaciones en empresas reales
que producen bienes y servicios, generan beneficios y reparten dividendos. Por
eso, no todos los que ganan lo hacen a costa de otro y no todos los que
pierden provocan que alguien más se beneficie.