Todos estamos
sometidos a cometer errores (acción de haber realizado algo de la manera
indebida) y de ellos se aprende. De la actitud que se adopte ante las
equivocaciones depende de que estas puedan convertirse en obstáculos o verlas como
oportunidades. Los errores son parte de la vida, nadie está completamente a
salvo de ellos. De hecho, juegan un papel fundamental en lo referente al
crecimiento personal humano. Si no fuese por las equivocaciones que se cometen,
no seríamos capaces de aprender de ellas para poder corregirlas más adelante. Los
errores tienen en común que son accidentales e involuntarios; es decir, jamás
se podría cometer un error de manera voluntaria, eso resultaría ser una
paradoja. El otro aspecto común de los errores, y el más importante, es que
detrás de cada uno de ellos se esconde la oportunidad de conseguir un valioso
aprendizaje. Pero a colación de todo esto decía Eleanor Roosevelt: “aprende de
los errores de los demás. No vivirás lo suficiente para cometerlos todos tú
mismo”. Y tenía razón.Foto by pixabay.com
Las finanzas
no son muy diferentes a la vida cotidiana. Los errores financieros,
normalmente, se resuelven con dinero. Pero mejor está no cometerlos y, la mejor
forma de no cometerlos es que alguien te advierta de lo que es un error para
así poder esquivarlo sobradamente. En finanzas, los errores de la juventud nada
tienen que ver con los que se cometen en la edad adulta. Y nada tienen que ver
con los que se cometen cercanos o ya metidos en la edad de oro.