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¿Quién no ha
tenido en sus manos un billete deteriorado, por cualquier causa, y no ha sabido
qué hacer con él? Aunque el papel sobre el que están impresos los billetes
tiene una resistencia considerable, su uso normal acaba por desgastarlo. En muchas ocasiones y por diversos motivos, un billete puede llegar a nuestro poder
en un estado deplorable: estar roto, faltarle un trozo, estar manchado,
pintado, decolorado, mojado o quemado; en definitiva, preocuparnos porque es
posible que no nos lo admitan como medio de pago y eso se convierte en un problema,
aunque, sea del importe que sea, es válido como papel moneda. Cuando eso ocurre, aunque carezca
de ética, hay quien trata de ponerlo de nuevo en circulación para que siga su
camino pasando de mano en mano. Pues que sepas que existe una solución y se
puede canjear por uno nuevo con el mismo valor en euros. De hecho, toparse con
un billete maltrecho es un incidente muy habitual. Tan habitual como que el
Banco de España tiene una unidad especializada para eso, denominada Unidad de
Análisis de Billetes, que examina más de 100.000 billetes al año, teniendo que
destruir cerca de 500 millones de euros de billetes que no cumplen con los
estándares de calidad para estar en circulación y usarse como medio de pago.