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8 de noviembre de 2022

El negocio bancario

Sin ser amigos íntimos, la banca y los ahorradores siempre han ido cogidos de la mano, pero en un constante tira y afloja. Ambos saben que ese odio cariñoso mutuo trasciende porque existe la necesidad de vivir en simbiosis. El ahorrador acude al banco con sus ahorros para que éste se lo custodie y, ya de paso, le dé algún beneficio. El banco capta fondos del ahorrador para colocarlos y satisfacer las necesidades de sus clientes. Siendo así, en síntesis, ese es el negocio primario de la banca: la intermediación financiera. Y así debe de ser. Pero la banca, no conformándose con ese negocio, desea y consigue dar un servicio integral al cliente, convirtiéndose en auténticos supermercados financieros donde el beneficio lo obtienen por múltiples canales y productos al obtener un diferencial positivo entre las captaciones y las colocaciones.

Pero no siempre los negocios de una empresa van bien y cuando es así, hay mucha gente que sufre. Por el contrario, cuando el negocio de la banca no funciona somos todos los que padecemos sus fracasos. Lo hemos visto y deseo, por el bien de todos, que no se repita. Tanta mella ha hecho este deterioro que se ha creado un nuevo mapa bancario con nuevas normas, provocando una desviación total del negocio bancario. Todas las autoridades han salido al quite para conseguir, dentro de lo posible, un futuro de la banca sostenible y con un crecimiento de calidad, intentando hacernos olvidar el fracaso bancario del pasado. Si las condiciones económicas eran favorables no era suficiente motivo para bajar la guardia y sobreseer el componente riesgo. Así nos fue y así lo llevamos pagando desde entonces.

21 de junio de 2022

¿Cómo cambiar un Billete deteriorado?

Foto by pixabay.com
Un billete o papel moneda, que surge en Suecia a mediados del siglo XVII, es un papel impreso o grabado, generalmente emitido por un Banco Central, al que se le asigna un valor pecuniario determinado y se emplea como medio legal de pago, pudiendo reemplazar o complementar a la moneda metálica. El billete está indicado para cantidades mayores de dinero, dejando a las monedas relegadas a un segundo plano en cuanto a valor monetario.

¿Quién no ha tenido en sus manos un billete deteriorado, por cualquier causa, y no ha sabido qué hacer con él? Aunque el papel sobre el que están impresos los billetes tiene una resistencia considerable, su uso normal acaba por desgastarlo. En muchas ocasiones y por diversos motivos, un billete puede llegar a nuestro poder en un estado deplorable: estar roto, faltarle un trozo, estar manchado, pintado, decolorado, mojado o quemado; en definitiva, preocuparnos porque es posible que no nos lo admitan como medio de pago y eso se convierte en un problema, aunque, sea del importe que sea, es válido como papel moneda. Cuando eso ocurre, aunque carezca de ética, hay quien trata de ponerlo de nuevo en circulación para que siga su camino pasando de mano en mano. Pues que sepas que existe una solución y se puede canjear por uno nuevo con el mismo valor en euros. De hecho, toparse con un billete maltrecho es un incidente muy habitual. Tan habitual como que el Banco de España tiene una unidad especializada para eso, denominada Unidad de Análisis de Billetes, que examina más de 100.000 billetes al año, teniendo que destruir cerca de 500 millones de euros de billetes que no cumplen con los estándares de calidad para estar en circulación y usarse como medio de pago.

7 de diciembre de 2020

Réquiem por la Peseta

Monumento a la peseta. Fuengirola
La primera pieza que se acuñó como “peseta”, todavía sin ser la moneda oficial, fue en Barcelona en el año 1808 durante la dominación napoleónica. No sería hasta después del destronamiento de Isabel II cuando el ministro de Hacienda del Gobierno Provisional (Laureano Figuerola), el 19 de octubre de 1868, mediante un decreto, instaura la peseta como unidad monetaria de España, centrando toda su producción en la Ceca (casa de la moneda) de Madrid, hoy la FNMT-RCM (Fábrica Nacional de Moneda y Timbre – Real Casa de la Moneda). Hasta la aparición del euro, se han acuñado ahí todas las pesetas que han estado en circulación. En julio de 1874 será cuando aparezca la primera emisión de papel moneda en pesetas, momento en el que se concede al Banco de España la exclusividad para emitir billetes. Desde 1941 la producción de papel moneda recayó en la FNMT-RCM. Cada moneda y cada billete han reflejado en su anverso y reverso una instantánea del arte, la política, la religión, la economía, la cultura y la historia del momento en que se acuñaba.

La peseta ha sido la moneda de curso legal en España hasta el 31 de diciembre de 2001 dando paso a la entrada del euro el 1 de enero de 2002 y conviviendo ambas monedas hasta el 28 de febrero de 2002, pudiendo ser cambiadas por euros en cualquier banco o caja de ahorros hasta el 30 de junio, estableciéndose el tipo de cambio de 1 euro = 166,386 pesetas. A la llegada del euro, había en circulación billetes y monedas en pesetas por valor de 48.750 millones de euros. Las autoridades monetarias establecieron que las monedas y billetes de peseta podían ser canjeadas en cualquier oficina del Banco de España por euros, sin coste adicional, hasta el 31 de diciembre de 2020 al tipo de cambio original. Debido a las dificultades de cambio que ha habido durante estos meses, el Banco de España ha decidido ampliar el plazo de cambio hasta el 30 de junio de 2021. Después de esa fecha, la peseta no podrá ser cambiada por ninguna otra moneda de curso legal a no ser que se haga a través del mercado no regulado del coleccionismo; perdiendo, por tanto, su valor nominal o facial, manteniendo el intrínseco y el numismático.

Coloquialmente hablando, a la peseta se le ha llamado pela, rubia o cala. A la moneda de 5 céntimos se le llamaba perra chica, a la de 10 céntimos perra gorda, a la de 25 céntimos real, a la de 50 céntimos dos reales, a la moneda de 5 pesetas duro, a la moneda de 100 pesetas 20 duros, al billete de 1.000 pesetas se le conocía como talego o billete verde, al de 5.000 pesetas como billete de 1.000 duros y 1 millón de pesetas se le conocía como 1 kilo porque mil billetes de 1.000 pesetas pesaban 1.000 gramos.

8 de octubre de 2020

A propósito del Día de la Educación Financiera

Todos los primeros lunes de octubre, se celebra, fomentado por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) y el Banco de España, el Día de la Educación Financiera, esta vez bajo el lema “Educación para unas finanzas más seguras”, con el fin de concienciar a los ahorradores de la importancia que tiene ser poseedor de una cierta cultura financiera, evitando así que el patrimonio se vea vapuleado en las diferentes etapas de la vida monetaria de una persona. No nos olvidemos, que la prosperidad de un país depende de la prosperidad económica de cada uno de sus habitantes, al ser la ausencia de esta cultura una forma de exclusión social que camina por el sendero de la pobreza. Por eso, la celebración de este Día tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la educación financiera en la vida de los ciudadanos.

Uno de los pilares fundamentales de la sociedad moderna es el extenso periodo que cada individuo dedica a la formación escolar y profesional. A partir de ahí, los conocimientos adquiridos se intercambian por dinero a la hora de ejercer, por cuenta propia o ajena, un trabajo. Del peculio obtenido se llega al ahorro que, al no haber tenido una adecuada formación financiera en nuestra época de estudiante, no se sabe muy bien qué hacer con él, ni qué hacer a la hora de tomar ciertas decisiones monetarias que surgirán a lo largo de nuestra vida cotidiana. El dinero, nuestro medio de intercambio por excelencia, hace que las finanzas, sin quererlo, sean nuestras compañeras inseparables en los sueños y en los hechos. Nosotros, y no los economistas, seremos los gestores del patrimonio personal, siendo esa gestión la encargada de nuestro futuro y el condicionante de nuestro presente. Ya que las finanzas van a ser nuestras compañeras de viaje, no sería un despropósito si se incluyesen dentro del plan de estudios generales obligatorios, con el fin de adquirir unos conocimientos para hacer una gestión financiera adecuada de nuestros bienes al ser los errores dinerarios no solucionables. La mayoría de la sociedad española reconoce que no maneja bien su ahorro debido al desconocimiento de los diferentes productos de inversión que existen en el mercado. ¡Y eso que hemos pasado por una crisis financiera!, pero ni por esas. Si rascamos la superficie, parece que en algo se ha mejorado debido a que se le ha dado la razón a aquel dicho de antaño que decía que “la letra con sangre entra”. Hemos sufrido de lo lindo y, por la cuenta que nos ha tenido, algo hemos aprendido de la experiencia. Una adecuada formación financiera nos hubiese librado de muchos disgustos en el pasado y hubiera mejorado nuestra calidad de vida.

4 de junio de 2020

El Instituto de Crédito Oficial (ICO)

El Instituto de Crédito Oficial (ICO), adscrito al Ministerio de Economía y que nació en 1971 como entidad coordinadora de los bancos públicos de la época, es un banco público con personalidad jurídica de entidad pública empresarial y la consideración de Agencia Financiera del Estado, disponiendo de su propio patrimonio, tesorería y autonomía en la gestión para cumplir sus fines.

Desde su creación, ha sufrido varios cambios: de ser un Organismo Autónomo pasó a ser una entidad de crédito como Sociedad Estatal, alcanzando la titularidad de Banco Público Oficial. A partir de ese momento, dejo de financiarse del Tesoro Público para obtener financiación en los Mercados de Capitales. Posteriormente, asume la principal función de potenciar la economía real.

Principalmente fomenta el crecimiento, el desarrollo y la mejora de la distribución de la riqueza nacional mediante actividades económicas, actuando como Banco Público concediendo préstamos y como Agencia Financiera del Estado gestionando la financiación oficial del Estado, financiando también a los afectados por desastres ecológicos, catástrofes naturales y otros supuestos de interés general.

27 de mayo de 2020

Tasa Anual Equivalente (TAE)


La Tasa Anual Equivalente o Tasa Anual Efectiva (TAE) indica el beneficio teórico anualizado de una inversión que se realiza en periodos inferiores o superiores a un año. De este modo, nos permite comparar los beneficios de diferentes inversiones, aunque tengan diferentes plazos, siendo la mejor aquella que tenga una TAE superior. Se tendrá en cuenta que con una misma TAE, siempre se cobrará más intereses de una inversión cuando se cobra de golpe al final que si esa inversión se va abonando en distintos pagos.

El Banco de España obliga a incluir, desde 1990, en todos los folletos informativos de crédito y depósitos bancarios, la TAE.

El cálculo de la TAE se afianza en el interés compuesto y da por supuesto que los intereses obtenidos se vuelven a invertir al mismo tipo de interés.