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13 de abril de 2021

Dos posibles escenarios económicos

Llegados a este punto, después de un año de pandemia y crisis económica mundial, según evolucione la situación sanitaria (vacunación) y la economía (gestión de los Bancos Centrales) surgirán dos caminos contrapuestos que darán lugar a otros tantos posibles escenarios económicos: la recuperación sanitaria y económica o el agravamiento de ambas. Los avances logrados durante este fatídico año son innegables gracias al desarrollo y puesta en distribución de varias vacunas contra el coronavirus, lo que ha permitido sacar de las tinieblas a las principales economías mundiales, pero aún queda mucho camino por andar hasta llegar, por lo menos, al punto de partida inicial.

Para el segundo trimestre se espera un crecimiento positivo, pero es necesario que lo sea con un porcentaje bastante amplio para ir supliendo las carencias que se han venido arrastrando. Ese beneficio, según los expertos, no se logrará si no se consigue una inmunidad de al menos el 40% de la población antes del verano para poder salvar, aunque solo sea, la campaña turística. No nos olvidemos que buena parte de nuestro PIB (Producto Interior Bruto) proviene del sector del turismo. Para ello se necesita que las vacunas realicen su trabajo ayudando a frenar la enfermedad y a reducir los casos más graves, y eso se consigue con una amplia campaña de vacunación para que no haga naufragar todo el esfuerzo que nos está costando las restricciones de distancia social, de movilidad y laborales. Solo así se podrán ir levantando las limitaciones, dando lugar a una mejora de la confianza del consumidor para que se pueda sacar a la luz todo ese ahorro latente que no se ha podido disfrutar, debido a los necesarios confinamientos, impulsando la expansión de la economía al ponerse en movimiento el dinero.

28 de diciembre de 2020

La sopa de letras de la recuperación económica (V, W, U, L, K)

Estando inmersos en una crisis económica y social provocada por la emergencia sanitaria del coronavirus es de vital importancia conocer, cuando desaparezcan las medidas de confinamiento y se vuelva a la normalidad, cuáles serán las formas que recogerán la reactivación de los principales indicadores económicos.

Desde el momento en que una crisis acampa en un país, sea de la índole que sea, se estudian sus consecuencias y de inmediato se pone en marcha la maquinaria de especulación para anticiparse a cómo será la recuperación económica. Para ello, los economistas observan cómo evolucionan los indicadores de actividad, por ejemplo, el Producto Interior Bruto (PIB) y el desempleo, a lo largo del tiempo, y van plasmando todos los resultados en una gráfica que va mostrando la evolución de la recesión económica y su recuperación. Esos gráficos, que van dibujando milimétricamente todo el recorrido que va trazando la economía del país, adquieren unas formas determinadas que son aprovechadas por los economistas y políticos para hacer una analogía con las letras que posteriormente darán nombre a la recuperación de los PIB’s, a la evolución de los Mercados, así como a la actividad de las principales economías. Esas letras del alfabeto, a modo se sopa de letras, son las que indicarán el dibujo de la recesión y de la posible recuperación. De esta forma se habla de V, W, U, L, K y hasta de símbolos como el de la raíz cuadrada o el del logotipo de la marca deportiva Nike (o tick), en función de que la recuperación sea más rápida, más lenta o tenga recaídas inmediatas.

4 de mayo de 2020

El Producto Interior Bruto (PIB)


El Producto Interior Bruto (PIB) es un indicador económico que mide el valor de mercado de todos los bienes tangibles y servicios que se producen en una región o país durante un periodo específico de tiempo, siendo tal su importancia que se considera como la variable principal en la contabilidad del territorio que ha servido para su cálculo, siendo la principal medida que se usa para evaluar la riqueza de un país conociéndose también como Renta Nacional, por eso refleja a la perfección la evolución económica. Su valor no debe de confundirse con el de la Inflación: aunque PIB e Inflación utilizan los bienes y servicios para su cálculo, la Inflación no incluye todos los que forman parte del PIB. Fue creado por Simon Kuznets (premio Nobel de Economía en 1971) al incluir este término en un informe de los años 30 del siglo pasado para afianzar las cuentas financieras de los Estados Unidos.

Para su cálculo, bastante complejo, es necesario conocer cada uno de los bienes y servicios totales que han intervenido en la producción de un territorio, excluyendo las externalidades, las ventas de segunda mano, los bienes de autoconsumo y la economía sumergida (según Gestha -Técnicos del Ministerio de Hacienda- supone un 25% de la economía española). Por tanto, calcula toda la actividad económica de una región o país según ciertas premisas: únicamente se calcula la actividad económica que se realiza dentro de la propia zona de cálculo y no se descuentan los consumos de capital. Si la tasa de desviación es mayor que cero, se entiende que hay crecimiento económico; por el contrario, si la tasa es inferior a cero, dará lugar su lectura a un decrecimiento económico. Su fórmula de cálculo es la siguiente: