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21 de febrero de 2024

Una ladrona invisible llamada Inflación

Foto by pixabay.com

La divulgación del dato de la inflación es una información que preocupa al ciudadano, y en mayor medida al ahorrador, ya que con la misma cantidad de dinero se pueden comprar menos bienes y servicios que en un periodo anterior.

Da la sensación de que la inflación es un tema de preocupación reciente, sin embargo, no es así, es un concepto que ya está asociado a la economía desde hace mucho tiempo.

El IPC y la inflación, aunque están estrechamente relacionados, no son lo mismo. Ambos son indicadores de precios y en ocasiones se escucha que la inflación ha subido o bajado en función de los datos del IPC, pero esto no siempre es así. La principal diferencia entre ambos radica en que el IPC es un índice que está basado en la evolución de una cesta de consumo con unos productos en concreto. En cambio, la inflación indica la subida generalizada de los precios de una economía y se utiliza en la contabilidad nacional de un país.

Según el INE, en los últimos 30 años el IPC ha subido un 108%. Esto quiere decir que, a largo plazo, una mala gestión del ahorro puede llevar a que el esfuerzo para conseguirlo haya sido en vano. De ahí le viene el nombre de “ladrona invisible”.

La inflación se despertó con las políticas monetarias que llevaron a cabo los gobiernos de los Bancos Centrales para reanimar la economía en la época de la pandemia. Los expertos consideran que la inflación debe de mantenerse en unos niveles muy cercanos al 2% para que tenga una influencia positiva en la economía de un país. A partir de ese nivel saltan las alarmas y los Bancos Centrales ponen en marcha su maquinaria para atajar un problema que, sin quererlo, fue en parte provocado por ellos.

23 de marzo de 2023

El flujo del dinero en la economía

Foto by pixabay.com
Adam Smith (1723 – 1790) ya dijo que el dinero, como medio de pago independiente, era el causante de pasar de una economía autárquica (sistema económico en el que un Estado se abastece con sus propios recursos, evitando en lo posible las importaciones) hacia una economía de intercambio abierta. Y tenía razón: la economía contemporánea no se podría entender sin el dinero y la confianza depositada en él como medio de pago. El dinero cambió al mundo y será capaz de volverlo a cambiar si es necesario. Todos lo utilizamos para el intercambio de bienes y servicios.

El intercambio de productos entre las personas se puede decir que existe desde los comienzos de la civilización, pero no así el dinero. En un principio, era el trueque (intercambio de unos productos por otros) la primera forma que existió para la adquisición de los productos necesarios, dando lugar a la aparición de los precios, propiciando la especialización de las profesiones. El trueque implicaba una oferta y una demanda unipersonales, haciendo que el intercambio no fuese todo lo eficiente que debiera. Con el paso del tiempo, y para hacer más fácil el intercambio, se aceptaron, según las diferentes civilizaciones, como moneda de cambio alimentos, conchas, piedras preciosas, oro, plata… La evolución del comercio dio lugar a la unidad de cuenta mediante la acuñación de monedas teniendo como base cualquier metal precioso, lo que se puede entender como el inicio del dinero según se conoce hoy.

16 de noviembre de 2021

La Balanza de Pagos

Foto by pixabay.com
La globalización ha traído, entre otras cosas, la interconexión de las economías de todos los países, haciendo prosperar las relaciones financieras entre ellos. Todas las transacciones económicas que se realizan entre un país y los demás, en un período determinado (habitualmente un año), formarán parte de un registro contable, a modo de libro mayor, que recoge toda la información sobre ventas y compras de bienes y servicios, movimientos de capitales y otros conceptos. Ese documento contable es lo que se denomina Balanza de Pagos. Los datos ahí reflejados forman parte de un indicador macroeconómico que indica fidedignamente cuál es la situación económica de un país de una manera general, permitiendo conocer los ingresos que recibe del resto y los pagos que realiza el país a los otros, mediante importaciones y exportaciones de bienes, servicios, capital o transferencias en un periodo delimitado de tiempo. Su importancia radica en la fotografía del momento, permitiendo analizar las relaciones entre un país y el exterior donde se ve claramente si un país está en equilibrio monetario relacionando sus ingresos con sus pagos.

La opción ideal sería que la Balanza de Pagos fuese igual a cero. Pero puede ocurrir que los ingresos superen a los gastos, en este caso estaríamos hablando de un superávit o, en el caso contrario, déficit. Los datos siempre están referidos a todas las operaciones del país, sin importar si han sido realizadas por el sector público o el privado, por las empresas o de forma personal.

13 de abril de 2021

Dos posibles escenarios económicos

Llegados a este punto, después de un año de pandemia y crisis económica mundial, según evolucione la situación sanitaria (vacunación) y la economía (gestión de los Bancos Centrales) surgirán dos caminos contrapuestos que darán lugar a otros tantos posibles escenarios económicos: la recuperación sanitaria y económica o el agravamiento de ambas. Los avances logrados durante este fatídico año son innegables gracias al desarrollo y puesta en distribución de varias vacunas contra el coronavirus, lo que ha permitido sacar de las tinieblas a las principales economías mundiales, pero aún queda mucho camino por andar hasta llegar, por lo menos, al punto de partida inicial.

Para el segundo trimestre se espera un crecimiento positivo, pero es necesario que lo sea con un porcentaje bastante amplio para ir supliendo las carencias que se han venido arrastrando. Ese beneficio, según los expertos, no se logrará si no se consigue una inmunidad de al menos el 40% de la población antes del verano para poder salvar, aunque solo sea, la campaña turística. No nos olvidemos que buena parte de nuestro PIB (Producto Interior Bruto) proviene del sector del turismo. Para ello se necesita que las vacunas realicen su trabajo ayudando a frenar la enfermedad y a reducir los casos más graves, y eso se consigue con una amplia campaña de vacunación para que no haga naufragar todo el esfuerzo que nos está costando las restricciones de distancia social, de movilidad y laborales. Solo así se podrán ir levantando las limitaciones, dando lugar a una mejora de la confianza del consumidor para que se pueda sacar a la luz todo ese ahorro latente que no se ha podido disfrutar, debido a los necesarios confinamientos, impulsando la expansión de la economía al ponerse en movimiento el dinero.

11 de enero de 2021

La Bolsa española despide el 2020 como la peor plaza de Europa

El 2020, conocido ya como el año del COVID-19, termina dejando un lienzo bursátil desigual donde la volatilidad ha sido su marca de identidad. Las Bolsas mundiales cierran un ejercicio donde se han visto caídas muy fuertes, en un fugaz periodo de tiempo, para luego llegar las recuperaciones y tocar, en algunas plazas, niveles máximos nunca vistos. En un principio, el miedo colapsó los Mercados Financieros para después regenerarse; incluso algunos sectores, como el tecnológico, acumulan unas plusvalías que hacen pensar que la crisis sanitaria nada ha tenido que ver con ellos.

El estallido de la crisis sanitaria pilló por sorpresa a inversores y analistas provocando un derrumbe de todos los Mercados, incluyendo activos como el oro que se consideran refugio en época de turbulencia financiera. Ante tal inédita situación, las autoridades monetarias, económicas y sanitarias reaccionaron de una forma coordinada, como nunca se había visto, para atajar un problema económico de tal magnitud que podría haber sido mayor si no se hubiesen tomado ciertas medidas tan contundentes y drásticas.

La caída bursátil del pasado mes de marzo fue de tal envergadura, que la Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra inundaron el Mercado de liquidez monetaria para que a partir de ese momento diese comienzo la recuperación bursátil. Con esa inyección de liquidez, que no viene de ahora sino de la anterior crisis monetaria, se consiguió que se pudiese emitir más deuda, abaratando el crédito y reduciendo el pago de la Renta Fija, lo que provocó un apetito por los activos de más riesgo donde se encontró más rentabilidad.

16 de julio de 2020

¿Por qué renta pedir prestado y cuesta dinero prestar?


El concepto de que el prestatario pague intereses al prestamista era una condición básica de cualquier préstamo. Esto ha sido así hasta que los tipos de interés negativos han presionado a la baja todo tipo de deuda, lo que ha sido un beneficio inesperado para el deudor, pero todo un problema para el ahorrador y el prestador. Para muestra un botón: las letras y los bonos que emite el Tesoro Público del Reino de España se encuentran en todos sus periodos con rentabilidades negativas hasta el de cinco años. Es decir, los inversores institucionales están dispuestos a depositar su dinero, aunque tenga un coste, a cambio de estabilidad y liquidez que proporciona la deuda pública de los Estados más solventes.

Las políticas monetarias que han llevado a cabo todos los bancos centrales mundiales han evitado una catástrofe monetaria global, pero han conseguido que el Mercado de Deuda se distorsione. El ahorrador no encuentra ningún beneficio en la renta fija convencional, lo que hace que tenga que acudir a otro tipo de inversiones menos conocidas y más arriesgadas, llegando a tomar decisiones erróneas, en parte influenciadas por aquellos que, conociendo la evolución de los Mercados, no son conscientes del riesgo soportado por el cliente al que se le ofrece ese producto, provocando inintencionadamente la formación de posibles burbujas. La opción de estar en liquidez, no haciendo nada con el ahorro, tampoco es una buena solución debido a que la inflación es implacable con los caudales que se guardan bajo las baldosas de la cocina.