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Desde que los
Bancos Centrales se vieron forzados a subir los tipos de interés de forma
agresiva para intentar frenar la inflación galopante, todo ha cambiado,
volviendo los ahorradores domésticos a tener la oportunidad de rentabilizar su
dinero mediante Depósitos, Letras del Tesoro, Fondos de Inversión
especializados en Renta Fija y Seguros de Ahorro. Todas las opciones que he
mencionado eran impensables hace un tiempo, cuando los Estados cobraban por
emitir deuda. No se puede uno olvidar de que lo que, para el Estado, en
términos financieros, es incómodo, para el ahorrador es un beneficio y
viceversa. Cuando el Estado se financiaba a tipos negativos, el ahorrador más
conservador era un convidado de piedra. Ahora que el Estado tiene que pagar por
su deuda (las Letras del Tesoro y los Bonos rondan el 4%), el ahorrador recibe
los beneficios.
La Reserva
Federal decidió incrementar el precio del dinero hasta el 5,50%, y el Banco
Central Europeo ha optado también por seguir la misma tendencia aplicando otra
subida hasta el 4,50%. Sin embargo, el mercado está debatiendo si los intereses
de los activos conservadores seguirán subiendo o están a punto de frenarse
debido al runrún de la subida de tipos de interés, pero ese momento no termina
de concretarse, reduciendo el precio de los Bonos. Aquí, los expertos no se
ponen de acuerdo; dependerá de la evolución de la inflación, que es la causante
del movimiento del precio del dinero. Sin embargo, la mayoría opina que lo que
acontezca será una estabilidad de tipos, con una varianza de más o menos 50
puntos básicos para el próximo año o año y medio. En cualquier caso, será la
inflación la que marque la pauta, y el verano no ha dejado un buen resultado.
Ahora que
parece que se acerca el final de la subida de los tipos de interés, los Fondos de Inversión en Renta Fija son los productos que más patrimonio están captando.
Las Letras del Tesoro también son otro activo que puede ser interesante, y ya
hemos visto el interés de los inversores domésticos por ellas, aunque en
términos relativos tampoco ha sido una cantidad muy elevada debido a que la
demanda ha sido numerosa en términos numerales, pero no monetarios, ya que las
colas que se han visto ante el Banco de España han sido de ahorradores. Las
entidades financieras están recomendando a sus clientes Fondos Monetarios
(invierten en productos de Renta Fija a muy corto plazo) y haciendo ofertas
puntuales tanto en Depósitos como en Cuentas Nómina, lo que permite sacar
partido al ahorro con un riesgo casi inexistente. Los depósitos que están
ofreciendo las entidades bancarias no han seguido el ritmo de las subidas de
los tipos de referencia, han ido más lentos, pero ahora ya es posible ver
rendimientos por encima del 4%, eso sí, con condiciones. Todo esto tiene su
lógica si se tiene en cuenta que las subidas de tipos están teniendo un impacto
positivo en los activos de Renta Fija de nueva adquisición. Por primera vez en
años es factible crear una cartera de Fondos de Inversión Garantizados y activos
de Renta Fija con muchas opciones de superar a la inflación a medio-largo
plazo, y esto, como decía, alguna de las generaciones actuales no lo ha
conocido.
Como siempre,
la elección del mejor activo financiero dependerá de los conocimientos, de la
situación fiscal del ahorrador y del asesoramiento que reciba. Una cosa es
invertir en el producto que más aceptación está teniendo y otra muy distinta es
invertir en el que de verdad interesa, porque no siempre son coincidentes. Las
políticas comerciales de las entidades bancarias no siempre están del lado de
los intereses de sus clientes. Lo más habitual entre los ahorradores es
preguntar a su banco por los depósitos disponibles, ya que es lo más sencillo,
y el banco, en este caso, está encantado de ofrecérselos, porque es lo más
rentable para la compañía que, además, es la que asesora. Sin embargo, ahora
mismo, lo más rentable para los ahorradores es invertir directamente en Letras del Tesoro a través de las cuentas directas del Banco de España. Desde el punto
de vista fiscal, en cambio, lo más interesante es invertir en Fondos de Inversión,
donde el partícipe no tiene que tributar hasta que se vendan las participaciones.
Otro aspecto
a tener muy en cuenta es el riesgo vinculado a cada activo y las fluctuaciones
que puede experimentar el precio ante las variaciones de los tipos de interés
(por ejemplo, el precio de los Bonos cae cuando suben los tipos), así como conocer
la liquidez en el caso de que se necesite deshacer la posición en un momento
determinado. Al dibujarse las curvas invertidas de los tipos, el mercado lleva
unos meses avisando de un punto de inflexión en la inflación y los tipos de
interés. Pero este punto de inflexión no termina de concretarse, aunque tarde o
temprano llegará y haberse anticipado a ese momento en la inversión garantizará
la rentabilidad.
En cualquier caso, el mercado de deuda sigue siendo positivo para los ahorradores, gracias a los rendimientos actuales que está ofreciendo. Si a ello se une el impacto que está teniendo en los mercados financieros la lentitud de la recuperación económica, se puede decir que la Renta Fija sigue siendo una apuesta financiera ganadora para aquellos ahorradores más conservadores a quienes les aterra el riesgo. Para los ahorradores más jóvenes, para aquellos que tienen todo el futuro por delante, la forma de invertir es diferente. Ellos no necesitan conocer el momento más oportuno de entrada en el mercado, ya de por sí difícil, para realizar sus inversiones. Lo único que tienen que hacer es invertir una parte fija del sueldo sistemáticamente y las matemáticas se pondrán de su parte gracias al interés compuesto.
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