27 de diciembre de 2022

¿Qué es y cómo se construye un Fondo de Inversión Garantizado?

Un Fondo de Inversión es una institución de inversión colectiva formada por el patrimonio que aportan inversores físicos o jurídicos llamados partícipes. Un Fondo de Inversión Garantizado es aquél que invierte asegurando, en una fecha futura, total o parcialmente, la inversión inicial del partícipe. El Fondo Garantizado es un producto de inversión que tuvo una muy buena repercusión entre los ahorradores en el pasado y ahora, que los Bancos Centrales están subiendo los tipos de interés, algunas entidades bancarias lo están volviendo a ofrecer como si de un “depósito” se tratase, aprovechando que los inversores acuden a su intermediario financiero con la intención de buscar productos conservadores, es decir, aquellos en los que no pierdan dinero y conociendo de antemano la rentabilidad que van a obtener.

1994 fue un año horrible para los partícipes de fondos debido a las fuertes pérdidas que tuvieron que asumir. Un año más tarde, fruto de la ingeniería financiera, nacen los Fondos Garantizados para atraer a los ahorradores que no querían asumir ningún tipo de riesgo.

Actualmente, se repite la historia, con la diferencia de que el producto “idóneo” ya está creado. Pero ¿realmente compensa invertir en ellos? Es un producto muy rentable para la entidad que lo comercializa, pero no tanto para el ahorrador que lo suscribe como vehículo de inversión productivo y eficiente y, además, se venden muy bien en las sucursales bancarias debido a su apellido de “garantizados”. Para entrar ya en materia, anticipo que para que un fondo se apellide “garantizado” el partícipe debe de asumir el coste, no siempre barato, de esa garantía. ¡¡¡Sorpresa!!! Nadie garantiza nada por nada.

El Fondo Garantizado se encuadra dentro de una categoría especial de Fondos de Inversión que permiten al ahorrador o partícipe no perder el capital invertido, siempre que se mantenga la inversión hasta el final de la cobertura de la garantía. Algunos Fondos Garantizados permiten conocer al partícipe la rentabilidad que va a obtener y esta será real siempre que se esté dentro de la cobertura de la garantía. Todo esto viene convenientemente detallado en el folleto del Fondo, debiéndose leer íntegramente y entendiendo todas sus condiciones ya que están llenos de imprevistos y sorpresas. Esta es la razón por la que dije que la garantía tiene su precio y no siempre es barato. La seguridad y protección son máximas, eso sí, pero a cambio de una rentabilidad que roza la nulidad: el dinero del ahorrador se queda enclavado en un producto que le impide la ocasión de rentabilizarlo en el caso de que surjan otro tipo de oportunidades.

Al leer el folleto es fundamental fijarse en qué tipo de garantía aplica, cuáles son las condiciones de la rentabilidad y las comisiones, conocer el plazo y su liquidez (al estar restringida) por si no se adaptara a nuestro perfil inversor.

La garantía

La garantía del fondo puede ser total o parcial.

Si es total, asegura el 100% del capital invertido, pero únicamente a vencimiento. Es decir, si por algún motivo se retira el dinero con anterioridad al vencimiento es posible que el ahorrador únicamente reciba el dinero que invirtió en el fondo.

Si es parcial, asegura solo una parte de la inversión. Por lo tanto, debería tener una mayor rentabilidad por tener menor garantía, pero no es así en la realidad. En este caso, es posible que el ahorrador reciba únicamente el importe del fondo que esté garantizado.

La garantía, en ambos casos, tiene un vencimiento que viene expresado en el folleto. Llegada la fecha de vencimiento, estos fondos inician un nuevo periodo que no tiene ni debe de ser garantizado, es más, pueden cambiar su naturaleza, sus características y hasta su denominación y pueden dejar de ser garantizados, que es lo más habitual.

El Fondo Garantizado ideal es el que garantiza la totalidad del capital y un porcentaje mínimo de rentabilidad en un plazo pactado anteriormente. En este caso, y solo en este, se puede equiparar a estos fondos con los depósitos.

Las condiciones

Los Fondos Garantizados se clasifican, según la CNMV, en garantizados de renta fija y garantizados de renta variable.

Cuando son garantizados de renta fija la gestora asegura, a vencimiento, una determinada rentabilidad independientemente de las condiciones del mercado. Esto lo consiguen invirtiendo en activos de renta fija.

Cuando son garantizados de renta variable el beneficio vendrá estipulado en el folleto y por lo general, indicará un mínimo y un máximo de remuneración. Estos garantizados, en la mayoría de los casos, son tan complejos que se hacen desaconsejables para los no iniciados en los Mercados Financieros debido a que suelen asociarse a índices, cestas de valores o productos apalancados.

El plazo de inversión

El plazo de inversión es un factor a tener en cuenta porque es un producto que tiene muy poca liquidez como ya veremos. Por lo tanto, el plazo debe ir acorde con la rentabilidad que ofrezca. En este caso se debe de comparar con los depósitos que ofrezcan las entidades por ese mismo periodo: en el caso del garantizado el rendimiento debe de ser superior al ser mayor la exposición al riesgo asumido.

El plazo de inversión suele variar desde unos pocos meses hasta los diez años y este periodo es el que se garantizará; fuera de él, la garantía no actúa en ninguno de los casos.

Las comisiones

Las comisiones vendrán estipuladas también en el folleto del fondo. Suele tener varios tipos de comisiones. A saber: de gestión, de suscripción, de reembolso y de depósito.

La comisión de gestión y depósito son las habituales en cualquier fondo y están referenciadas al capital. Esto quiere decir que la entidad intermediaria nunca pierde y al garantizar el capital entonces las comisiones se pagan de los beneficios.

La comisión de suscripción solo se suele aplicar si ha finalizado el periodo de suscripción, no siendo recomendable entrar si ya ha concluido ya el plazo.

La comisión de reembolso es aplicable cuando se quiera rescatar el dinero antes de que finalice la garantía: ronda el 5% del patrimonio invertido.

La liquidez

Comenté anteriormente que en general, los Fondos Garantizados, son poco líquidos. Si el inversor tiene necesidad de salir anticipadamente, deberá abonar la comisión de reembolso que, al venir definida en el folleto, siempre será conocida.

Adicionalmente, tienen unas ventanas de liquidez estipuladas que no se paga comisión de reembolso si se retira el capital invertido o parte de él en ese instante. Pero la garantía no se suele mantener porque esta es a vencimiento, con lo cual, hay que vender a mercado y se puede incurrir en pérdidas. Es más, las pérdidas, en este caso, están casi garantizadas.

Fiscalidad

Como otro fondo: tributa como rendimientos del capital mobiliario en el mismo ejercicio en que se venda.

A quién va dirigido

Estos fondos pueden ser una buena opción, pero sólo para unos determinados inversores. Por ejemplo, para los que tengan muy claro el horizonte de inversión y sepan que no van a necesitar el dinero invertido. Son aptos, también, para el inversor que tiene claro que no es un depósito o para el inversor que necesita diferir sus pagos al Fisco.

¿CÓMO SE HACE UN FONDO GARANTIZADO?

Los Fondos Garantizados tienen su público y se venden muy bien, pero el inversor no invierte para que le garanticen el capital, invierte para ganar dinero. El capital que está en la cuenta corriente ya está garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos que, como sabéis, garantiza hasta 100.000 euros por titular y no hay necesidad de dárselo a nadie para que negocie con él y que el ahorrador sea el convidado de piedra. Las condiciones de algunos de ellos son tan complejas que ni el propio asesor sabe explicarlas cuando lo está ofreciendo.

Ahora bien, para el amante de este vehículo de inversión le propongo que cree su propio garantizado. Es muy sencillo. Un inversor doméstico es capaz de replicar el formato de uno de estos fondos, sin necesidad de pagar importantes comisiones de gestión y depósito a la entidad financiera comercializadora.

Aclaro que lo que el producto que propongo de creación propia no será un Fondo de Inversión propiamente dicho pues, entre otras cosas, no tendrá las ventajas fiscales que tienen los Fondos, pero sí la ganancia, superada con creces, que dan los Garantizados. Y lo más importante, la satisfacción de que está creado y gestionado por nosotros mismos con la garantía de no perder la inversión inicial.

Las dos variables que se necesitan son el tiempo y el capital. Para explicarlo recurro a un inversor ficticio que le voy a llamar Humberto Ahorrador.

Humberto dispone para invertir cien mil euros que tiene ahorrados para cuando llegue el momento de su jubilación (dentro de diez años) y así tener un colchón para no renunciar a su calidad de vida que tiene actualmente. Siendo un apasionado de la Bolsa, quiere invertir con la garantía de recuperar el capital inicial sin renunciar a otro tipo de inversiones. Su entidad financiera le ha hablado de los Fondos Garantizados, pero le han puesto semejante cantidad de condiciones que ha preferido crearse él uno.

Los Fondos Garantizados se construyen, principalmente, con activos de renta fija y así se minimiza el riesgo en casi su totalidad. En el Mercado hay productos de inversión que reúnen esta cualidad; a saber: depósitos, pagarés, deuda pública y, en menor medida, obligaciones y seguros de ahorro. Para el caso que nos ocupa voy a usar la deuda pública (bono a 10 años) por resultarme más cómoda para los cálculos. Supondré que el bono tiene una rentabilidad anual del 4% sin posibilidad de reinversión manteniendo la inversión durante todo el periodo hasta su vencimiento. El cálculo lo haré para el primer año y el resto lo dejo para vosotros. Obviaré detalles que no vienen al caso (como la inflación) pues lo que haré será una simulación.

Se trata de que al final de cada año Humberto siempre disponga de sus 100.000,00€.

En este caso, se necesitan 96.153,85€ para que, al cabo del año, a un 4%, el Sr. Ahorrador reciba 100.000,00€. Pues eso es lo que se hará: se invierten los 96.153,85€ y al cabo de un año se recibirán 100.000,00€.

Ya está: con esto y sin hacer nada más, Humberto recibiría al cabo del año sus 100.000,00 euros que tenía inicialmente. Conclusión: comisiones, cero (en deuda pública son ínfimas) y el capital inicial está garantizado. Pero aún queda lo mejor: los 3.846,15€ que tiene en su bolsillo Humberto debido a que la inversión se ha realizado al descuento, los puede utilizar para realizar inversiones alternativas y con más riesgo porque, aunque le vaya muy mal y lo pierda todo, aun así, su capital inicial sigue garantizado.

Que lo que se quiere es un garantizado parcial. Pues a gusto del consumidor. En este caso, se consigue haciendo combinatoria entre el capital inicial invertido en bonos y el resto en efectivo. Por ejemplo: se invierten 90.000,00€. Quedan 10.000,00€ para otro tipo de inversiones y la garantía es de 93.600,00€. En fin, variables hay miles. 

Esto es un Fondo Garantizado. Ni más, ni menos. La entidad intermediaria puede invertir el dinero donde le dé la gana, se puede hasta quedar con los beneficios y el inversor recibe su capital inicial.

Los casi cuatro mil euros de los que dispone inicialmente Humberto los puede invertir en lo que quiera: es un dinero en efectivo que no ha usado. ¡Y así durante los diez años de la inversión en bonos!

Otra forma de verlo es, por ejemplo, que nuestro amigo quiera tener un detalle con sus hijos cada año: pues dispone de 3.846,15€.

Fijaros que si le hubiese dado los 100.000,00€ a su banco para invertirlos en un Fondo Garantizado, sería este el que dispusiera de esa cantidad en efectivo. ¡Casi nada!

Finalizo diciendo que invertir es fácil, pero hay que hacerlo con conocimiento de lo que realmente se está haciendo. Hay para todos los gustos.

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