25 de abril de 2020

Valor vs. Precio, una de las claves en el mundo de las inversiones

Decía Oscar Wilde que “el cínico es el que sabe el precio de todo y el valor de nada” y es verdad: diferenciar el valor del precio de un activo financiero es uno de los pilares esenciales de la inversión debido a que, con mucha más frecuencia de lo que se piensa, no se distingue un activo caro de otro barato porque se atiende únicamente a su precio. Cuando un activo, cualquiera, ha perdido valor para el Mercado, se refleja directamente en el precio de su cotización. Por consiguiente, cuando un inversor paga por una acción un precio superior al de cotización, ese precio que está dispuesto a desembolsar está por encima del valor de Mercado. Adam Smith lo deja muy claro con su famosa paradoja del agua y los diamantes: “el agua es más valiosa que los diamantes, pero inmensamente más barata”. Así, cuanto más valor se le dé a algo, más se estará dispuesto a pagar por él.

Por lo tanto, el precio y el valor van por el mismo camino, pero no de forma paralela, por eso no siempre serán equitativos el uno con el otro. En los Mercados Financieros, habitualmente, el precio de cotización de las acciones no se ajusta al valor real de la compañía.


VALOR

El valor de un producto es el beneficio o utilidad que se obtiene por su adquisición, por tanto, el valor de un activo es el beneficio que reportará a su tenedor sin depender de las variaciones de la oferta y la demanda, pero sí dependiendo de las expectativas y del riesgo que ostenta el propio activo.

El valor se puede cuantificar de una forma subjetiva debido a que cada inversor tendrá una visión diferente de un determinado activo asignándole sus propias expectativas y su propio riesgo. Por eso, calcular el valor de una empresa es muy complicado.

La volatilidad propia del Mercado no suele influir en el valor del activo ya que es un concepto económico, subjetivo e individual que dependerá de la situación personal de cada ahorrador e inversor.

Siendo la consecuencia de una apreciación unilateral, cada persona otorga un valor diferente a un mismo activo financiero.

Aunque el Análisis Fundamental puede ayudar a valorar una determinada compañía, no se puede realizar el cálculo de cuál es el valor exacto de la misma. Es más, los expertos no son capaces de ponerse de acuerdo y valorar de igual forma una empresa, cotizada o no. Por eso, los precios de las acciones no se ajustan al valor real de la cotizada.

PRECIO

El precio de un producto es la cantidad de dinero que se paga por su adquisición, por tanto, el precio de un activo financiero es el dinero que se paga por su tenencia. Siempre va a depender de la ley de la oferta y la demanda, es decir, si la oferta y la demanda varían modificarán el precio sin que suponga un cambio en el valor.

El precio siempre se puede cuantificar de un modo objetivo y eso se puede ver en la cotización que muestran las acciones en la Bolsa.

La volatilidad del Mercado influye de una forma directamente proporcional en los precios de los activos.

El precio, siendo un dato público, muestra un importe monetario que se equilibra en función de la oferta y la demanda llegando a ser el resultado de una interacción entre dos partes: la parte ofertante y la parte adquirente.

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Para diferenciar rápidamente ambos conceptos, nada mejor que la definición que dio en su día el oráculo de Omaha, Warrent Buffet, para entenderlo:

“Price is what you pay, value is what you get”

“El precio es lo que pagas, el valor es lo que recibes”


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