9 de mayo de 2024

Errores financieros que provocan dificultades económicas

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El camino de la vida cotidiana está surcado de múltiples desafíos que hay que ir salvando según se va avanzando. Uno de los desafíos más comunes es la gestión de las finanzas personales. Cualquier error, por simple que sea, distorsionará negativamente la salud financiera familiar.

Las finanzas personales tratan de hacer una gestión ordenada de la vida económica de una persona. En definitiva, se debe de conseguir que los activos sean mayores que los pasivos, que el dinero que se gaste no sea mayor al que se gana y que el dinero invertido en activos sea lo más productivo posible. Todos conocemos a personas con altos ingresos que no llegan a fin de mes. También los hay que, con ingresos más modestos, con voluntad, disciplina y esfuerzo logran metas financieras positivas.

La vida financiera está llena de decisiones importantes y desafiantes desde el mismo momento en que se tiene contacto con el peculio.

En cualquier ámbito de la vida se cometen errores, todos nos hemos equivocado alguna vez, pero aprender de los errores que han cometido otros es lo más producente que existe. Dentro de los errores, los financieros pueden tener consecuencias nefastas en la economía familiar. Ser consciente de los errores que se pueden interponer en el camino y tomar las medidas necesarias para evitar su impacto, permite al individuo prepararse para afrontar cualquier desafío financiero y aprovechar así las oportunidades de crecimiento.

Gastar más dinero del que se gana, endeudarse injustificadamente, no ahorrar y no invertir el ahorro son algunos de los errores más comunes que se cometen poniendo en peligro la salud financiera.

Construir una buena base financiera es algo que está al alcance de cualquiera, lo único necesario para conseguirlo es diseñar un plan financiero que evite los principales errores que se suelen cometer en la administración de los caudales.

Un estudio llevado a cabo por Fintonic en el año 2019 con motivo del Día Mundial del Ahorro reveló que:

  • Sólo uno de cada dos españoles llega a fin de mes.
  • La tasa de ahorro se sitúa en el 4,2%, pero el 53% no llega a fin de mes.
  • La mayoría de la población no podría vivir más de un mes sin ingresar por ser el importe del ahorro muy limitado.

Por tanto, no estará de más hacer un recorrido por los errores financieros más comunes. Evitarlos formará parte de la piedra angular de una buena salud financiera.

En España, los encargados de regular y supervisar las prácticas financieras son la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Para cualquier decisión financiera que se quiera tomar es conveniente estar al tanto de esas regulaciones que, sin lugar a ninguna duda, afectarán de lleno a la planificación del ahorro y la inversión.

Usar tarjetas de crédito para la compra de artículos cotidianos se ha vuelto algo habitual entre los consumidores, pero no siempre es lo más adecuado, los intereses pueden aumentar la deuda de forma exponencial.

Comprar cualquier bien o servicio que supere las capacidades económicas pueden ser motivo de quiebra para las finanzas personales.

NO AHORRAR PARA EL FUTURO

Ahorrar es reservar una parte del dinero actual para gastarlo en el futuro. El futuro es impredecible por lo que no tener un fondo de emergencia para “lo que pueda ocurrir” es uno de los errores financieros más comunes y peligrosos: si ante una emergencia no se dispone de ahorro significa enfrentarse a una de las dificultades financieras más comunes, pudiendo comprometer la economía familiar.

Lo recomendable sería tener un fondo de emergencia que fuese capaz de cubrir, al menos, de tres a seis meses de los gastos cotidianos.

No contar con un fondo de emergencia implica una falta absoluta de previsión y un riesgo de sobreendeudamiento. Ahora bien, este fondo de emergencia tiene que estar separado de los ahorros.

Ahorrar no siempre es fácil, sobre todo si no hay voluntad. Cuando a duras penas se llega a final de mes, el ahorro pasa a un segundo plano. Sin embargo, si el ahorro se plantea como un gasto más, la cosa cambia y el ahorro se hace realidad.

NO DIVERSIFICAR LAS INVERSIONES

No es una buena idea colocar el ahorro en un único activo. Sin embargo, distribuir la inversión en diferentes activos es clave para mitigar el riesgo.

En este caso, si la base de conocimientos financieros es escasa o nula lo más recomendable sería buscar el asesoramiento financiero de un profesional.

El ahorro personal debe de estar colocado en entidades y activos que se ajusten a las políticas personales de inversión. La desinformación se puede conseguir variando los activos, los sectores y los mercados.

En definitiva, no diversificar y no hacer un seguimiento de las inversiones puede hacer que aumente el riesgo para el ahorrador.

IGNORAR LAS OBLIGACIONES TRIBUTARIAS

Una de las mejores ideas es familiarizarse con los impuestos que recaerán en el ahorro y en las inversiones que se llevarán a cabo. No planificarlos adecuadamente dará lugar a sorpresas desagradables cuando haya que hacer las correspondientes liquidaciones. También, no aprovechar las opciones que ofrece el ahorro fiscal puede dar lugar a pagar más impuestos que los necesarios.

Todas las decisiones financieras que se tomen llevan aparejados unas implicaciones fiscales que si no se conocen se debería acudir a un asesor fiscal para evitar males mayores.

Invertir también es aprovechar las opciones de ahorro fiscal disponibles.

DESCONOCIMIENTO DEL FLUJO DEL EFECTIVO

Al no monitorizar el flujo del efectivo no se tendrá una idea clara de los ingresos y gastos, no pudiendo tomar las decisiones más acertadas en materia de gastos, financiación e inversión.

No hacer un seguimiento del movimiento del dinero se puede llegar, sin saberlo, a una situación, por ejemplo, de insolvencia, comprometiendo la economía familiar.

NO CONTROLAR LOS GASTOS

Los gastos son los causantes directos del desequilibrio financiero personal. Por lo tanto, una adecuada y efectiva gestión de los gastos es un factor determinante para lograr los objetivos.

Los gastos son inevitables, por lo que no es una tarea fácil hacer de ellos una buena gestión. Si la gestión es pésima, puede ocasionar una situación financiera poco saludable.

El gasto es acumulativo, entonces, la pérdida de un euro constante acaba convirtiéndose en un derroche irrecuperable.

El endeudamiento proviene de que los gastos son mayores que los ingresos. Aunque muchas veces es inevitable endeudarse, el único beneficiario de ello es el prestamista.

Nunca se debe de hacer un gasto sobre lo que no se necesita, de manera que no aflore el sentimiento de que se desperdició el dinero en algo que no es ni útil ni necesario. Cuando se compra algo, no se compra con dinero, se compra con el tiempo de la vida que se ha tenido que invertir para ganar ese dinero y sería muy miserable utilizar el tiempo de la vida para comprar algo innecesario.

NO PLANIFICAR EL FUTURO

Si no se sabe dónde se quiere llegar es posible aparecer en cualquier lugar, incluso en el lugar dónde no se quiere estar.

Es necesario, porque el futuro no está definido, anticiparse y prepararse para los acontecimientos financieros futuros con el fin de establecer metas y decisiones.

No llevar a cabo una planificación financiera familiar dificulta la toma de decisiones, pudiendo perder oportunidades de inversión reduciendo la capacidad de solvencia financiera ante una adversidad.

El futuro financiero depende de lo que se haga en el presente. Es decir, el dinero ahorrado tiene que generar ingresos futuros por lo que una priorización del tiempo planificando las finanzas es una inversión que generará beneficios. La planificación, hasta por sí sola, da buenos resultados.

No invertir el ahorro puede provocar que el dinero pierda poder adquisitivo producto de la inflación.

Vivir la vida sin un objetivo es dejarse llevar por la corriente y eso, financieramente hablando, es contraproducente.

Todas las decisiones que se tomen en la vida estarán ligadas al ámbito financiero por lo que siempre será necesario trabajar en planificar el futuro. El dinero no es un fin, es un medio para llegar a un objetivo.

NO POSEER UNA ADECUADA ESTRUCTURA FINANCIERA

Es primordial tener una adecuada estructura financiera bien armonizada: eficiente control del gasto, nivel de endeudamiento adecuado, un flujo positivo del dinero, un surtido fondo de reserva y una adecuada planificación financiera futura.

Si la estructura financiera se desmorona, el camino hacia la quiebra está asegurado.

Una estructura financiera bien planificada sólo se consigue con una base de conocimientos financieros, y no me refiero a estudios de posgrado, no son necesarios. Es suficiente con unos conocimientos básicos, pero bien asentados.

VIVIR DE NÓMINA A NÓMINA

Muchas personas viven de una nómina, es el resultado de cambiar su trabajo, su sabiduría, sus habilidades por dinero. Pero si el único aliciente financiero que se tiene es recibir la siguiente nómina estamos ante alguien que deberá recurrir constantemente a la refinanciación.

Refinanciarse sólo beneficia al prestamista y ahoga aún más al prestatario. La vivienda habitual es un bien material muy recurrente para ponerlo como aval de un préstamo. Y, si es necesario, volver a refinanciar. ¡Qué pena! La pérdida de la vivienda está más que asegurada en un mínimo revés de la vida financiera. El cambio en la economía doméstica puede colocar a una persona en un ciclo de deuda sin fin.

ASUMIR QUE SE TENDRÁ MÁS DINERO EN EL FUTURO

El optimismo asociado al dinero puede ser muy peligroso. Uno de los errores más graves y comunes en las finanzas personales es que se asume que en el futuro se ganará bastante más dinero que en el presente. Eso justifica el exceso de gasto en el momento presente.

Para evitar el fracaso que puede suponer que no se va a ganar más, es preferible pagar el futuro ahora y cerciorarse de que el presente está asegurado.

MORALEJA

Los errores financieros salen muy caros. Tener claro que poder pagar cuotas no significa poder pagar el gasto, es dar un gran paso. Hacer del ahorro una prioridad y desarrollar un plan financiero sólido es un gran éxito que está al alcance de cualquiera.

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