17 de julio de 2024

La cultura financiera como sombra de cobijo

Acaba de finalizar el año escolar. Para cada alumno habrá sido un año lleno de retos y desafíos académicos. Seguro que se han conseguido muchos logros, pero también algún desacierto que impidió alcanzar algún objetivo que se programó al inicio. Alumnos y docentes se encuentran con el momento en que tienen que hacer una reflexión personal sobre cómo ha evolucionado el año, identificando cuáles han sido los puntos que han marcado la diferencia entre el éxito y el fracaso. En los centros docentes se aprende de todo y todo lo que se aprende es importante y útil. El alumno ha invertido parte de su tiempo en el aprendizaje y la formación. Ha perfeccionado el lenguaje, ha aprendido el manejo de los números, ha estudiado historia, leyes físicas y químicas, humanidades, lenguas clásicas, se ha adentrado en cuestiones científicas y ha desarrollado el sentido artístico, deportivo y vocacional. Pero, y de finanzas, ¿qué ha aprendido? Si se ha tardado más de cinco segundos en responder ya sé la respuesta.

El pasado 27 de junio la OCDE ha hecho público su informe PISA 2022 sobre la evaluación de la competencia financiera de los alumnos de 15 años, situándose 12 puntos por debajo del rendimiento promedio de la OCDE. A pesar de esos datos, España es uno de los países con menor desigualdad en competencia financiera entre el alumnado desfavorecido y el favorecido. Pero el dato que no me sorprende, por la edad de los encuestados, es que el 38% de los estudiantes considera que los asuntos de dinero no son importantes para ellos. Ese dato indica la falta de diálogo familiar con respecto al dinero y el triste legado que los docentes muestran en este tipo de formación.

3 de julio de 2024

La Bolsa sube por la escalera y baja por el ascensor

La Ley de la Gravitación Universal también se cumple en los Mercados Financieros. Ya se sabe que llegar a la Luna es muy costoso y lento, pero regresar a la Tierra es mucho más rápido y violento.

En la jerga bursátil hay un viejo dicho, muy conocido y pronunciado por los inversores, que expresa muy acertadamente la evolución de las cotizaciones bursátiles. Hace referencia a que los movimientos al alza en los mercados bursátiles suelen darse a un ritmo más lento que los movimientos a la baja: “La Bolsa sube por la escalera y baja por el ascensor”. Subir por la escalera es más costoso y lento que si se hace por el ascensor, pero si la bajada se hace directamente por el ascensor la velocidad se intensifica utilizando un esfuerzo y un espacio de tiempo muy reducido en comparación con hacerlo por la escalera.

El dicho no es más que una metáfora que se cumple en la mayoría de los casos. Tiene su explicación porque, a menudo, los principales movimientos alcistas de la Bolsa son progresivos, graduales y utilizan para ello un largo periodo de tiempo. Por el contrario, las correcciones en Bolsa son mucho más rápidas, intensas y profundas, materializándose en un periodo de tiempo mucho menor. Llegan cuando los operadores se lanzan en tromba a vender sus posiciones por culpa de que algún acontecimiento o noticia inesperada ha surgido entorpeciendo el ciclo bursátil alcista. Puede ocurrir también por una simple recogida de beneficios o por un movimiento brusco de un gran tenedor que barre el Mercado rompiendo los soportes y haciendo saltar todos los Stops Loss, provocando un aumento desmesurado del volumen de negociación en un corto periodo de tiempo.