El impuesto
nació con la finalidad de aumentar la recaudación del Estado y tratar de
equilibrar las diferencias existentes en el Impuesto del Patrimonio en las
diferentes Comunidades Autónomas, especialmente entre las que lo tienen parcial
o totalmente bonificado y las que no han optado por esa bonificación de la
tributación. El impuesto a cumplido, con matices, las dos finalidades para las
que se creó.
Fue creado
por el artículo 3 de la Ley 38/2022, de 27 de diciembre, para el
establecimiento de gravámenes temporales energético y de entidades de crédito y
establecimientos financieros de crédito y por la que se crea el impuesto
temporal de solidaridad de las grandes fortunas, y se modifican determinadas
normas tributarias.