En una sociedad donde la propiedad inmobiliaria sigue teniendo un peso fundamental, el Catastro se ha convertido en una herramienta imprescindible para la administración pública, para los ciudadanos y para los profesionales del sector. A menudo ignorado por el gran público hasta que se produce una compraventa o una discrepancia fiscal, este registro administrativo ofrece una radiografía detallada y actualizada del patrimonio inmueble del país. Pero ¿qué es exactamente el Catastro?, ¿qué información contiene?, ¿cómo se consulta y qué usos tiene?
¿Qué es el
Catastro y de qué ministerio depende?
El Catastro
es un registro administrativo dependiente del Ministerio de Hacienda,
en concreto de la Dirección General del Catastro, un organismo
adscrito a la Secretaría de Estado de Hacienda. A diferencia del
Registro de la Propiedad, que acredita la titularidad legal y los derechos
reales sobre los inmuebles, el Catastro tiene una finalidad fiscal y
estadística, y recoge la descripción física, económica y jurídica de todos
los bienes inmuebles rústicos, urbanos y de características especiales situados
en territorio español.
Es decir, el
Catastro no otorga la propiedad de un bien, pero sí registra y representa
gráficamente las parcelas, edificaciones y usos del suelo. Sus datos son
utilizados, sobre todo, para determinar impuestos como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o el
Impuesto de Sucesiones y Donaciones, entre otros.