18 de julio de 2023

"Economía Rosquilla: 7 maneras de pensar la economía del Siglo XXI" de Kate Raworth

A lo largo del siglo XX el crecimiento económico ha sido la prioridad de cualquier gobierno, considerándose como uno de los remedios esenciales para solucionar cualquier problema económico, político o social de un país. Claro está, que el crecimiento dependerá inevitablemente del consumo. La representación cartesiana del crecimiento se ha dibujado siempre como una línea curva en sentido ascendente y constante.

Según la autora, se vive en una fase de consumismo absoluto, lo que ha provocado una adicción para todas las sociedades desarrolladas. El sistema financiero está diseñado para conseguir la máxima rentabilidad, lo que arrastra a las empresas a tener que estar aumentando constantemente sus beneficios provocando que los bancos estén generando constantemente deuda que hay que pagarla, irremediablemente, con dinero. Todo ese proceso demanda mucha cantidad de recursos naturales para dar cobertura a todo el consumo que, a su vez, genera cantidades ingentes de desechos. Lo que intenta mostrar en Economía rosquilla es que el sistema actual es insostenible y el siglo XXI tiene el reto de ser el siglo del cambio, de una nueva imagen, y esa imagen pasaría por estar simbolizada por dos círculos concéntricos simulando una rosquilla.

Kate Raworth estudió Política, Filosofía y Economía (aunque no se considera economista) y trabaja para las Universidades de Oxford y Cambridge. En 2017 publicó este libro con el título “Donut Economics: Seven Ways to Think Like a 21st-Century Economist” en el que plantea, con un lenguaje claro y sin necesidad de tener conocimientos previos, una alternativa al pensamiento económico dominante y propone las condiciones para una economía sostenible. Ella cree que la sociedad occidental está muy obsesionada con que el crecimiento económico sea siempre una tendencia positiva, pero para asegurar la supervivencia es necesario darle una vuelta a ese sistema donde la prosperidad no sea sinónimo de crecimiento. Además, algo no funciona en la economía actual cuando no ha sido capaz de predecir ni impedir las crisis financieras que han tambaleado los cimientos de la sociedad. A estas conclusiones llegó después de trabajar junto a mujeres emprendedoras de las aldeas de Zanzíbar y siendo integrante del equipo de Naciones Unidas que se encargaba de elaborar un informe sobre el desarrollo humano, y de trabajar sobre el cambio climático y sus efectos sobre los Derechos Humanos. Su teoría fue presentada en 2012 como un trabajo para Oxfam Intermon, tomando protagonismo en la Asamblea General de la ONU y siendo un referente para el movimiento social Occupy London.

Para explicar su teoría y de ahí su título, dibuja dos círculos concéntricos. El círculo exterior representa el techo ecológico y el interior el fundamento social. Entre los dos círculos, lo que sería la masa de la rosquilla o del donut, sería el “espacio seguro y justo para la humanidad” donde se desarrollaría la economía regenerativa y distributiva.

En la parte de fuera del círculo exterior estarían los excesos de nuestra sociedad: cambio climático, acidificación de los océanos, contaminación química, carga de nitrógeno y fósforo, extracción de agua dulce, conversión de tierras, pérdida de biodiversidad, contaminación atmosférica, reducción de la capa de ozono…

En el interior vacío de la rosquilla, delimitado por el segundo círculo, estarían las deficiencias y las privaciones: agua, alimento, salud, educación, renta y trabajo, paz y justicia, participación política, equidad social, igualdad de género, vivienda, energía…

En definitiva, de lo que se trata es de satisfacer todas las necesidades básicas del ser humano sin la necesidad de acabar con los recursos del planeta. Para ello, Kate Raworth, usando la metáfora de la rosquilla, desarrolla las siete maneras que propone en el título: el Producto Interior Bruto (PIB) no puede ser el objetivo económico, incorporar la economía al contexto natural y social, centrase en una visión global de la naturaleza humana, equilibrio entre la sociedad y el medio ambiente, el crecimiento debe ir asociado a una distribución equitativa, economía circular y regenerativa y, la séptima, aprender a vivir existiendo o no crecimiento económico.

El libro en sí, que recomiendo su lectura por su admirable propuesta de un pensamiento económico diferente, no deja de mostrar una serie de planteamientos curiosos que hacen que el lector se pare de vez en cuando a pensar sobre lo expuesto. Pero tengo que reconocer que todas las propuestas que hace son para reflexionar sobre la economía actual, en ningún caso hace propuestas fehacientes para cómo atacar el cambio dejando de lado el tan importante liderazgo para emprender nuevos caminos. Quizás eso quede para un segundo volumen.

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