Según la
autora, se vive en una fase de consumismo absoluto, lo que ha provocado una
adicción para todas las sociedades desarrolladas. El sistema financiero está
diseñado para conseguir la máxima rentabilidad, lo que arrastra a las empresas
a tener que estar aumentando constantemente sus beneficios provocando que los
bancos estén generando constantemente deuda que hay que pagarla,
irremediablemente, con dinero. Todo ese proceso demanda mucha cantidad de
recursos naturales para dar cobertura a todo el consumo que, a su vez, genera
cantidades ingentes de desechos. Lo que intenta mostrar en Economía rosquilla es que el sistema actual es insostenible y el siglo
XXI tiene el reto de ser el siglo del cambio, de una nueva imagen, y esa imagen
pasaría por estar simbolizada por dos círculos concéntricos simulando una
rosquilla.
Kate Raworth
estudió Política, Filosofía y Economía (aunque no se considera economista) y
trabaja para las Universidades de Oxford y Cambridge. En 2017 publicó este
libro con el título “Donut Economics:
Seven Ways to Think Like a 21st-Century Economist” en el que plantea, con
un lenguaje claro y sin necesidad de tener conocimientos previos, una
alternativa al pensamiento económico dominante y propone las condiciones para
una economía sostenible. Ella cree que la sociedad occidental está muy
obsesionada con que el crecimiento económico sea siempre una tendencia
positiva, pero para asegurar la supervivencia es necesario darle una vuelta a
ese sistema donde la prosperidad no sea sinónimo de crecimiento. Además, algo
no funciona en la economía actual cuando no ha sido capaz de predecir ni
impedir las crisis financieras que han tambaleado los cimientos de la sociedad.
A estas conclusiones llegó después de trabajar junto a mujeres emprendedoras de
las aldeas de Zanzíbar y siendo integrante del equipo de Naciones Unidas que se
encargaba de elaborar un informe sobre el desarrollo humano, y de trabajar
sobre el cambio climático y sus efectos sobre los Derechos Humanos. Su teoría
fue presentada en 2012 como un trabajo para Oxfam Intermon, tomando
protagonismo en la Asamblea General de la ONU y siendo un referente para el
movimiento social Occupy London.
Para explicar
su teoría y de ahí su título, dibuja dos círculos concéntricos. El círculo
exterior representa el techo ecológico
y el interior el fundamento social.
Entre los dos círculos, lo que sería la masa de la rosquilla o del donut, sería
el “espacio seguro y justo para la humanidad” donde se desarrollaría la
economía regenerativa y distributiva.
En la parte
de fuera del círculo exterior estarían los excesos de nuestra sociedad: cambio
climático, acidificación de los océanos, contaminación química, carga de
nitrógeno y fósforo, extracción de agua dulce, conversión de tierras, pérdida
de biodiversidad, contaminación atmosférica, reducción de la capa de ozono…
En el
interior vacío de la rosquilla, delimitado por el segundo círculo, estarían las
deficiencias y las privaciones: agua, alimento, salud, educación, renta y
trabajo, paz y justicia, participación política, equidad social, igualdad de
género, vivienda, energía…
En
definitiva, de lo que se trata es de satisfacer todas las necesidades básicas
del ser humano sin la necesidad de acabar con los recursos del planeta. Para
ello, Kate Raworth, usando la metáfora de la rosquilla, desarrolla las siete
maneras que propone en el título: el Producto Interior Bruto (PIB) no puede ser
el objetivo económico, incorporar la economía al contexto natural y social,
centrase en una visión global de la naturaleza humana, equilibrio entre la
sociedad y el medio ambiente, el crecimiento debe ir asociado a una
distribución equitativa, economía circular y regenerativa y, la séptima,
aprender a vivir existiendo o no crecimiento económico.
El libro en
sí, que recomiendo su lectura por su admirable propuesta de un pensamiento
económico diferente, no deja de mostrar una serie de planteamientos curiosos
que hacen que el lector se pare de vez en cuando a pensar sobre lo expuesto.
Pero tengo que reconocer que todas las propuestas que hace son para reflexionar
sobre la economía actual, en ningún caso hace propuestas fehacientes para cómo
atacar el cambio dejando de lado el tan importante liderazgo para emprender nuevos
caminos. Quizás eso quede para un segundo volumen.
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