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29 de mayo de 2020

El arte de no quedar atrapados en las pérdidas


Las pérdidas forman parte del negocio de la inversión en los Mercados Financieros, hasta tal punto que son las causantes de nuestros mayores dolores de cabeza. Y, ya que forman parte de este negocio, tenemos que convivir con ellas irremediablemente, pero sin quedarnos atrapados pues ese es el peor de los males para un inversor. Ya he dicho alguna vez, en este sitio, que, si somos capaces de limitar las pérdidas, el resto serán ganancias. Aunque parezca muy sencillo este consejo, es muy difícil de llevarlo a la práctica pues aquí entra otra variante: la parte emocional, que, sin remedio, hay que dejarla a un lado para que no sea ella la que gestione nuestras inversiones.

Las estadísticas de los ahorradores que invierten su patrimonio queriendo hacer de los Mercados Financieros su forma de vida y su trabajo son demoledoras: el 60%, lo abandona a los tres meses; un 20%, al cabo de un año, ha dilapidado su patrimonio por no controlar la parte emocional ni las pérdidas; otro 10%, aguanta a duras penas; y el resto, se convierten en profesionales y son capaces de ganar dinero de una forma recurrente. Estos últimos, antes de entrar en el Mercado, se han formado concienzudamente y usan un método que cumplen con rigurosa exactitud como si de un reloj con maquinaria suiza se tratase. Se marcan sus criterios de entrada y salida y los cumplen, aunque sea en pérdidas, pues las aceptan mucho antes de que las materialicen. Como van a ser mínimas, las recuperarán en un futuro sin demasiadas complicaciones: el Mercado se las devolverá con creces.

18 de mayo de 2020

La crisis económica más anunciada de la historia


Una crisis económica es el periodo de un ciclo económico que se caracteriza por tener efectos negativos en la economía debido a la escasez del flujo del dinero, pudiendo ocasionar daños patrimoniales, sociales y políticos por ser el germen del malestar poblacional debido a que suelen ser combatidas con medidas impopulares. Se caracteriza, además, por molestos inconvenientes en el articulamiento del propio sistema económico y por la inestabilidad en los Mercados. Las crisis que se producen en una economía forman parte de un ciclo económico, donde tras una etapa de crecimiento y expansión, sucede otra de punto máximo, estancamiento y posterior contracción.

Las principales causas que llevan al desencadenamiento de una crisis económica suelen ser por catástrofes naturales, sociales o políticas; por alocadas fluctuaciones en el precio de las materias primas; o por la aplicación de erradas políticas económicas. Las consecuencias son siempre negativas produciendo grandes impactos sociales y políticos, pobreza, desaceleración y depresión económica.

1 de mayo de 2020

“Sell in May and go away”


En todos los ámbitos de la vida existen dichos populares que no siempre coinciden con la realidad de los acontecimientos, pero están ahí para admirarlos o defenestrarlos. El mundo de las finanzas no es diferente y con la llegada del mes de mayo llega también al mundo de los Mercados Financieros una de las pautas estacionales más famosas: “Sell in May and go away”. Esa pauta se caracteriza porque divide al ejercicio bursátil en dos periodos: uno que va desde noviembre a abril y el otro desde mayo a octubre. Este dicho, a modo de consejo, invita al ahorrador-inversor a vender sus activos bursátiles en mayo y retirarse del Mercado hasta noviembre.

El dicho original, algo más largo, nació a raíz de una popular carrera de caballos -St. Leger Stakes- que se celebra en septiembre y es: “Sell in May and go away, don’t come back till St. Leger’s Day” (vende en mayo y vete, no regreses hasta el día de san Leger). Para nosotros, ahora, esto puede resultar un poco extraño, pero en Londres, cuando aún no estaban informatizadas las transacciones, eran los antiguos brókeres los que marcaban la pauta a seguir en los Mercados, dejándolos casi paralizados a partir de mayo para asistir a los eventos deportivos de la época y disfrutar de las vacaciones estivales. En ese periodo, eran tan insignificantes las operaciones de compraventa de acciones que se producían con demasiada frecuencia escenarios de gran volatilidad. Pasado el periodo vacacional, la citada carrera de caballos marcaba el final del verano volviendo la City a su normalidad, regresando los grandes inversores a las Bolsas aumentando así el volumen de negociación.

27 de abril de 2020

Predecir la evolución de los Mercados Financieros


Las predicciones en los Mercados Financieros están muy relacionadas con las predicciones meteorológicas. El tiempo atmosférico es prácticamente impredecible, pero se puede deducir la evolución más probable y con eso es con lo que nos quedamos. Lógicamente, cuanto más corto sea el plazo de predicción más asegurado estará el resultado del estudio predictivo. Predecir el comportamiento de un activo, sea de la índole que sea, a largo plazo, es el sueño de cualquier inversor. Y digo a largo plazo porque en el corto, los diferentes métodos que existen, tanto técnicos como fundamentales, logran muy buenos resultados usando datos del pasado en sus cálculos.

Para predecir el tiempo atmosférico el meteorólogo usa gráficos de isobaras, gráficos de la dirección del viento, fotos que le proporcionan los satélites y todo sustentado por la propia ciencia de la meteorología. En los Mercados Financieros se dispone también de gráficos que muestran la evolución de un activo en todas sus facetas, existiendo multitud de indicadores técnicos que ayudan a construir un escenario estratégico, se dispone de figuras chartistas que se repiten constantemente en el tiempo, se usan informes del valor intrínseco de la empresa, así como un análisis de expectativas presentes y futuras, llevando a los analistas a predecir la evolución de un activo asumiendo un mínimo error en el cálculo. Pero claro, la dirección del viento puede cambiar en cualquier momento, sin avisar, entonces la predicción se va al traste con todo el estudio.


25 de abril de 2020

Valor vs. Precio, una de las claves en el mundo de las inversiones

Decía Oscar Wilde que “el cínico es el que sabe el precio de todo y el valor de nada” y es verdad: diferenciar el valor del precio de un activo financiero es uno de los pilares esenciales de la inversión debido a que, con mucha más frecuencia de lo que se piensa, no se distingue un activo caro de otro barato porque se atiende únicamente a su precio. Cuando un activo, cualquiera, ha perdido valor para el Mercado, se refleja directamente en el precio de su cotización. Por consiguiente, cuando un inversor paga por una acción un precio superior al de cotización, ese precio que está dispuesto a desembolsar está por encima del valor de Mercado. Adam Smith lo deja muy claro con su famosa paradoja del agua y los diamantes: “el agua es más valiosa que los diamantes, pero inmensamente más barata”. Así, cuanto más valor se le dé a algo, más se estará dispuesto a pagar por él.

Por lo tanto, el precio y el valor van por el mismo camino, pero no de forma paralela, por eso no siempre serán equitativos el uno con el otro. En los Mercados Financieros, habitualmente, el precio de cotización de las acciones no se ajusta al valor real de la compañía.

24 de abril de 2020

La difícil tarea de ser inversor doméstico

Hace ya algún tiempo, leí la entrevista que una publicación económica le hizo a un gestor de un mega fondo cuya política de inversión estaba basada en la Renta Variable. Explicaba cómo, sin ningún tipo de escrúpulo, era capaz de romper soportes o resistencias a su antojo, con la única intención de equivocar al “pobre incauto inversor doméstico” y a los analistas técnicos, para que entrasen o saliesen de los valores que él marcaba. De esta forma conseguía mover las acciones para lucro del fondo que gestionaba. Si ese gestor era capaz de hacer eso, pienso yo, los demás inversores institucionales también lo podrían hacer pues, al mover cientos de millones, moverán el Mercado. Efectivamente, así era, así es y, por desgracia, así será.

Lo anterior, que no deja de ser una realidad anecdótica dejando al pequeño inversor como el perdedor del Mercado, me viene al pelo para hablar del papel que les toca representar a los inversores domésticos, particulares o minoristas. Ya lo he dicho alguna vez: les toca, simplemente, recoger las migajas de los cadáveres que dejan tras de sí los grandes tiburones financieros.

20 de abril de 2020

Reglas básicas para invertir en Bolsa


La Bolsa, definida en el artículo 64 del Código de Comercio de 1829 como un lugar de reunión de comerciantes y agentes mediadores en donde se conciertan o cumplen las operaciones de contratación de activos mobiliarios, es un mercado donde se negocian activos financieros poniéndose en contacto empresas y ahorradores con el fin de canalizar el ahorro y la financiación de la inversión a través de una organización regulada.

Una de las formas que tienen las empresas para recaudar fondos es acudir a la Bolsa y vender activos financieros. Esta primera venta que se realiza es lo que se conoce como “Mercado Primario”. A partir de esa primera colocación de activos entre inversores y ahorradores es cuando se pueden comprar y vender libremente en la Bolsa, dando lugar al “Mercado Secundario”, permitiendo a las personas físicas o jurídicas rentabilizar sus ahorros comprando en la Bolsa los diferentes activos financieros que emiten las empresas. A su vez, la Bolsa ofrece la posibilidad a los inversores de hacer líquida su inversión en el momento que lo deseen, a un precio objetivo según el valor que les confiere el propio Mercado.

17 de abril de 2020

El impacto del COVID-19 en los Mercados Financieros


Aunque parezca mentira, el despegue de los Mercados Financieros, después de que el Coronavirus los haya dejado en el más profundo de los abismos, estará en manos de los científicos. El inicio de la recuperación económica coincidirá con el hallazgo de la vacuna para el COVID-19, en virtud de lo cual, la cura sanitaria será también la cura económica. Dicha vacuna, o el tratamiento terapéutico efectivo sobre la pandemia, será el fósforo que inicie el disparo de las Bolsas mundiales, aunque no se evitaría la posible recesión debido a que estamos entrando en un colapso de la economía real, nada comparable con las crisis financieras de antaño.

La recuperación bursátil, en términos de porcentaje, puede, en apariencia, resultar engañosa. Me explico: cuando un valor o un índice cae un 50%, para volverse a poner en el punto de inicio de la caída, tiene que subir un ¡100%! Esta paradoja, la hemos visto muy clara con estas últimas subidas; han sido subidas, en términos de porcentaje, muy grandes, pero únicamente han sido capaces de recuperar una parte pequeña del camino de retroceso. Nuestro Ibex35, después de haber sufrido el mayor desplome en su historia en tan breve espacio de tiempo (aproximadamente un tercio de su valor) acumula un alza del 20% desde mínimos, pero aún le queda más de un 40% de subida para llegar a los máximos anuales. La experiencia nos dice que los rebotes no se consiguen de manera lineal, lo hacen encadenando caídas intermedias en forma de dientes de sierra para formar una tendencia.