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5 de mayo de 2025

Cuando todo falla, el efectivo responde: una defensa necesaria en la era digital

Foto by pixabay.com

Vivimos en una sociedad en la que la tecnología ha penetrado en cada rincón de nuestras vidas. La digitalización de los pagos es, sin duda, uno de los avances más visibles de esta transformación. Hoy es perfectamente posible comprar el pan con un reloj inteligente, enviar dinero a un amigo con un par de toques en el móvil o gestionar todas las finanzas personales sin necesidad de visitar una sucursal bancaria. La comodidad y rapidez que ofrecen estos métodos ha hecho que, para muchos, el dinero en efectivo parezca una reliquia del pasado.

Sin embargo, por más avanzada que sea la tecnología, no hay sistema infalible. Basta con que se caiga una red de telecomunicaciones, se produzca una interrupción eléctrica, falle una plataforma de pagos o un ciberataque afecte a un banco para que todo ese entramado brillante y eficiente quede inservible. Y cuando eso sucede, lo único que sigue funcionando sin necesidad de conexión, batería, software o autorización remota es el viejo y confiable dinero en efectivo.

15 de junio de 2021

La espiritualidad del dinero


Existen muchas paradojas en la vida, pero la de intentar relacionar el dinero con la espiritualidad, quizás sea una de las más complejas. Algo complicado debe de ser porque la mayoría de las creencias entran en discordia al hablar de dinero y espiritualidad. La razón no es otra que asocian el dinero con lo material poniendo un abismo en medio para que no se acerque a lo espiritual. No en vano, relacionan la existencia del dinero con el egoísmo, con la pobreza, con la explotación humana y hasta con las guerras. Posiblemente tengan razón, pero a mi entender, no es el dinero el culpable, es la falta de escrúpulos del individuo que lo usa.

No nos olvidemos que trabajamos por dinero. Si el trabajo no estuviera remunerado nadie lo haría. Yo cobro por mi trabajo como usted cobra por el suyo porque no es muy fiable eso de “ya le pagaré” o “Dios se lo pague”. Esas expresiones no surten efecto, prueba de ello es que la deuda persiste. En el más allá no lo sé, aquí las cosas, casi todas, se intercambian por dinero porque es el medio de cambio por antonomasia desde que sustituyó, en su momento, al trueque facilitando la compraventa en cualquier mercado. Hay personas que deciden no cobrar por sus actuaciones, pero eso quiere decir que tienen cubiertas sus necesidades materiales por otra vía. Si no se quiere pagar por algo, habrá que ir a donde no le cobren, pero no se puede juzgar a quien cobre por hacerlo.