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21 de noviembre de 2024

“Obélix y Compañía” de Goscinny y Uderzo

“Astérix el Galo” es una colección de cómics creados por el guionista Goscinny y el dibujante Uderso a finales de 1959. Todas las historias comienzan de igual forma: “Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor…” Cada cómic enseña, de una forma gráfica y divertida, cómo se vivía en la época de los romanos, narrando las aventuras de Astérix y Obélix. Aún hoy sigue fascinando a todos aquellos que leen sus historias. Además, en ellas se imparten valiosas lecciones para entender el comportamiento humano.

En este caso, “Obélix y Compañía” es el vigésimo tercer libro de la serie de cómics publicado en Francia, el mismo año que ocupó el cargo el presidente Jacques Chirac. Es un manual de introducción a la economía, explicando la ley de la oferta y la demanda y su importancia en el comercio a través de la cotización de los menhires que vendía Obélix. A su vez, es un tratado de economía internacional, marketing, estrategia empresarial, sociológica y ciencia política vaticinando que el comercio y la globalización moldearían la sociedad del siglo XXI. Hoy en día, es una lectura recomendada por varias facultades de economía.

El cómic enseña economía de una manera gráfica describiendo fielmente la realidad que ha ocurrido en muchos periodos a lo largo de la historia. En este caso se pone como mercancía a los menhires, pero en otra época fueron los tulipanes, las puntocom, los sellos, las subprime… El final siempre es el mismo: gente que entra tarde en el comercio masivo y se queda estrangulada, sin salida y arruinada.

15 de noviembre de 2022

"La Riqueza de las Naciones" de Adam Smith

No pongo en duda que el pensamiento económico naciese con la humanidad, pero lo que sí tengo claro es que no será hasta el siglo XVIII cuando se desarrolle como disciplina científica. En ese siglo, en Escocia, tuvo lugar un movimiento cultural denominado la Ilustración Escocesa y que se caracterizó por ser uno de los principales focos de la Europa de la época. Esa cultura sale del país mediante la multitud de obras escritas y por la propia emigración de escoceses a América que se llevarán consigo esas ideas, posteriormente utilizadas por los fundadores de los Estados Unidos de América. Entre todo ese desparrame y desbordamiento de cultura, aparece Adam Smith como el primero y más ilustre de la disciplina económica.

Adam Smith (1723-1790) fue profesor, filósofo, pensador, escritor y economista. Considerado como uno de los representantes de la Ilustración Escocesa, ha pasado a la posteridad como uno de los mayores contribuyentes a la ciencia económica. Aquí, tengo que matizar que Smith no fue únicamente economista, pese a su gran contribución a la materia, porque, en su tiempo, la economía no era una disciplina independiente.

25 de octubre de 2022

El dinero: actor imprescindible de la Inversión Financiera

Foto by pixabay.com
Por sus particularidades, el dinero difiere de cualquier otro bien de propiedad formando una parte muy importante del patrimonio personal y familiar. Entre la ciudadanía, el desconocimiento del funcionamiento del dinero es algo muy normal, aun siendo uno de los pocos bienes que se usan a diario. Es tan importante en el mundo de las finanzas que no hay inversión financiera que se precie que pueda prescindir de él. Pero, cuidado, siendo el primer actor de una inversión, tiene la particularidad de que con el paso del tiempo siempre pierde valor por el efecto irremediable de la inflación. Por el contrario, toda propiedad material, con el paso del tiempo, tiene la capacidad de revalorizarse. Cualquier propiedad se puede cambiar por dinero y viceversa, aunque no sea conveniente cambiar todo el dinero por bienes porque no siempre esas adquisiciones tienen la capacidad inmediata de convertirlas de nuevo en dinero, ni de utilizarse como medio de pago en el caso de que surja algún imprevisto que pueda ser remediado con el dinero.

La inflación, como digo, es implacable con el ahorro, por eso es necesario intentar conseguir un rendimiento sin olvidarse del monto pecuniario destinado a la liquidez. Para conseguir ese rendimiento adicional, no hay más remedio que acudir a los mercados financieros para adquirir activos que sean capaces de cumplir con las expectativas de cada ahorrador/inversor. El mercado está plagado de productos de toda índole y para todos los gustos, teniendo muchos de ellos la capacidad de reconvertirlos de nuevo a dinero de forma casi inmediata y que, además, de muchos de ellos es conocido, de antemano, su precio de cotización en el mercado.

26 de abril de 2022

La Ley de la Oferta y la Demanda

La disciplina de la economía como ciencia ha originado varios estudios para satisfacer las necesidades de la humanidad. Uno de esos estudios ha dado lugar a la postulación de la Ley de la Oferta y la Demanda consiguiendo que la relación entre productores y consumidores sea cada vez más constante.

La economía de mercado (libre competencia) está basada sobre el principio de la Ley de la Oferta y la Demanda, por la cual, el precio de un bien o servicio se fija cuando se alcanza el punto de equilibrio entre la cantidad de la oferta y la cantidad de la demanda según la escuela neoclásica. Ese precio de equilibrio, dentro de un mercado de competencia perfecta, será el punto donde se corte la curva de la oferta y la de la demanda, igualándose, por tanto, la cantidad demandada a la cantidad ofertada. La Ley de la Oferta y la Demanda está formada, a su vez, por dos leyes individuales: La Ley de la Oferta (hace referencia a la cantidad que se ofrece de un producto o servicio donde cuanto menor sea el precio menor será la oferta) y la Ley de la Demanda (hace referencia a la cantidad que se demanda de un producto o servicio donde a menor precio mayor será la demanda). La conjunción de ambas leyes hace variar los precios de los bienes y servicios, así como la competencia que, por su cuenta, hace que cuando se demande un producto habrá alguien que lo produzca y lo oferte produciéndose una interacción directa en el precio final del bien.