22 de marzo de 2022

El escenario económico de la Estanflación

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Ya sé que no a todo el mundo le interesa la economía, pero a todos nos debe de preocupar esta situación ya que afecta de lleno a nuestra economía y prosperidad familiar. La Estanflación es un escenario económico no deseado y muy peligroso en que, habiendo inflación, se produce un estancamiento generalizado de la economía. Un país que se encuentre con la combinación de estos dos procesos, que raramente ocurren, sufrirá un estancamiento económico con un crecimiento de los precios y, además, se le sumará un porcentaje alto de desempleo, echando abajo cualquier previsión de crecimiento. Sin remedio, el monstruo de la Estanflación dejará abierta la puerta a una crisis y a la pobreza: mañana seremos más pobres que hoy.

La historia es cíclica y se repite cada cierto tiempo, pero en diferente estrato. Y esto no es nuevo, ya en el Génesis 41 se narra cómo después de siete años de abundancia vendrán otros siete de hambruna. Pero tampoco hay que remontarse a la antigüedad para ver situaciones parecidas y que se repiten de nuevo ahora. Me estoy refiriendo a los años 70 del siglo pasado, cuando la estanflación hizo acto de presencia arrasando la economía y con ella los Mercados Financieros.

15 de marzo de 2022

¿Qué es el Índice VIX o Índice del Miedo?

Hay muchos indicadores bursátiles que ayudan a tener una visión de lo que está aconteciendo en los Mercados Financieros para tener claro lo que se puede y lo que no se puede hacer en un momento determinado. Por ejemplo, siempre que hay una modificación de la volatilidad (medida del movimiento del precio de un activo en lugar de una medida del precio como tal) de una forma extraordinaria en los Mercados Financieros los profesionales del sector y los medios de comunicación financieros, para valorarla, suelen recurrir a la observación de los valores que muestra el Índice de la Volatilidad (VIX, Volatility Index). A este índice también se le conoce como Índice del Miedo, Índice del Sentimiento del Inversor, CBOE VIX (Chicago Board Options Exchange Market Volatility Index) o S&P 500 VIX.

Sus inicios se remontan a 1986 cuando Menachem Brenner y Dan Galai, profesores de economía e investigadores de la volatilidad en los mercados, crearon el primer índice de volatilidad al que llamaron Index Sigma (debido a que el símbolo sigma –σ- se refiere a la volatilidad en las matemáticas del mundo financiero). Posteriormente, en 1992, la Chicago Board of Options Exchange creó su propio índice basado en la volatilidad disponible para el trading y para los analistas financieros. Gracias al trabajo del profesor Whaley se creó en 1993 el índice de volatilidad VIX. Desde entonces, otras Bolsas han creado también su propio índice de volatilidad tal es el caso del VNX (Índice de Volatilidad del Nasdaq100), VXD (Índice de Volatilidad del DowJones30), el VCAC (Índice de Volatilidad del CAC40), el VDAX-NEW (Índice de Volatilidad del DAX30), el VSTOXX (Índice de Volatilidad del Eurostoxx50) …

8 de marzo de 2022

La Diversificación en una Cartera de Inversión

En el mundo de las inversiones, la diversificación es un concepto tan antiguo como vigente. Pocos principios se mencionan con tanta frecuencia y, sin embargo, se aplican con tanta superficialidad. Diversificar no es un eslogan ni una receta universal, simplemente es una filosofía de gestión que parte de una verdad sencilla y contundente: el futuro es incierto, y nadie tiene la capacidad de anticipar con exactitud qué ocurrirá en los mercados.

El principio de la prudencia en los mercados

Toda inversión nace de una hipótesis, una expectativa sobre el comportamiento de un activo en el tiempo. Pero esa expectativa, por muy fundamentada que esté, siempre está sujeta al error. Concentrar todo el capital en un solo valor o en un único sector es asumir que esa predicción se cumplirá al cien por cien, sin margen para lo imprevisto. Y lo imprevisto, en los mercados, no es una excepción, sino la norma.

Por eso, una cartera formada por un solo activo o excesivamente concentrada es, en esencia, una apuesta más que una inversión. La prudencia dicta que, si el futuro no puede conocerse con certeza, la mejor estrategia consiste en repartir el riesgo para que los errores no destruyan lo que los aciertos han construido.

La naturaleza del riesgo y la búsqueda de equilibrio

El inversor, por definición, busca la certeza, pero se ve obligado a convivir con la incertidumbre. El riesgo es inseparable de la rentabilidad, uno y otro son las dos caras de la misma moneda. Pretender obtener beneficios sin asumir riesgo es tan ingenuo como querer navegar sin mojarse.

La diversificación surge precisamente de esa realidad. No elimina el riesgo, pero lo redistribuye, lo organiza y lo vuelve soportable. De ese modo, el conjunto de la cartera no depende del éxito o fracaso de un único activo, sino del comportamiento combinado de varios. Es la diferencia entre tener un barco con un solo compartimento o con varios estancos: cuando uno se inunda, los demás mantienen a flote el conjunto.

Al diversificar, se renuncia a la posibilidad de acertar de lleno con la mejor inversión individual, pero a cambio se obtiene una mayor estabilidad. Y, en el largo plazo, esa estabilidad se traduce en supervivencia financiera.

La falsa polémica sobre la diversificación

No faltan voces que cuestionan la utilidad de diversificar. Algunos inversores célebres sostienen que la diversificación es una forma de confesar la propia ignorancia, un mecanismo de protección para quienes no saben escoger bien. La frase de Warren Buffett —“la diversificación es la protección contra la ignorancia. Tiene poco sentido para quienes saben lo que hacen”— suele citarse como argumento contra la diversificación.

Sin embargo, esta interpretación es parcial y, sobre todo, descontextualizada. Buffett nunca ha predicado la concentración absoluta; al contrario, su empresa de inversión, Berkshire Hathaway, es un ejemplo paradigmático de diversificación: posee participaciones en compañías industriales, aseguradoras, tecnológicas, de consumo y servicios, además de activos en renta fija y liquidez.

La clave está en entender que la diversificación no implica comprar sin criterio ni renunciar al análisis, sino reconocer los límites del conocimiento y aceptar que el error forma parte del proceso inversor. Ningún gestor, por brillante que sea, está libre de equivocarse. Por eso, diversificar es una muestra de humildad y, al mismo tiempo, de inteligencia práctica.

La arquitectura de una cartera bien construida

Diversificar no consiste en acumular activos sin orden ni concierto. Una cartera no se construye amontonando valores, sino diseñando una estructura coherente entre tipos de activos, sectores, regiones y horizontes temporales.

La renta variable ofrece potencial de crecimiento, pero también volatilidad. La renta fija aporta estabilidad y flujos predecibles. La liquidez proporciona flexibilidad para aprovechar oportunidades o cubrir emergencias. Los fondos de inversión permiten acceder a carteras diversificadas con menor capital. Los activos reales, como los inmuebles o las materias primas, pueden servir de cobertura frente a la inflación o los ciclos económicos adversos.

El arte está en combinarlos de manera que el comportamiento de unos compense el de otros. No se trata de tener muchos activos, sino los adecuados. Dos valores distintos pero muy correlacionados entre sí apenas aportan diversificación real. En cambio, incluir activos con comportamientos diferentes frente a los mismos estímulos de mercado reduce la volatilidad global y mejora el equilibrio entre rentabilidad y riesgo.

Riesgos diversificables y no diversificables

La teoría moderna de carteras distingue dos tipos de riesgos.
El primero es el riesgo sistemático, que afecta a todos los activos del mercado. Está determinado por factores macroeconómicos, políticos o financieros globales, como una recesión, una crisis de deuda o una subida generalizada de los tipos de interés. Este riesgo no puede eliminarse, solo gestionarse.

El segundo es el riesgo no sistemático o idiosincrásico, propio de cada empresa o sector. Una mala gestión, un cambio regulatorio o una pérdida de competitividad pueden afectar de forma específica a un activo concreto. Este riesgo sí puede reducirse y es precisamente ahí donde la diversificación demuestra su eficacia.

Diversificar, por tanto, no hace desaparecer el riesgo, pero lo transforma. Permite que los errores puntuales no comprometan el conjunto. La rentabilidad final de una cartera diversificada y la de una no diversificada pueden coincidir en términos absolutos, pero el riesgo soportado jamás será el mismo.

El binomio rentabilidad-riesgo y el papel de la disciplina

Una buena diversificación contribuye a mejorar el binomio rentabilidad-riesgo. En otras palabras, ayuda a obtener la mayor rentabilidad posible para un nivel determinado de riesgo, o a reducir el riesgo sin sacrificar en exceso la rentabilidad esperada.

Esta relación es el núcleo de toda gestión profesional. No se trata de ganar siempre más, sino de perder menos cuando el mercado gira en contra. El éxito en los mercados no se mide solo por los aciertos, sino por la capacidad de resistir los errores.

El principio de diversificación, además, introduce una disciplina mental que protege al inversor de sí mismo. Obliga a mantener la coherencia de la estrategia frente a la volatilidad emocional, a evitar decisiones impulsivas basadas en titulares o rumores, y a recordar que los resultados sostenibles se construyen con método, no con corazonadas.

La dimensión geográfica: diversificar también en el mapa

En la era global, la diversificación no puede limitarse a los tipos de activos o sectores. La diversificación geográfica es igualmente esencial. No basta con conocer dónde tiene su sede una empresa, lo verdaderamente relevante es dónde genera sus ingresos.

Una compañía europea puede depender en gran medida de la demanda asiática o americana, mientras que una estadounidense puede tener la mayor parte de su negocio en Europa o Latinoamérica. En este contexto, invertir únicamente en un país o región es una forma de concentración encubierta.

Además, invertir en distintos mercados introduce un componente adicional: el riesgo divisa. Las fluctuaciones en los tipos de cambio pueden alterar tanto las pérdidas como las ganancias. Este factor debe ser evaluado y, en su caso, cubierto, pero también puede convertirse en una fuente de diversificación adicional si se gestiona adecuadamente.

La economía mundial no se mueve al unísono. Mientras unas regiones crecen, otras se estancan. Aprovechar esa asincronía económica es una forma eficaz de suavizar los altibajos del ciclo global.

Diversificar con sentido: la importancia del horizonte y la gestión

Una diversificación efectiva debe adaptarse al perfil del inversor, a su horizonte temporal y a su capacidad de seguimiento. No es lo mismo gestionar activamente una cartera con veinte valores que delegar la gestión en vehículos diversificados.

Un exceso de posiciones puede ser contraproducente porque dispersa la atención, complica la supervisión y reduce la eficacia del control de riesgos. Por ello, diversificar con sentido no significa tener “mucho de todo”, sino “lo necesario de cada cosa”.

La gestión de una cartera debe ser dinámica. Los mercados cambian, los activos se revalorizan o pierden atractivo y los objetivos personales también evolucionan. Una diversificación bien diseñada permite ajustar sin perder el equilibrio general. Incluso mantener temporalmente una parte en liquidez puede formar parte de la estrategia ya que no invertir también es, en ocasiones, una decisión de inversión.

Diversificación, gestión y método

La diversificación no sustituye al análisis, pero lo complementa. Por muy sólida que sea una tesis de inversión, ningún análisis puede anticipar todos los escenarios posibles. La diversificación actúa como cinturón de seguridad frente a lo imprevisible.

En la gestión profesional de carteras, se apoya además en herramientas estadísticas como los coeficientes alfa y beta, que permiten medir el riesgo y el comportamiento relativo de los activos respecto al mercado. Sin embargo, los modelos son solo instrumentos: lo esencial sigue siendo la prudencia, el método y la coherencia con los objetivos iniciales.

Diversificar no es una garantía contra las pérdidas, pero sí un freno eficaz contra la ruina. Una mala inversión puede restar, pero una mala gestión del riesgo puede acabar con todo.

La prudencia como estrategia rentable

La diversificación es, en definitiva, el principio que diferencia al inversor disciplinado del jugador impulsivo. Su propósito no es eliminar el riesgo, sino hacerlo manejable; no es maximizar las ganancias inmediatas, sino garantizar la continuidad a largo plazo.

En los mercados financieros, quien diversifica no siempre gana más, pero casi siempre pierde menos. Y esa diferencia, acumulada con el tiempo, es la que separa el éxito sostenido del naufragio.

En un entorno donde la velocidad, la especulación y la inmediatez dominan, la diversificación sigue siendo una forma de sensatez. No promete milagros, pero ofrece algo más valioso: consistencia, estabilidad y capacidad de resistir.

Diversificar es, al fin y al cabo, el modo en que el inversor prudente cultiva su huerto financiero: sembrando en distintos terrenos, cuidando el conjunto y confiando en que la cosecha, aunque irregular, siempre llegará.


1 de marzo de 2022

Así funciona la compraventa de valores en los Mercados Bursátiles

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Las bolsas nacen casi de una manera espontánea facilitando las transacciones de capital entre compradores y vendedores. Una vez que ya están en funcionamiento constante no queda más remedio que darles una entidad legal para que las operaciones que en ellas se realicen gocen de validez jurídica. El funcionamiento de los mercados de compraventa de acciones, junto a su modo de operación, todavía es bastante desconocido para muchos de los ahorradores que tienen su dinero invertido en acciones de compañías cotizadas.

La Bolsa, definida en el artículo 64 del Código de Comercio de 1829 como un “lugar de reunión de comerciantes y agentes mediadores en donde se conciertan o cumplen las operaciones de contratación de activos mobiliarios”, es un mercado donde se negocian activos financieros poniendo en contacto a empresas y ahorradores con el fin de canalizar el ahorro y la financiación de la inversión a través de una organización regulada, ofreciendo seguridad jurídica y facilitando la accesibilidad a los participantes. A la Bolsa acuden, por tanto, las empresas (haciendo pública su situación financiera) que necesitan recursos monetarios para alcanzar sus objetivos (mercado primario) y los ahorradores que desean obtener una rentabilidad invirtiendo su dinero (mercado secundario). Al imperar la Ley de la Oferta y la Demanda, el precio de los productos financieros que en la Bolsa se negocian son precios objetivos al tener correspondencia directa con el valor que el propio mercado ofrece por ellos. También, las fluctuaciones bursátiles están influenciadas por los ciclos económicos y por las expectativas de futuro.

22 de febrero de 2022

Durante la jubilación también hay vida financiera

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El sistema de pensiones siempre ha actuado como garante de unos ingresos suficientes para aquellas personas que alcanzaban la edad de jubilación. La tasa de sustitución (relación porcentual entre la pensión y el último sueldo) ha sido durante muchos años superior al 80%. Poco a poco, esa tasa de sustitución se ha ido reduciendo y las previsiones para los próximos años son que siga descendiendo. Las reformas que se han llevado a cabo y las venideras han ido e irán encaminadas a hacer un sistema de pensiones sostenible a base de reducir la pensión dineraria. Por culpa de la cuestionada sostenibilidad, habrá que recurrir al ahorro privado para aumentar en todo lo posible esa tasa de sustitución que está en caída libre, llevando consigo que los ahorradores busquen fórmulas para complementar su jubilación.

Durante la etapa de acumulación, el principal riesgo es la falta de crecimiento del capital. Por el contrario, durante la jubilación los principales riesgos son la longevidad, la inflación y la retirada de fondos propios en épocas donde los mercados sean bajistas, ayudando a agotar anticipadamente las reservas de capital.

El desgaste y las malas previsiones sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones han hecho que la mayoría de los ahorradores/inversores se planteen la planificación de su jubilación. Por ese motivo, hay muchos jubilados que han decidido mantenerse invertidos una vez que han llegado a su edad dorada, con la intención de seguir dándole valor a sus ahorros y así evitar que la inflación les vaya disminuyendo la capacidad de poder adquisitivo. En esta etapa, al no tener las mismas necesidades que en la etapa de acumulación, es necesario elaborar un nuevo presupuesto con los importes de las fuentes de ingresos, gastos y, como no, seguir con el hábito del ahorro para evitar posibles problemas financieros durante de jubilación. Los ahorros que no se disponga de ellos tendrán que seguir generando intereses porque puede ocurrir que los gastos superen a los ingresos. Si el monto acumulado se gasta antes de tiempo habrá que conformarse con la pensión pública y en ese caso sí que habrá que adaptar la vida financiera únicamente al subsidio recibido.

15 de febrero de 2022

La economía de la Cadena de Suministro

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La Cadena de Suministro forma parte integral de la estrategia y la logística de la empresa siendo una de las actividades más costosa, de ahí que una parte de los ingresos se destinen a la eficacia de su desarrollo. Siempre tiene en contra al tiempo, la temperatura y el medio de transporte, por eso la necesidad constante de revisar su rendimiento de forma periódica por si fuese necesario atajar los inconvenientes que continuamente van surgiendo. En este sentido, pensemos lo fundamental que resulta en el abastecimiento de productos perecederos (alimentos, flores, etc.) o refrigerados.

Por otro lado, la Cadena de Suministro involucra a todas las operaciones necesarias para que una determinada mercancía llegue al cliente final en unas condiciones óptimas, estando formada, en su conjunto, por proveedores de proveedores y clientes de clientes, relacionando a los diferentes agentes en distintos niveles de producción. Por tanto, se puede definir como el camino de actividades, instalaciones y medios de distribución necesarios para llevar a cabo la venta de un determinado producto en su totalidad, empezando por las materias primas, su transformación, la fabricación, el transporte y la entrega al consumidor a quien va dirigido.

8 de febrero de 2022

¿Qué es la Libertad o Independencia Financiera?

La expresión “vivir de las rentas” forma parte del imaginario colectivo desde hace décadas. Representa la aspiración de una vida sin depender del trabajo diario, financiada por los ingresos generados por el patrimonio acumulado. Sin embargo, ese deseo suele quedar en una declaración de intenciones para muchos. En los últimos años, el concepto ha ganado notoriedad gracias al auge de la divulgación financiera y al empuje de movimientos como el FIRE (Financial Independence, Retire Early. En español, Independencia Financiera, Jubilación Temprana), que promueven alcanzar la llamada libertad financiera o independencia financiera a edades tempranas mediante el ahorro intensivo y la inversión constante.

Uno de los divulgadores más conocidos en popularizar esta idea fue Robert Kiyosaki, autor de Padre Rico, Padre Pobre, quien sostiene que cualquier persona puede lograr la independencia financiera si adquiere los conocimientos adecuados. En la misma línea, el legendario inversor Warren Buffett ha afirmado que, si alguien gasta sistemáticamente menos de lo que gana e invierte con sentido común, acabará acumulando riqueza sin remedio.

1 de febrero de 2022

Cómo aplicar la regla 50/20/30 para lograr un ahorro personal eficaz y duradero

En el ámbito de las finanzas personales, una gestión eficaz del dinero no empieza cuando se gasta, sino cuando se ingresa. A menudo se considera que planificar la economía doméstica requiere habilidades complejas o un conocimiento técnico elevado, pero la realidad es que existen fórmulas sencillas, prácticas y de gran utilidad para ordenar los ingresos, gastos y ahorros. Una de las más eficaces y reconocidas es la regla 50/20/30, una herramienta de planificación financiera que propone una estructura clara y flexible para distribuir el presupuesto familiar.

Lejos de ser una fórmula rígida o teórica, esta regla se ha convertido en un método de referencia para quienes buscan equilibrio financiero, independencia económica y capacidad de ahorro a largo plazo. Su aplicación no requiere grandes conocimientos previos, pero sí constancia, disciplina y una voluntad firme de poner orden en las finanzas del hogar.

25 de enero de 2022

El importe de la Pensión de Jubilación también dependerá de nosotros mismos

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La vida está plagada de incertidumbres, estando relacionadas con el futuro económico personal gran parte de ellas. Los sistemas públicos de pensiones, con el tiempo, debido al cambio demográfico y a factores económicos, han ido adquiriendo desequilibrios. El aumento de la esperanza de vida es directamente proporcional al pago de pensiones durante más tiempo. De igual modo, el descenso de la natalidad anticipa una reducción futura de cotizaciones para pagar las pensiones estatales del futuro. Cuando se ideó la viabilidad del sistema en vigor nunca se pensó, por ejemplo, que podrían coincidir hasta dos generaciones recibiendo una pensión pública, y no me refiero a que esta situación surja de una forma esporádica: según va pasando el tiempo ocurre con más frecuencia.

Durante la etapa laboral, se realizan aportaciones con el fin de abonar las pensiones públicas de los jubilados existentes en ese momento; cuando finaliza esa etapa, el proceso se invierte y sigue sucediendo lo mismo, con la diferencia de que serán otros trabajadores los que hagan las aportaciones pertinentes para que aquellos trabajadores iniciales cobren su merecida retribución pública. Respecto a los factores económicos que decía, se reflejan perfectamente en el déficit del sistema en tanto que los gastos superan a los ingresos según estaban establecidos, provocando, ya lo hemos visto, la liquidación del Fondo de Reserva de la Seguridad Social. La falta de previsión induce a que el sistema público se vea abocado al fracaso, quedando como casi única solución complementar la pensión con el ahorro privado. Cuando hablo de fracaso no me refiero a quiebra, porque las pensiones nunca quebrarán si el Estado no lo hace antes, me refiero a que las cuantías no serán equiparables a las actuales rozando la posibilidad de que no sean capaces de satisfacer las necesidades básicas financieras. Ni qué decir tiene que la pensión pública no será capaz de conseguir el nivel de vida de la época en que se estuvo en activo.

18 de enero de 2022

La Regla del 72

La primera cita que se tiene de esta regla, que sigue resultando de utilidad en la actualidad, data de hace más de 500 años. Aparece por primera vez explicada en el libro Summa de Arithmetica, publicado en 1494 y cuyo autor, el italiano Fray Luca Bartolomeo de Pacioli (1445 – 1517), fue un fraile franciscano, matemático, contador, economista y profesor, precursor del cálculo de probabilidades y reconocido históricamente por haber formalizado y establecido el sistema de partida doble (se basa en una doble anotación: el debe y el haber), que es la base de la contabilidad moderna.

El citado libro está catalogado como un completo resumen de las matemáticas del Renacimiento y se le considera el primer manual de contabilidad de la historia. Varios de los conocimientos descritos fueron ideados por Pacioli, otros de las escuelas indias e islámicas, pero no aclara el origen de la regla que trae causa esta enterada. Fue vendido por 1,2 millones de dólares en la casa de subastas Chistie’s de Nueva York.

La “Regla del 72” permite, a través de un simple cálculo, tomando como referencia el número 72, comprender de forma rápida y sencilla los beneficios del interés compuesto, así como proyectar la evolución de variables económicas. Con ella se puede determinar, de una forma muy sencilla y de manera aproximada, cuánto tiempo llevará duplicar un capital inicial. O, de forma inversa, saber la tasa de interés necesaria para, en un determinado periodo de tiempo, duplicar el capital. Siendo esta regla tan simple y útil, no son muchos los profesionales financieros que la conocen.

11 de enero de 2022

España cumple dos décadas con el Euro como moneda

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Buscando una mayor estabilidad económica y un comercio transfronterizo más cómodo, a finales de los años ochenta, en Europa, se propuso una unión económica y monetaria. Así, 11 países (posteriormente se irían añadiendo más, hasta un total de 19) crearon una nueva moneda: el euro (nombre que se decidió en el Consejo Europeo celebrado en Madrid en diciembre de 1995 y que significa viento de Europa que sopla del este hacia el oeste). Su símbolo gráfico (€) se inspira en la letra griega épsilon y remite a la primera letra de Europa, representando las líneas paralelas la estabilidad de la nueva moneda. El 31 de diciembre de 1998 se fijaron sus tipos de cambio irrevocables poniendo en manos del Banco Central Europeo (BCE) la política monetaria. El 1 de enero de 1999 nació el euro como moneda común, siendo el sucesor del ECU o Unidad Monetaria Europea (European Currency Unit) teniendo una paridad de 1:1.

Al principio, el euro únicamente se usaba para fines contables como moneda escritural (por ejemplo, desde el 1 de enero de 1999 la negociación de los valores bursátiles se realiza exclusivamente en euros) abriéndose un periodo de transición de tres años para, de una forma gradual, retirar las monedas nacionales dando paso a las monedas y billetes en euros. Recae sobre los gobiernos nacionales la responsabilidad de las monedas, pero es el BCE quien aprueba, de forma anual, el volumen de monedas y billetes que se han de emitir.

El 1 de enero de 2002, después de un plan de comunicación integral para concienciar a la población del cambio monetario, comenzó la circulación de la nueva moneda con un despliegue nunca visto: al segundo día, el 96% de los cajeros automáticos de la zona euro ya dispensaban billetes de euro. Una semana después, las transacciones monetarias en efectivo ya se realizaban en la nueva moneda. Aunque hubo una campaña promocional sin precedentes, hubo que dejar de pensar en pesetas y aquello no fue fácil, menos mal que nos ayudaron las calculadoras conversoras y la equivalencia aproximada de que 1.000 pesetas eran 6 euros. Los billetes y monedas nacionales dejaron de ser de curso legal el 28 de febrero de 2002 pero se podían cambiar en cualquier banco o caja de ahorro hasta el 30 de junio (ya saben: 1 euro = 166,386 pesetas). Después de esa fecha, las pesetas se pudieron canjear a euros en el Banco de España, después de varias prórrogas, hasta el 30 de junio de 2021. Ahora, la peseta no puede ser cambiada por ninguna otra moneda de curso legal a no ser que se haga a través del mercado no regulado del coleccionismo; perdiendo, por tanto, su valor nominal o facial, manteniendo el intrínseco y el numismático.

4 de enero de 2022

Compañías de Baja Capitalización o Small Caps

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De manera coloquial, se denominan Small Caps o Compañías de Baja Capitalización a aquellas empresas que cotizan en los Mercados Financieros y poseen una pequeña capitalización bursátil. En principio, no existe ninguna regla general para definir a las Small Caps según su valor numérico, pero de una forma orientativa, en el Mercado Bursátil Español, se pueden considerar así a aquellas compañías con una capitalización inferior a los 1.000 millones de euros. En otros Mercados, el valor de su capitalización para su catalogación puede variar significativamente con respecto al nuestro. En España, existe un índice que está formado por este tipo de empresas, el IBEX SMALL CAP, estando diseñado para representar el comportamiento de los valores de menor capitalización negociados en la Bolsa española y, a su vez, para servir como subyacente de otros productos de inversión.

Invertir en este tipo de compañías se puede realizar de la misma forma que si de otra compañía de mayor capitalización se tratase. Dentro de sus ventajas, destaca su alto potencial de crecimiento debido a que, como su tamaño es reducido, su capacidad de crecimiento es mayor que otras más grandes. Es más, los índices bursátiles que las incluyen suelen tener mejores medias en lo que a rentabilidad se refiere. Paralelamente, los inversores y los analistas no las siguen de una forma habitual, lo que da lugar a una ineficiencia en el Mercado y a que haya empresas infravaloradas ofreciendo una gran oportunidad de inversión.

28 de diciembre de 2021

"El Espectador Económico", de Laura Blanco y Guillermo de Haro

La economía está plasmada en ámbitos de la vida que a priori cuesta imaginar. Una buena prueba de ello es “El espectador económico”, pues es capaz de sacarle al cine y a las series de televisión esas clases magistrales sobre la ciencia que estudia los recursos, la creación de riqueza y la producción, distribución y consumo de bienes y servicios, para satisfacer las necesidades humanas. Por lo tanto, no me digan que originalidad no tiene. Su lectura le hará cambiar la manera en que ve el cine y las series de televisión si tiene cierto interés por la economía y las finanzas. El concienzudo repaso que hacen sus autores a los grandes temas económicos de siempre y también a los de actualidad se hace muy ameno y entretenido, porque son capaces de entrelazar las historias más clásicas con los contenidos actuales y peculiares del cine. Sus autores, Laura Blanco (periodista especializada en economía y locutora en Capital Radio) y Guillermo de Haro (profesor de economía en la Universidad Rey Juan Carlos y escritor), plasman en este libro los contenidos ampliados que venían haciendo en el programa de radio del mismo nombre en la cadena Capital Radio.

Ramón Tamames, en el prólogo, define al libro en dos líneas, las primeras: “Estamos ante un libro un tanto singular, hecho por cinéfilos que han querido ver muchas cosas de la economía a través de la luz y la pantalla”. No es para menos porque la filmografía impone: estamos hablando que las conclusiones económicas que se relatan en el texto son consecuencia de más de 230 títulos de toda índole. Es cierto que algunos filmes tienen un marcado timbre económico, sin embargo, hay otros que hay que ser un verdadero experto en ambas tendencias para rascar y ver conceptos que, a la inmensa mayoría de los lectores, se nos pasan del apercibimiento. Como bien dice Luis Vicente Muñoz en el epílogo “…todo está impregnado finalmente de economía. Hasta las más románticas historias de amor tienen su lado económico”.

21 de diciembre de 2021

Los Impuestos en los diferentes Activos Financieros

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A la hora de depositar los ahorros en cualquier tipo de activo financiero, si no se tienen en cuenta los impuestos, es posible que la rentabilidad esperada difiera bastante de la real, hasta el punto de que una rentabilidad positiva se puede convertir en negativa al dejar fuera la ecuación de la variable fiscal. La primera noción a tener en cuenta es que, de la misma forma que no todos los productos financieros son iguales, no todos tributan de la misma forma, ni en el mismo momento.

La mayoría de los vehículos de inversión tributan en el IRPF, en la base del ahorro, a un tipo marginal que oscila entre el 19% y el 30% (19% hasta 6.000 euros, 21% entre 6.000 y 50.000 euros, 23% entre 50.000 y 200.000 euros, 27% entre 200.000 y 300.000 euros y el 30% a partir de 300.000 euros). El Fisco hace distinción entre rendimientos del capital mobiliario (rentas procedentes de elementos patrimoniales, bienes y derechos de los que el contribuyente es titular) y ganancias y pérdidas patrimoniales, pudiéndose compensar por separado y después ente sí, dentro de unos límites preestablecidos, de tal forma que las minusvalías obtenidas se pueden compensar con las plusvalías para que únicamente se tribute por las ganancias reales.

Los únicos productos financieros que tributan en la base general, a modo de rentas del trabajo, son los Planes de Pensiones, los Planes de Previsión Asegurados (PPA), los Seguros de Dependencia y algún que otro Seguro Colectivo.