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24 de septiembre de 2020

Ampliación de Capital

Foto: pixabay.com
Una Ampliación de Capital es una operación financiera mediante la cual una empresa aumenta su capital social, incrementando el número de acciones o el valor nominal de cada una de ellas por necesidades de financiación o para poder abordar nuevos proyectos, debiendo realizarse siguiendo el procedimiento que marque la ley. Lo contrario a una Ampliación de Capital se denomina Reducción de Capital.

Cuando se emiten nuevas acciones para incrementar el número existente los antiguos accionistas y los que no lo son pueden acudir a la ampliación. Los antiguos tienen un derecho preferente de suscripción para la adquisición de nuevas acciones, así mantienen su porcentaje en el capital social (número de títulos x valor nominal). El resto deberá, previamente, adquirir los derechos de suscripción necesarios para suscribir nuevas acciones.

Los accionistas de una empresa en proceso de ampliación de capital mediante la emisión de nuevas acciones tienen, como decía, un derecho de suscripción preferente de suscripción con respecto a los no accionistas. Este derecho les supone poder adquirir nuevas acciones con el fin de mantener el porcentaje de participación en la empresa, evitando así lo que se conoce en la jerga como “dilución del capital” (bajada del precio que sufre la acción de una empresa con motivo de la Ampliación de Capital).

17 de septiembre de 2020

Nociones básicas sobre la Bolsa de Valores


El concepto de Bolsa de Valores, término que ya se ha hecho familiar entre la población, nació en el siglo XVI en Brujas (Bélgica). En un comienzo se denominó así a un edificio de la familia noble Van Der Buërse donde se realizaban transacciones económicas. En su fachada se distinguían, a modo de escudo de armas, tres monederos de piel en forma de bolsa. Según fue pasando el tiempo, la gente comenzó a conocer ese lugar como “la bolsa”.

La primera Bolsa de Valores se construyó en 1602 en Ámsterdam, fundada por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales siendo, a su vez, la primera en actuar como el Mercado actual. Más tarde, por poner algunos ejemplos, surgirían la Bolsa de Nueva York en 1792, la de París en 1794 y la de Tokio en 1878. En España tenemos la Bolsa de Madrid que se creó en 1831 (siendo su primera sesión el 20 de octubre de 1831), la de Bilbao en 1890, la de Barcelona en 1915 y, la más reciente, la de Valencia en 1970.

Según el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico, es una institución, creada mediante decisiones legislativas, en la que se negocian las acciones y valores convertibles en acciones y otros valores que otorgan derecho a su adquisición o suscripción. También pueden ser objeto de contratación la renta fija, warrants, certificados y fondos cotizados. La ley de Valores ha reconocido como Bolsas de Valores a las antiguas bolsas oficiales de comercio de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia.

10 de septiembre de 2020

La cartera del mono


El método de entrada en los Mercados Financieros no es lo más importante, ni tampoco lo es el momento si el objetivo es una inversión a largo plazo. Sin embargo, la gestión de la cartera sí es de vital importancia debido a que se van retirando aquellos valores que peor se están comportando y conservando los que obtienen mejores resultados. Por otro lado, no todos los inversores y analistas opinan que la efectividad de los Mercados Financieros proviene de los análisis previos, sin ser efectivos a la hora de pronosticar los futuros movimientos de los activos, sino que los Mercados se mueven de una forma impredecible y aleatoria, aunque repliquen los ciclos económicos.

En los años 70, el economista y escritor Burton Gordon Malkiel, autor del libro “Un paseo aleatorio por Wall Street”, defendía la gestión pasiva (comprar un activo y mantenerlo en cartera) frente a la gestión activa (gestionar la compraventa de un activo con el fin de batir al Merado) postulándose a favor de que los precios de las acciones cotizadas reflejan toda la información disponible en el Mercado. De ninguna manera justificaba el cobro de comisiones por parte de los gestores al manifestar que los Mercados Financieros se mueven de forma aleatoria. Malkiel siempre ha mantenido que sin información privilegiada no era posible obtener más beneficios que el propio Mercado y afirmaba que un mono, con los ojos tapados y lanzando dardos sobre una lista de empresas cotizadas, generaría retornos similares o mejores a los de cualquier cartera de un analista.

3 de septiembre de 2020

Las SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario)

La inversión en vivienda ha sido siempre algo que los españoles llevamos dentro, siendo para la mayoría, la mayor inversión que realizará en su vida. Esa inversión adquirida con el fin de buscar la rentabilidad por su propia revalorización o usando la vía del alquiler, supone un gran desembolso inicial para el inversor doméstico, añadiendo la dificultad de la falta de liquidez inmediata en el caso de que se quiera deshacer la posición. Por todo eso, creo que los inversores particulares estamos de enhorabuena ante la introducción en España, allá por el 2009, de las SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario) porque así se tiene más fácil el acceso al Mercado Inmobiliario. Con este tipo de activos acompañados del precio de la vivienda y el alquiler por el sendero alcista, las SOCIMI se han convertido en auténticas protagonistas existiendo más de 70 cotizadas en la Bolsa española. 

Estas sociedades de inversión están inspiradas en los REIT (Real Estate Investment Trust) que nacieron en EE.UU. con el objetivo de que las inversiones inmobiliarias a gran escala fueran accesibles para el pequeño inversor. La fórmula para hacerse partícipe de una de ellas no varía mucho de la inversión en cualquier otra empresa cotizada, ya que se hace a través de la compra de acciones en el Mercado de Valores.

31 de agosto de 2020

Las desventuras del pequeño accionista


Parece ya hasta cotidiano que de vez en cuando en la Bolsa aparezca alguna compañía con problemas serios en sus cuentas interiores. Una de las últimas, ya sabéis, Abengoa. ¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre! solía repetir con frecuencia un antepasado mío. No ha sido la primera ni será la última, por desgracia. Y, lo peor de todo, es que seguirá siendo así y siempre pillará implacablemente a algún que otro pequeño ahorrador-inversor.

La historia ha ido dejando algún que otro legado donde al pequeño accionista le han quemado sus ahorros:

Recordaréis, hace tiempo ya (1993), la intervención y destitución del consejo de administración del Banco Español de Crédito (BANESTO) por parte del Banco de España por la existencia de un gran agujero patrimonial.

En 2001, Enron fracasa debido a un fraude en su contabilidad.

En 2002 la empresa de telefonía de EEUU WorldCom quiebra por la falsedad en sus cuentas.

En 2003 se descubre que la italiana Parmalat falseó sus cuentas durante unos cuantos de años y tiene que salir a su encuentro el propio gobierno italiano.

Aún suenan, por recientes, los acordes de Pescanova en nuestro país debido a su deuda oculta. O la quiebra de Gowex por falsear sus cuentas.

La quiebra en 2008 del banco Lehman Brothers, la salida a Bolsa de Bankia y los problemas del banco portugués Espírito Santo es por todos conocidos.

Las estafas piramidales de Forum, Afinsa, Madoff o Gescartera son ejemplos que algunos ahorradores, buscando un beneficio extra para su inversión, no olvidarán nunca.

Las Preferentes o los llamados Valores Santander no han hecho más que mermar las cuentas de aquellos incautos inversores que adquirían lo que no sabían que adquirían. Que ahora esperan que los tribunales le devuelvan aquel dinero que se quemó y que lo único que están viendo es el humo suspendido en el ambiente.

17 de agosto de 2020

La disciplina en los Mercados Financieros


¿Qué es la disciplina? La RAE no lo deja muy claro, pero se podría decir que es cumplir las leyes y las órdenes o, dicho de otra forma, hacer lo que hay que hacer, a la hora que lo haya que hacer teniendo ganas o no. En la actividad cotidiana es necesaria la disciplina, pero imprescindible en la inversión al suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso. Ya sé que es difícil, nadie dijo que el éxito fuera fácil de conseguir, pero también es complicado gestionar las emociones y, si nos ponen a prueba, somos capaces de conseguirlo. Todo el mundo repudia la disciplina, pero anhela los resultados que proporciona.

La Disciplina en los Mercados Financieros marcará el devenir bursátil y hará tener claro un plan de inversión conciso y plenamente estudiado. Definirá las posibles incidencias en el camino, actuando con rigor en los contratiempos del escenario financiero.

Aunque sea repetitivo, el capital inicial debe de ser aquél que se sepa que no va a hacer falta en un futuro próximo. Pues como el viento en el Mar de los Mercados Financieros no siempre soplará a favor, habrá momentos que hará incurrir en pérdidas o habrá que vender los activos de la cartera en el momento menos propicio.

10 de agosto de 2020

¿Qué es y cómo se hace un Índice Bursátil?

En cualquier faceta de nuestra vida nos encontramos con que la estadística forma parte de ella sin entender muy bien el cómo y el porqué. Alguien se ha molestado y ha creado un índice para hacer una medida estadística de algo, permitiendo analizar así los cambios que se producen en una magnitud cualquiera con respecto al tiempo o al espacio. Y en los Mercados Financieros, también.

De esta forma, nos encontramos con los Índices Bursátiles que están formados por valores de toda índole y agrupados según la característica para el que fue creado ese índice.

Los índices más importantes del mundo son el FYSE 100 londinense, el DAX 30 alemán, el CAC 40 francés, el IBEX 35 español, el DOW JONES y el NASDAQ 100 estadounidenses, el BOVESPA brasileño, el MERVAL argentino, o el NIKKEI 225 japonés. (El número indica la cantidad de empresas que lo componen).

¿Qué es un Índice Bursátil?

Un Índice Bursátil no es más que un indicador estadístico del movimiento de la cotización de unas determinadas acciones que cotizan en el Mercado y es representativo de un segmento de éste. Siendo sus funciones más importantes: indicador de la evolución de un mercado de valores, servir de referencia para la gestión de patrimonios y servir de subyacente para determinados instrumentos financieros.

30 de julio de 2020

Pensamientos de Inversor


La diferencia fundamental entre un inversor y un jugador de Bolsa está en la forma de pensar. Mientras que el primero considera a la Bolsa como una institución financiera en toda regla en la que los beneficios se obtienen tras mucho tiempo de formación y de toma de decisiones correctas; el segundo, la considera, más o menos, como un casino donde las ganancias vienen por la vía de la suerte y de la intuición, siendo, cualquiera de ellas, malas consejeras. Estas diferencias de pensamiento son las que harán que el ahorrador llegue al éxito o al fracaso económico.

La aureola que rodea al inversor tiene que estar siempre plagada de positivismo, independientemente de la evolución que tenga el Mercado. Esto se consigue porque el riesgo debe de estar bajo control para así poder mejorar la cifra del patrimonio que se dedica a los negocios bursátiles. La situación es modificable en cualquier momento; por eso, se debe de asumir que la responsabilidad sea siempre del que expone su patrimonio y no del entorno. El jugador, por el contrario, siempre les echará la culpa a terceros sin darse cuenta de que los beneficios vendrán por la calidad del trabajo: no se trata de comprar un determinado valor y dejarlo ahí para que otro lo gestione y recibir los beneficios sin esfuerzo. El horizonte de visión debe de llegar más allá de la obtención simple de beneficios, se trata de aumentar el patrimonio no de mejorar el salario.

El hasta dónde queremos llegar tiene que estar en simbiosis con la voluntad de querer. Es imposible conseguir un patrimonio financiero sin la convicción de que somos capaces de poder lograrlo. Posteriormente, no servirá la voluntad de gestión para salir del paso, del día a día, se trata de gestionar el patrimonio conseguido para que aumente y se mantenga en el tiempo. El patrimonio será para el inversor su arma de trabajo que nunca y nadie debe despojársela.

23 de julio de 2020

¿Qué es un Split? ¿Y un Contra-Split?


Elegir qué acción comprar en Bolsa no es sencillo para nadie, ni siquiera para los profesionales de los Mercados Financieros. Sin embargo, los inversores domésticos, que no se dedican a esto y lo único que buscan es rentabilizar sus ahorros, tienden a conformarse con su intuición, observando únicamente los precios de cotización de las acciones. El precio de una acción es la cara visible de una empresa, pero no su alma y este es uno de los principales inconvenientes que se encuentran los aficionados que no conocen las normas básicas de los Mercados, convirtiéndolos en ahorradores vulnerables.

El precio de una acción se define en función de la negociación del Mercado, según lo que un comprador esté dispuesto a pagar por ella y lo que un vendedor esté dispuesto a percibir, dando así origen al precio de cotización. Este precio es al que el vendedor y comprador están dispuestos a ponerse de acuerdo, pero no es indicativo de si una empresa está cara o barata. Puede ocurrir, y de hecho ocurre, que una compañía esté cotizando a 1.000 euros y sea inmensamente barata y otra que cotice a 0,01 euros puede que sea demasiado cara.

El Split (desdoblamiento de acciones) y el Contra-Split (agrupación de acciones) son dos operaciones que hacen variar la percepción del precio de cotización para que, psicológicamente, sea más atractivo a la vista de los inversores, pero sin alterar ni el valor de la empresa cotizada ni el valor del conjunto de las acciones que posea cada accionista, sin perder éstos tampoco ningún tipo de derecho económico ni político que le correspondan. Las empresas que hacen este tipo de operaciones corporativas dan por sabido que todos los accionistas conocen en qué consiste, sin caer en la cuenta de que no todos los ahorradores-inversores tienen los conocimientos necesarios para entenderlo. Con el Split se consigue que el precio de cotización sea más bajo, posibilitando la entrada de nuevos inversores que pensaban que la acción estaba “demasiado cara”. Con el Contra-Split se consigue el efecto contrario al cotizar las acciones a un precio más elevado, evitando así los problemas que trae consigo cotizar a niveles de precio muy bajos. Veamos más detalladamente qué es un Split y un Contra-Split.

18 de junio de 2020

Cuádruple hora bruja

Las Brujas de Goya
Para la Bolsa, cada tercer viernes de los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre no son un viernes cualquiera. En esos días se produce un peculiar fenómeno que es conocido en la jerga bursátil como “Cuádruple Hora Bruja”. Este término, que proviene de las tres brujas de Macbeth de Shakespeare, es muy conocido entre los inversores y lo esperan con impaciencia por lo que pueda ocurrir. Suele ir acompañado de un mayor volumen de negociación y una mayor volatilidad lo que, a menudo, viene asociado a terribles consecuencias. Por eso, los inversores domésticos deben estar todavía más pendientes de lo habitual.

A diferencia de lo que ocurre con las acciones, que tienen una vida indefinida (salvo casos excepcionales de quiebra, liquidación, fusión…), los derivados (opciones y futuros) tienen una fecha de vencimiento prefijada. A las 12:00 vencen los futuros sobre el Esurostoxx 50; a las 13:00 los del DAX; antes de la apertura del Mercado Americano los del S&P 500, Nasdaq y Dow Jones (en este mercado no existen futuros sobre acciones); y, por último, los del IBEX35 que lo hacen entre las 16:15 y las 16:45.

El término “Cuádruple Hora Bruja” se utiliza para indicar el vencimiento simultáneo de los contratos trimestrales de opciones y futuros sobre índices y las opciones sobre acciones. Por otro lado, los vencimientos mensuales también crean su propia posición abierta cada tercer viernes de mes lo que provoca su propia “Hora Bruja”.


11 de junio de 2020

La Volatilidad Financiera asusta, pero no mata


El incremento de la volatilidad en los Mercados Financieros es noticia generalizada, un día sí y otro también, siendo muy sensibles a cualquier situación anómala e inesperada, situación que los inversores domésticos tienen que acostumbrase a padecer a diario. Ocurra lo que ocurra, siempre habrá una explicación más o menos coherente para dar explicación a sus movimientos

La volatilidad, sin entrar en detalles matemáticos ni técnicos, mide el grado de incertidumbre existente en un activo financiero o en un Mercado. Se utiliza para cuantificar los cambios aleatorios que se producen en las rentabilidades de los diferentes productos de inversión. Nació el mismo día que nacieron los Mercados Financieros y se pueden diferenciar tres tipos: histórica (se basa en el pasado), implícita (la actual) y futura (no se conoce, se estima). Al medir las fluctuaciones que experimenta un activo con respecto a su media en un periodo de tiempo determinado, ayuda a cuantificar el riesgo asumiendo que es directamente proporcional a la volatilidad.

Conocer las características de riesgo de una determinada inversión es fundamental para entender su posible comportamiento futuro. También es importante para el conjunto de la cartera del inversor debido a que cada activo tendrá características de riesgo diferentes. Tener en cuenta esta característica contribuirá a establecer una correcta diversificación. El inversor doméstico no puede, de ninguna manera, controlar las caídas de los Mercados, pero sí puede controlar el riesgo de sus inversiones porque es directamente proporcional al beneficio futuro de la inversión. Por lo tanto, no está de más recordar que buscar el equilibrio entre ambos es algo que siempre jugará a favor del ahorrador dejando el camino más despejado al rendimiento positivo.

29 de mayo de 2020

El arte de no quedar atrapados en las pérdidas


Las pérdidas forman parte del negocio de la inversión en los Mercados Financieros, hasta tal punto que son las causantes de nuestros mayores dolores de cabeza. Y, ya que forman parte de este negocio, tenemos que convivir con ellas irremediablemente, pero sin quedarnos atrapados pues ese es el peor de los males para un inversor. Ya he dicho alguna vez, en este sitio, que, si somos capaces de limitar las pérdidas, el resto serán ganancias. Aunque parezca muy sencillo este consejo, es muy difícil de llevarlo a la práctica pues aquí entra otra variante: la parte emocional, que, sin remedio, hay que dejarla a un lado para que no sea ella la que gestione nuestras inversiones.

Las estadísticas de los ahorradores que invierten su patrimonio queriendo hacer de los Mercados Financieros su forma de vida y su trabajo son demoledoras: el 60%, lo abandona a los tres meses; un 20%, al cabo de un año, ha dilapidado su patrimonio por no controlar la parte emocional ni las pérdidas; otro 10%, aguanta a duras penas; y el resto, se convierten en profesionales y son capaces de ganar dinero de una forma recurrente. Estos últimos, antes de entrar en el Mercado, se han formado concienzudamente y usan un método que cumplen con rigurosa exactitud como si de un reloj con maquinaria suiza se tratase. Se marcan sus criterios de entrada y salida y los cumplen, aunque sea en pérdidas, pues las aceptan mucho antes de que las materialicen. Como van a ser mínimas, las recuperarán en un futuro sin demasiadas complicaciones: el Mercado se las devolverá con creces.

1 de mayo de 2020

“Sell in May and go away”


En todos los ámbitos de la vida existen dichos populares que no siempre coinciden con la realidad de los acontecimientos, pero están ahí para admirarlos o defenestrarlos. El mundo de las finanzas no es diferente y con la llegada del mes de mayo llega también al mundo de los Mercados Financieros una de las pautas estacionales más famosas: “Sell in May and go away”. Esa pauta se caracteriza porque divide al ejercicio bursátil en dos periodos: uno que va desde noviembre a abril y el otro desde mayo a octubre. Este dicho, a modo de consejo, invita al ahorrador-inversor a vender sus activos bursátiles en mayo y retirarse del Mercado hasta noviembre.

El dicho original, algo más largo, nació a raíz de una popular carrera de caballos -St. Leger Stakes- que se celebra en septiembre y es: “Sell in May and go away, don’t come back till St. Leger’s Day” (vende en mayo y vete, no regreses hasta el día de san Leger). Para nosotros, ahora, esto puede resultar un poco extraño, pero en Londres, cuando aún no estaban informatizadas las transacciones, eran los antiguos brókeres los que marcaban la pauta a seguir en los Mercados, dejándolos casi paralizados a partir de mayo para asistir a los eventos deportivos de la época y disfrutar de las vacaciones estivales. En ese periodo, eran tan insignificantes las operaciones de compraventa de acciones que se producían con demasiada frecuencia escenarios de gran volatilidad. Pasado el periodo vacacional, la citada carrera de caballos marcaba el final del verano volviendo la City a su normalidad, regresando los grandes inversores a las Bolsas aumentando así el volumen de negociación.

27 de abril de 2020

Predecir la evolución de los Mercados Financieros


Las predicciones en los Mercados Financieros están muy relacionadas con las predicciones meteorológicas. El tiempo atmosférico es prácticamente impredecible, pero se puede deducir la evolución más probable y con eso es con lo que nos quedamos. Lógicamente, cuanto más corto sea el plazo de predicción más asegurado estará el resultado del estudio predictivo. Predecir el comportamiento de un activo, sea de la índole que sea, a largo plazo, es el sueño de cualquier inversor. Y digo a largo plazo porque en el corto, los diferentes métodos que existen, tanto técnicos como fundamentales, logran muy buenos resultados usando datos del pasado en sus cálculos.

Para predecir el tiempo atmosférico el meteorólogo usa gráficos de isobaras, gráficos de la dirección del viento, fotos que le proporcionan los satélites y todo sustentado por la propia ciencia de la meteorología. En los Mercados Financieros se dispone también de gráficos que muestran la evolución de un activo en todas sus facetas, existiendo multitud de indicadores técnicos que ayudan a construir un escenario estratégico, se dispone de figuras chartistas que se repiten constantemente en el tiempo, se usan informes del valor intrínseco de la empresa, así como un análisis de expectativas presentes y futuras, llevando a los analistas a predecir la evolución de un activo asumiendo un mínimo error en el cálculo. Pero claro, la dirección del viento puede cambiar en cualquier momento, sin avisar, entonces la predicción se va al traste con todo el estudio.


26 de abril de 2020

Qué es y cómo se interpreta la Prima de Riesgo

A estas alturas, ya nos hemos familiarizado con el término Prima de Riesgo, incluso, con alguno de sus sinónimos: Diferencial de Deuda o Riesgo País. En los últimos años, ha sido uno de los términos más utilizados y no por ello enteramente conocido, ni su significado ni sus consecuencias, tanto en la economía de un país como en la de los inversores domésticos.

¿QUÉ ES LA PRIMA DE RIESGO?

La Prima de Riesgo es el diferencial que existe entre el interés que se paga por la deuda de un país y el que se paga por la de otro. Ese diferencial representa el indicador que sirve para medir la presión del Mercado sobre la Deuda Soberana de un país, en concreto, midiendo el sobrecoste que tiene que pagar un Estado frente a otro para poder financiarse.

Antes de la creación de la Eurozona poco o ningún sentido tenía hablar de la Prima de Riesgo pues, como cada país tenía su moneda, era complicado comparar el interés que había que pagar por su deuda. El aumento de la rentabilidad de la deuda significaba miedo a una devaluación, miedo a un impago por cualquier problema surgido en el país o, también, aumento de los tipos de interés. A partir de que se crea la moneda única y su regulación pasa a depender del Banco Central Europeo, los países pierden la soberanía monetaria y ya es posible comparar la deuda que emiten dos países diferentes de la Zona Euro.

24 de abril de 2020

La difícil tarea de ser inversor doméstico

Hace ya algún tiempo, leí la entrevista que una publicación económica le hizo a un gestor de un mega fondo cuya política de inversión estaba basada en la Renta Variable. Explicaba cómo, sin ningún tipo de escrúpulo, era capaz de romper soportes o resistencias a su antojo, con la única intención de equivocar al “pobre incauto inversor doméstico” y a los analistas técnicos, para que entrasen o saliesen de los valores que él marcaba. De esta forma conseguía mover las acciones para lucro del fondo que gestionaba. Si ese gestor era capaz de hacer eso, pienso yo, los demás inversores institucionales también lo podrían hacer pues, al mover cientos de millones, moverán el Mercado. Efectivamente, así era, así es y, por desgracia, así será.

Lo anterior, que no deja de ser una realidad anecdótica dejando al pequeño inversor como el perdedor del Mercado, me viene al pelo para hablar del papel que les toca representar a los inversores domésticos, particulares o minoristas. Ya lo he dicho alguna vez: les toca, simplemente, recoger las migajas de los cadáveres que dejan tras de sí los grandes tiburones financieros.

20 de abril de 2020

Reglas básicas para invertir en Bolsa


La Bolsa, definida en el artículo 64 del Código de Comercio de 1829 como un lugar de reunión de comerciantes y agentes mediadores en donde se conciertan o cumplen las operaciones de contratación de activos mobiliarios, es un mercado donde se negocian activos financieros poniéndose en contacto empresas y ahorradores con el fin de canalizar el ahorro y la financiación de la inversión a través de una organización regulada.

Una de las formas que tienen las empresas para recaudar fondos es acudir a la Bolsa y vender activos financieros. Esta primera venta que se realiza es lo que se conoce como “Mercado Primario”. A partir de esa primera colocación de activos entre inversores y ahorradores es cuando se pueden comprar y vender libremente en la Bolsa, dando lugar al “Mercado Secundario”, permitiendo a las personas físicas o jurídicas rentabilizar sus ahorros comprando en la Bolsa los diferentes activos financieros que emiten las empresas. A su vez, la Bolsa ofrece la posibilidad a los inversores de hacer líquida su inversión en el momento que lo deseen, a un precio objetivo según el valor que les confiere el propio Mercado.

19 de abril de 2020

Qué es el PER y para qué sirve

A la hora de decidirse por una empresa cotizada u otra para invertir en ella a través de los Mercados Financieros, hay que tener en cuenta, entre otras cosas, las ratios bursátiles que son los instrumentos de medida que se utilizan para valorar las empresas, tanto si cotizan en Bolsa como si no. Las ratios bursátiles consisten en relacionar el valor de la empresa en cuestión, sector o Mercado y un parámetro bursátil que bien puede ser el beneficio, el cash-flow (flujo de caja), el dividendo, etc. De la relación anterior surge el PER: Price Earning Ratio o Ratio Precio-Beneficio.

¿Qué es el PER?

El PER mide la relación entre el precio de Mercado de una compañía cotizada y el beneficio total de la misma. O, dicho de otra forma, indica el número de veces que el beneficio por acción de una empresa está contenido en el precio de la acción de esa determinada compañía. El PER es, por tanto, una ratio (lo usan tanto analistas fundamentales como técnicos) que permite juzgar si es el momento apropiado o no de invertir en una empresa y ver su posible evolución en el futuro.

17 de abril de 2020

El impacto del COVID-19 en los Mercados Financieros


Aunque parezca mentira, el despegue de los Mercados Financieros, después de que el Coronavirus los haya dejado en el más profundo de los abismos, estará en manos de los científicos. El inicio de la recuperación económica coincidirá con el hallazgo de la vacuna para el COVID-19, en virtud de lo cual, la cura sanitaria será también la cura económica. Dicha vacuna, o el tratamiento terapéutico efectivo sobre la pandemia, será el fósforo que inicie el disparo de las Bolsas mundiales, aunque no se evitaría la posible recesión debido a que estamos entrando en un colapso de la economía real, nada comparable con las crisis financieras de antaño.

La recuperación bursátil, en términos de porcentaje, puede, en apariencia, resultar engañosa. Me explico: cuando un valor o un índice cae un 50%, para volverse a poner en el punto de inicio de la caída, tiene que subir un ¡100%! Esta paradoja, la hemos visto muy clara con estas últimas subidas; han sido subidas, en términos de porcentaje, muy grandes, pero únicamente han sido capaces de recuperar una parte pequeña del camino de retroceso. Nuestro Ibex35, después de haber sufrido el mayor desplome en su historia en tan breve espacio de tiempo (aproximadamente un tercio de su valor) acumula un alza del 20% desde mínimos, pero aún le queda más de un 40% de subida para llegar a los máximos anuales. La experiencia nos dice que los rebotes no se consiguen de manera lineal, lo hacen encadenando caídas intermedias en forma de dientes de sierra para formar una tendencia.