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Durante el
transcurso de la vida se deben de tomar multitud de decisiones económicas, unas
más importantes que otras, pero todas las veces estarán influenciadas por
determinadas prioridades, por el tiempo de espera, por los beneficios a obtener
o por un acontecimiento inesperado. Sin embargo, no todo se basa en la
racionalidad, porque el comportamiento del ser humano no siempre es racional y
el mundo de las inversiones no es diferente. El sector financiero y económico
se han convertido en áreas de conocimiento esenciales para el funcionamiento de
la sociedad y del mercado de cada país.
En su
momento, Aristóteles afirmó que el hombre es un animal racional, siendo esta
definición la tesis de la teoría financiera clásica que decía que los
inversores son perfectamente racionales y que siempre consiguen tomar la mejor
decisión en cualquier situación, actuando en base a una serie de
investigaciones analizadas de manera racional. Pero la historia y las
investigaciones empíricas han demostrado fehacientemente que las personas
cometen sistemáticamente errores cuando se toman decisiones, no desde la razón,
sino desde la irracionalidad. Evidentemente, esto también se aplica al mundo de
las finanzas porque los inversores son emocionales. Y este es precisamente el
origen de las finanzas conductuales o finanzas del comportamiento (Behavioral
Finance) porque los mercados no son del todo eficientes y los inversores no son
del todo racionales. Por tanto, las finanzas conductuales, como una combinación
de economía, finanzas y psicología inversora, influyen directamente en la toma
de decisiones del inversor.
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La
desigualdad económica siempre ha sido un debate que no se ha bajado de la moda
por ser un tema que siempre se ha mantenido candente. Las precedentes décadas
consecutivas de crecimiento han generado mucha riqueza, pero con el agravio de
que los activos se han ido concentrando en la parte alta de la pirámide donde
predominan los hogares cuyos miembros son de edad avanzada, mientras que en la base
de la pirámide están las generaciones más jóvenes. Nos hemos acostumbrado a la
tendencia natural de que el patrimonio vaya aumentando con la edad, hasta
conseguir más poder adquisitivo que los progenitores. Sin embargo, la OCDE
advierte que el “ascensor de la riqueza” (sic) se está desacelerando para los
más jóvenes, lo que hace que pierdan poder adquisitivo. Es decir, la relación
entre acumulación de riqueza y envejecimiento está perdiendo la
proporcionalidad, poniendo en riesgo la riqueza futura de los jóvenes actuales.
Por desgracia, puede que no sea ni comparable con las generaciones que están
por llegar. Las dos vías principales para acumular riqueza han sido las rentas
del trabajo y las rentas del ahorro. Los salarios y la estabilidad laboral, que
con anterioridad fueron aumentando sin decadencia, se han visto interrumpidas
en los últimos lustros afectando a las generaciones más jóvenes, aumentando la
brecha de riqueza entre los hogares más mayores y los más noveles.
El impuesto
nació con la finalidad de aumentar la recaudación del Estado y tratar de
equilibrar las diferencias existentes en el Impuesto del Patrimonio en las
diferentes Comunidades Autónomas, especialmente entre las que lo tienen parcial
o totalmente bonificado y las que no han optado por esa bonificación de la
tributación. El impuesto a cumplido, con matices, las dos finalidades para las
que se creó.
Fue creado
por el artículo 3 de la Ley 38/2022, de 27 de diciembre, para el
establecimiento de gravámenes temporales energético y de entidades de crédito y
establecimientos financieros de crédito y por la que se crea el impuesto
temporal de solidaridad de las grandes fortunas, y se modifican determinadas
normas tributarias.
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En las grandes ciudades, la construcción es muy limitada, mientras que la población sigue aumentando, lo que provoca un estrangulamiento de la oferta de vivienda, causa más que probable del continuo aumento de los precios, tanto en alquiler como en compra. En el ámbito rural, el problema no es tan significativo. La ley de la oferta y la demanda es una ley universal: en el caso que nos ocupa, la demanda tiende a aumentar, mientras que la oferta disminuye, y el resultado es que el precio aumenta. ¿Hasta cuándo? Hasta que la oferta y la demanda tiendan a aproximarse al equilibrio.
Las causas de la distorsión son:
El pasado 27
de junio la OCDE ha hecho público su informe PISA 2022 sobre la evaluación de
la competencia financiera de los alumnos de 15 años, situándose 12 puntos por
debajo del rendimiento promedio de la OCDE. A pesar de esos datos, España es
uno de los países con menor desigualdad en competencia financiera entre el
alumnado desfavorecido y el favorecido. Pero el dato que no me sorprende, por
la edad de los encuestados, es que el 38% de los estudiantes considera que los
asuntos de dinero no son importantes para ellos. Ese dato indica la falta de
diálogo familiar con respecto al dinero y el triste legado que los docentes
muestran en este tipo de formación.
En la jerga
bursátil hay un viejo dicho, muy conocido y pronunciado por los inversores, que
expresa muy acertadamente la evolución de las cotizaciones bursátiles. Hace
referencia a que los movimientos al alza en los mercados bursátiles suelen
darse a un ritmo más lento que los movimientos a la baja: “La Bolsa sube por la escalera y baja por el ascensor”. Subir por
la escalera es más costoso y lento que si se hace por el ascensor, pero si la
bajada se hace directamente por el ascensor la velocidad se intensifica
utilizando un esfuerzo y un espacio de tiempo muy reducido en comparación con
hacerlo por la escalera.
El dicho no
es más que una metáfora que se cumple en la mayoría de los casos. Tiene su
explicación porque, a menudo, los principales movimientos alcistas de la Bolsa
son progresivos, graduales y utilizan para ello un largo periodo de tiempo. Por
el contrario, las correcciones en Bolsa son mucho más rápidas, intensas y
profundas, materializándose en un periodo de tiempo mucho menor. Llegan cuando
los operadores se lanzan en tromba a vender sus posiciones por culpa de que
algún acontecimiento o noticia inesperada ha surgido entorpeciendo el ciclo bursátil
alcista. Puede ocurrir también por una simple recogida de beneficios o por un
movimiento brusco de un gran tenedor que barre el Mercado rompiendo los
soportes y haciendo saltar todos los Stops Loss, provocando un aumento
desmesurado del volumen de negociación en un corto periodo de tiempo.
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Las
diferentes formas de análisis que existen sirven para saber si la cotización de
la acción de una empresa está por debajo de su precio (barata) o bien está
sobrevalorada (cara). De este análisis es de donde surge el precio objetivo de
una acción.
Por lo tanto,
hay que diferenciar dos tipos de precios: el precio de mercado y el precio
objetivo. Mientras que el precio de mercado es el precio real al que en un
momento determinado cotiza una acción siendo un reflejo de la oferta y la
demanda, el precio objetivo es un precio teórico que se obtiene a partir del
análisis de una empresa y que sirve como guía a todos los inversores a la hora
de tomar una decisión de venta o de compra, pero no hay ningún tipo de garantía
de que la acción llegue a cotizar a ese precio porque dependerá de que se
cumplan o no las expectativas con las que se ha realizado el análisis.
La ley del
mínimo esfuerzo se basa en la facilidad que tenemos para intentar obtener el
máximo beneficio utilizando el menor tiempo y esfuerzo posible. Si en la
antigüedad, el invento de la rueda transformó la forma de hacer las cosas,
ahora llega la Inteligencia Artificial (IA) con plena predisposición a cambiar
el mundo. Los que quieren construir la máquina del dinero descubren que la
tecnología no siempre funciona según lo previsto y, de momento, no son capaces
de batir al Mercado porque las finanzas tienen sus propios retos.
La quimera de
todo inversor es elegir los activos financieros más rentables con el fin de
batir al Mercado. Y aquí entra un nuevo actor: la Inteligencia Artificial, que
por ahora tiene pendiente la capacidad de construir una cartera de inversión
que roce la perfección. En otros ámbitos, la IA está dando muy buenos
resultados, pero no así en la rentabilidad que es capaz de conseguir para las carteras
de inversión. En finanzas se puede tener mucho éxito con sólo ser un poco mejor
que el 50%. Por esta razón, los defensores de la IA no persiguen grandes
rentabilidades, sino que les basta con conseguir una ligera ventaja con
respecto a la mayoría. La IA será usada para que los ordenadores se entrenen
con cantidades ingentes de datos para llevar a cabo tareas concretas. Este
aprendizaje intentará conocer todos los patrones del Mercado para decidir
cuándo es el momento más idóneo para ejecutar una operación. De esta forma, la
IA se da por supuesto que revolucionará el mundo de la inversión.
Niall
Campbell Douglas Ferguson (Glasgow, 1964), autor de “El triunfo del dinero:
cómo las finanzas mueven el mundo” (“The Ascent of Money: A Financial History
of the World”) publicado en 2008, considerado como uno de los mejores
historiadores económicos de nuestro tiempo y una de las cien personas más
influyentes del mundo según la revista Time, ocupa la cátedra Lawrence A
Tisch de Historia de la Universidad de Harvard y la cátedra William Ziegler en
la Harvard Business School.
La historia
del libro, que ha servido como base de una serie de televisión en el Channel 4
del Reino Unido, comienza en la antigüedad y finaliza en la crisis económica de
2008. El texto consigue atraer la atención del lector gracias a que está muy
bien escrito, a que está lleno de anécdotas divertidas y a que se pueden sacar
múltiples lecciones de provecho relacionadas con las finanzas. Las principales
ideas del libro se basan en que la necesidad de manejar el dinero surge según
va transcurriendo el tiempo y que los salarios crean seguridad, siempre y cuando
sean equilibrados y constantes. Los Mercados Financieros afectan al individuo
de una forma directa en el momento en que se depende de las políticas
monetarias y la necesidad de acudir a las entidades financieras para evitar la
pérdida del valor del dinero.
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Por otro lado, las políticas económicas y regulatorias acaparan casi todo el programa político, pudiéndose llevar a cabo cambios en la política fiscal, en la regulación financiera, en el gasto público y en un sinfín de aspectos económicos que calan en los mercados, produciendo lo que se denomina “efecto financiero”. Hay múltiples ejemplos, pero creo que con estos dos es suficiente: el referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea provocó un impacto significativo en los mercados financieros. Y el otro, cuando la Zona Euro estuvo a punto de quebrar, el mercado no reaccionó hasta que en Bruselas no se llegó a un acuerdo político de estabilidad. Ambos ejemplos han dejado constancia de que los mercados financieros, en cuestiones políticas, premian la estabilidad y castigan la incertidumbre.
Tomar la decisión de comprar una vivienda y financiarla con el préstamo
hipotecario que mejor se adapte a la economía familiar es una tarea compleja y
delicada, sobre todo cuando no se dispone de una adecuada base financiera. Por
eso, para no cometer errores y no tener problemas en el largo plazo, sería
recomendable acudir a un asesor hipotecario y contar con su ayuda. Él conoce el
mercado hipotecario perfectamente, sabe los márgenes de acción que tienen las
entidades financieras para conseguir las mejores condiciones y las que mejor se
adapten a las necesidades financieras de cada hipotecado.
¿Qué es un
asesor hipotecario?
Un asesor hipotecario es un profesional que aporta asesoramiento a las
personas que contratan un préstamo hipotecario, actuando como intermediario
entre prestamista y prestatario, consiguiendo una mejora de condiciones
económicas que cuando lo contrata el cliente directamente en la entidad
bancaria. Con su trabajo, consigue un ahorro sustancial de tiempo y de dinero
al cliente, ofreciendo las mejores condiciones del mercado hipotecario y que
mejor se adapten a las finanzas personales del futuro hipotecado.
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Las finanzas
personales tratan de hacer una gestión ordenada de la vida económica de una
persona. En definitiva, se debe de conseguir que los activos sean mayores que
los pasivos, que el dinero que se gaste no sea mayor al que se gana y que el
dinero invertido en activos sea lo más productivo posible. Todos conocemos a
personas con altos ingresos que no llegan a fin de mes. También los hay que,
con ingresos más modestos, con voluntad, disciplina y esfuerzo logran metas
financieras positivas.
La vida
financiera está llena de decisiones importantes y desafiantes desde el mismo
momento en que se tiene contacto con el peculio.
En cualquier
ámbito de la vida se cometen errores, todos nos hemos equivocado alguna vez,
pero aprender de los errores que han cometido otros es lo más producente que
existe. Dentro de los errores, los financieros pueden tener consecuencias
nefastas en la economía familiar. Ser consciente de los errores que se pueden
interponer en el camino y tomar las medidas necesarias para evitar su impacto,
permite al individuo prepararse para afrontar cualquier desafío financiero y
aprovechar así las oportunidades de crecimiento.
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La mayoría de
los activos financieros tributan en la base del ahorro del IRPF a un tipo
marginal que oscila entre el 19% y el 28% (19% hasta 6.000€, 21% entre 6.000€ y
50.000€, 23% entre 50.000€ y 200.000€, 27% entre 200.000€ y 300.000€ y 28% a
partir de 300.000€). Hacienda hace distinción entre rendimientos del capital
mobiliario y ganancias y pérdidas patrimoniales, pudiéndose compensar por
separado y después entre sí, dentro de unas normas y límites establecidos, de
tal forma que las minusvalías obtenidas se pueden compensar con las plusvalías
porque únicamente se tributa por las ganancias reales.